Juan Fernández-Estrada y Nacho Rivera: de la universidad a facturar 7,5 millones

Juan Fernández-Estrada y Nacho Rivera son los fundadores de la exitosa firma para ‘jóvenes aventureros’ Blue Banana Brand, conocida por la cruz que llevan impresa todas sus prendas. Han pasado en tiempo récord de las aulas universitarias a facturar millones de euros. Cuando aún estudiaban y en el verano del curso en que cumplían 19 años, los dos amigos hicieron un interrail por Europa, y en Ámsterdam se tatuaron la cruz; fue el inicio de lo que hoy se ha convertido en su medio de vida. Blue Banana Brand, una firma con prendas predominantemente deportivas, de líneas sencillas, que pretende, tal como reza su web, “inspirar a las nuevas generaciones a hacer de su vida una aventura”.

"Al volver de ese viaje, vimos la oportunidad de invertir con muy bajo presupuesto, 3.000 euros entre los dos que vinieron de nuestros ahorros. Con eso arrancamos lo que hoy es Blue Banana", nos dice Nacho. "En ese momento no teníamos experiencia, ni contactos, ni el apoyo de nadie, ya fuera financiero o de asesoramiento", le añade Juan.

Los primeros aventureros son ellos. La primera de sus aventuras fue comenzar este proyecto. “Uno siempre emprende con todas las ganas y el deseo de que le vaya lo mejor posible, pero el éxito que hoy tiene Blue Banana no nos lo imaginábamos ni en nuestros mejores sueños. Ver a gente por la calle con nuestras prendas y saber que se sienten identificados con nuestra forma de entender la vida es increíble”, explica Juan Fernández-Estrada a Vanitatis.

Aunque han pasado seis años desde sus comienzos, su propósito sigue siendo el mismo. "Más allá de nuestros productos y colecciones y de la X que nos identifica y que se ha convertido en el símbolo de la marca, nuestro objetivo siempre ha sido transmitir una forma de ver la vida. Blue Banana es una marca muy vinculada a la naturaleza y al deporte ‘outdoor’. Desde el principio hemos querido que nuestras prendas reflejaran esos valores y que quienes las vistieran se sintieran identificados con nuestra filosofía”, apunta Nacho Rivera.

Y en ese afán por lograr la sostenibilidad han conseguido algo que todavía ninguna empresa textil había alcanzado en España. "En 2021 conseguimos nuestro mayor logro desde que comenzamos: convertirnos en la primera marca de ropa española que negativiza sus emisiones de carbono. Esto es posible gracias a que compensamos el doble de las emisiones que generamos con proyectos avalados por las Naciones Unidas”, subrayan con orgullo.

Han sido pioneros en muchas cosas, también en basar su estrategia de marketing en las redes sociales. A día de hoy son muchas las marcas que lo hacen, en 2016 no tantas. "En nuestros comienzos apostamos por una estrategia digital basada 100% en las redes sociales, ofreciendo contenido de la mejor calidad posible. También lanzamos varios concursos virales que nos ayudaron a ir subiendo escalones en notoriedad, lo cual fue fundamental para el crecimiento de la marca. Hoy hemos evolucionado y nuestra comunicación abarca muchos más puntos de contacto”, detalla Nacho.

El mundo online fue la plataforma perfecta para comenzar, pero en diciembre de 2020 cumplieron un sueño y fueron un paso más allá, abrieron su primera tienda física, y fue en Madrid. Ahora también están presentes en Barcelona y Valencia, “y tenemos previsto abrir en Sevilla este mes y en dos nuevas ciudades en los próximos meses. También estamos ya trabajando en un segundo local en la capital que esperamos inaugurar antes del verano”.

Sin duda, un proyecto ambicioso, tal como lo ha sido toda su trayectoria. Lo que comenzó con una pequeña aventura que les permitía pagarse sus grandes viajes se ha convertido en una gran empresa que en 2021 facturó 7,4 millones de euros, con 50 personas en plantilla y con el logro de poder decir que tiene una huella de carbono negativa.

Pero sobre todo con la satisfacción de mantener la vida que querían y que se imaginaron cuando solo eran dos estudiantes con muchos sueños por cumplir, una vida convertida en aventura. Pues como en toda firma de nueva generación, su feed de Instagram es su mejor escaparate y en él podemos seguir los viajes de los dos amigos a lo ancho y largo del globo terráqueo. Pues no hay país que se les resista, y de los olores y sabores de cada uno de los sitios que pisan están impregnadas sus prendas, sus imágenes y la cruz que cada vez más personas se ponen para sentirse un poco más aventureros.