La recuperación "pasito a pasito" de Ana Obregón dos años después de perder a Aless
El tiempo, que (casi) todo lo borra, ha logrado que Obregón vuelva a ilusionarse con nuevos proyectos como la serie que prepara sobre su vida
Las ilusiones y proyectos de Ana Obregón desaparecieron un 13 de mayo de hace dos años. El destino no quiso ser generoso con Aless, un chaval de 28 años lleno de ilusiones que hasta los últimos días en que estuvo consciente hacía planes y seguía trabajando desde el hospital.
Le diagnosticaron un cáncer del que todos confiaban que saldría adelante. Ana lloró y se desesperó en esos primeros días, y una vez que ya lo asumió, se puso manos a la obra, como le contó a Bertín Osborne en una entrevista desgarradora para su programa ‘En mi casa o en la tuya’.
Ana y Bertín se conocen de siempre. Ese encuentro sirvió como terapia. A continuación, y una vez que relató ese capítulo tan triste, en el almuerzo que ambos compartieron con Susana Uribarri y Ra, sus amigos del alma, el anfitrión desveló un secreto: cuando eran jóvenes tuvieron un tonteo que duró tres meses.
Esos recuerdos y esa charla fueron un punto de inflexión para la recuperación emocional de Ana, una mujer con una personalidad positiva y una alegría que desapareció el día que el destino no quiso que su 'guerrero' tuviera repóquer de ases para seguir alegrando momentos a todos los que tuvieron (tuvimos) la suerte de compartir risas, proyectos y horas con él.
Un tiempo que para Aless siempre fue sagrado y así lo dejó escrito: “Lo más importante en esta vida es el tiempo y el amor que dedicas a las personas que quieres, porque al final es lo único que te llevas”. Y Ana, en ese mensaje de amor, remataba: “Porque quizás algún día solo puedas sobrevivir gracias a esos momentos. No colecciones cosas, colecciona momentos”, transmitía llena de recuerdos.
Aprendiendo a vivir de nuevo
El día del encuentro con Bertín apareció vestida de blanco y maquillada. Estaba deslumbrante, pero aún con una tristeza en los ojos que emocionó al amigo. “Aless quería verme siempre guapa. Y aunque me estuviera rompiendo por dentro, me arreglaba, me pintaba y me vestía para él. Cuando estábamos en el hospital en Nueva York y después en Barcelona me iba al apartamento y ahí lloraba. Un rato nada más porque no me lo podía permitir. Me duchaba, elegía lo que me iba a poner y volvía con mi Aless”.
En la charla, desde el corazón, contaba que una vez que el especialista le dijo lo que había, llamó a Alessandro (Lequio) y juntos decidieron lo que había que hacer. Lo principal era buscar información. Saber dónde, cómo y quién podía tratar la enfermedad de su hijo. No hubo ninguna duda y desde ese primer momento los padres tuvieron claro que el mejor especialista de ese cáncer raro estaba en Nueva York. Ana ya no volvió a llorar más en presencia de su hijo. “La única energía que tengo que gastar es con la recuperación de mi Aless”, contaba.
Y así fue como se marcharon a Nueva York Ana, Lequio y Aless. Un viaje en busca de la esperanza. La historia ya es conocida y no hace falta rememorar una tragedia que estará siempre marcada a fuego en el alma de Ana.
Dos años después, la fuerza del 'guerrero' la ha ayudado para aceptar nuevos proyectos como fue dar las campanadas de fin de año desde la puerta del Sol. Pudo salir de su encierro en la casa familiar de la Costa de los Pinos, en Mallorca, y de su casa en La Moraleja para viajar a Roma con Susana Uribarri. Poco a poco, con la tranquilidad que tiene el saber que Aless y Ana, su madre, la cuidan desde el cielo, ella va recomponiendo un puzle vital que quedó desbaratado y sin posibilidad de rehacerlo.
Un nuevo proyecto
Han sido dos años muy difíciles, pero Ana ya tiene horizonte. En marzo contaba en su Instagram que había aceptado una propuesta para protagonizar un documental muy personal. “Me hace ilusión compartir con todos que he decidido volver a la ficción en televisión. He llegado a un acuerdo con una de las mejores productoras de España (grupo Ganga) para hacer un biopic sobre mi vida” y acababa con una frase que describía ese nuevo impulso: “Pasito a pasito”.
Ahora está volcada con coleccionar momentos con su padre, Antonio García, que hace poco celebraba sus 96 años. El Día del Padre publicaba una imagen con su hijo Aless y con Alessandro, al que dedicaba estas palabras: “Gracias infinitas y mi amor a estos dos hombres por darme la vida”. Y terminaba con "gracias Papá, gracias @AlessandroLequio". Lequio, con una manera de ser muy diferente, ha llevado su tragedia en silencio, callado. Quizá esta frase concentre el dolor que ha vivido. Al preguntarle cómo se encontraba cuando volvió a ‘El programa de Ana Rosa’, donde colabora, su respuesta fue: “Aprendiendo a vivir”.
Las ilusiones y proyectos de Ana Obregón desaparecieron un 13 de mayo de hace dos años. El destino no quiso ser generoso con Aless, un chaval de 28 años lleno de ilusiones que hasta los últimos días en que estuvo consciente hacía planes y seguía trabajando desde el hospital.
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