Vídeo: Los secretos de la gran boda mexicana de Ramón Hermosilla y Karla Covarrubias

Desde el viernes pasado, los invitados y familiares disfrutaron de los previos a la gran boda del empresario Ramón Hermosilla y la chef Karla Covarrubias, una de las profesionales más reconocidas de México. Hermosilla es hijo del prestigioso abogado del mismo nombre y de Silvia Gómez-Cuétara, una de las mujeres más elegantes y novia de Juan Antonio Pérez Simón, el empresario, coleccionista de arte y gran amigo de Carlos Slim. Los dos forman parte de los primeros puestos de lista Forbes. La suya fue una boda a lo grande y sin exclusivas.

La fiesta anterior a la boda la denominaron 'rompehielos' por aquello de que a veces unificar amistades y familiares en dos continentes diferentes es un quebradero de cabeza. En este caso, el único inconveniente era cambiar de lugar el encuentro festivo. Estaba previsto que fuera en el museo Anahuacalli, pero unos días antes lo tuvieron que cambiar. No se podían instalar carpas al ser un monumento histórico. Las posibilidades de que lloviera eran muchas. Los wasaps para informar del cambio del almuerzo a los invitados fue una de las actividades que tuvo ocupada a la familia. Muchos de los teléfonos privados no podían ser facilitados a la empresa que organizaba la boda.

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Silvia Gómez-Cuétara quiso hacer un homenaje a sus cuatro hijos y a su pareja, con la que vive desde hace diez años. En su vestido de color morado de la preboda aparecían bordados en piedras doradas los nombres de Jaime, Ramón, Victoria y Silvia, además del de Juan Antonio Pérez Simón, los amores de su vida. Y la sorpresa de la noche fue para los que se percataron de que también aparecía la palabra 'bebé' para señalar que dentro de unos meses nacerá su primer nieto. Silvia Gómez-Cuétara lució tanto en la preboda como en la ceremonia dos diseños disco. Lo más llamativo, una sortija con una diamante del tamaño de un garbanzo.

La velada preboda estuvo amenizada por un grupo de más de treinta mariachis, todas ellas mujeres. El día del convite nupcial, ya casados, los novios eligieron el tema ‘Cielito lindo’ para abrir el baile. Para los invitados que no conocían uno de los temas más conocidos de la tuna y que pudieran acompañar a la pareja, se colocó en todos las mesas la letra. También se podía seguir la canción en una pantalla.

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La seguridad en el exconvento Desierto de los Leones, que se encuentra en un parque natural donde se celebró la fiesta ‘rompehielos’, como el día del enlace en el antiguo colegio de las Vizcaínas en pleno centro de la ciudad, fue constante. Se aconsejaba a los invitados que no salieran sin avisar. Para los traslados hubo una flota de coches y un servicio de maquillaje y peluquería para los retoques de las damas.

En el banquete nupcial hubo cuatro DJ. La principal fue Tati de León, conocida como DJ T.A.T, y una de las mejores y más reconocidas de Ciudad de México. Es productora y especialista en música electrónica. En sus inicios era la encargada de poner la música a los desfiles de Custo Barcelona.

La iglesia de San Ignacio, que se encuentra dentro del antiguo colegio de las Vizcaínas, fue el templo elegido por la pareja. El oficiante era un sacerdote amigo del novio de su etapa de colegial que voló desde España junto con el coro. Uno de los momentos más emotivos fue cuando entonaron la Salve rociera y los invitados españoles corearon el 'olé, olé al Rocío, yo quiero volver a cantar a la Virgen con fe'.

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En una zona del templo había un gran cuadro de la Virgen de Guadalupe. Los novios rezaron ante ella, y Karla Covarrubias hizo su ofrenda. La entrada de la novia con un manto bordado en oro y pedrería causó sensación. Era una joya hecha a mano que ya había utilizado su madre en su boda.

El colegio de las Vizcaínas lo fundaron tres vascos (Francisco Echeveste, Manuel Aldaco y Ambrosio de Meave) en 1767. En este lugar también casó Carlos Slim y el presidente Salinas a sus hijas. Y Elton John dio uno de sus míticos conciertos solidarios en Ciudad de México. Es uno de los lugares privilegiados para las bodas de México DF.

Tanto en la preboda como en el convite nupcial, el menú fue exclusivamente mexicano, salvo el vino de las bodegas Villagarcía, que fundó Alfonso Cortina y ahora llevan sus hijos Carlos y Felipe Cortina Lapique, invitados por su amigo Ramón Hermosilla.

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