Exclusiva: Aitana Ocaña, cantante, actriz y ahora mujer de negocios inmobiliarios
Ha creado una empresa dedicada a la ‘promoción inmobiliaria’. Aitana figura como administradora única y se ha dado de alta con un capital social de más de 600.000 euros
Imparable. Esa sería la palabra para definir el éxito en la actualidad de Aitana Ocaña. Estas últimas semanas es noticia por varias cosas: por volver a unir su voz a la de Amaia Romero, ganadora de OT 2017 e íntima amiga suya, y por consolidar lo que hasta ahora había sido solo una incursión en el mundo de la interpretación. Además, se ha dejado ver disfrutando del tenis junto a su pareja, Miguel Bernardeau, en el Mutua Madrid Open, en la Caja Mágica, después de que se hubiera apuntado a un posible distanciamiento que en realidad nunca ha tenido lugar.
Vanitatis puede ir un paso más allá y contar que dentro del buen momento por el que está pasando la catalana, también se engloban los negocios, porque a ella no le vale solo cantar y actuar. Ahora también quiere explotar su faceta como empresaria y ha decidido que el mejor sector es el del ladrillo.
El pasado 13 de abril se daba de alta la sociedad ‘Sop y Oli SL’ (a sus fans no les costará darse cuenta de que el nombre elegido responde al principio de los nombres de sus dos mascotas, dos perritos que son su pasión y de los que siempre se enorgullece a través de las redes). Se trata de una empresa cuya actividad está tipificada como ‘promoción inmobiliaria’. En ella, Aitana figura como administradora única y se ha dado de alta con un capital social de más de 600.000 euros.
Por el momento no consta ninguna propiedad a nombre de ‘Sop y Oli SL’, lo que no es extraño teniendo en cuenta que la empresa es muy reciente y que este tipo de actividad no es rápido, conlleva muchas gestiones con sus respectivos tiempos. Sin embargo, a título privado, Aitana sí tiene una casa, la que compró en 2021 y en la que actualmente vive con Miguel Bernardeu. Se trata de un chalet en la zona de la Dehesa De la Villa, muy cerca de donde vive la familia de él, que consta de 270 metros cuadrados repartidos en tres pisos que reformó casi al completo antes de entrar a vivir.
El último piso era, de origen, un solárium y ella, que fue supervisando personalmente toda la obra, lo cerró para incluirlo en el interior. En la fachada y la parte de jardín que se ve por el lado de la puerta principal también se notan las mejoras, pues en la actualidad luce con plantas verdes y cuidadas, nada que ver con el aspecto gris que tenía cuando lo adquirió.
Todo indica que, como tantas otras personas, puede haber tomado la decisión de ir invirtiendo las ganancias del buen momento profesional por el que está pasando en inmuebles, pero la creación de la empresa es tan reciente que todavía no ha habido lugar a que pueda hacer nuevas inversiones, ni a conocer de qué tipo serían, pues puede adquirir viviendas para después alquilarlas, comprar viviendas antiguas y venderlas tras reformarlas, construir… Tiene muchas posibilidades.
Y es que, a pesar de tener solo 22 años, hace ya cinco que todos la conocemos. Los mismos que hace que ella empezó a firmar contratos más allá de la música. No habían pasado ni tres meses desde su salida de la academia de Operación Triunfo y ella ya se había convertido en la nueva imagen de Stradivarius, trabajo que realizó durante varias temporadas. Hizo lo propio con Puma, con quién incluso lanzó una colección con nombre propio. Y hace no mucho, McDonalds personalizó un menú con su nombre (lo que causó un gran revuelo porque había confesado poco antes ser intolerante al gluten).
También ha protagonizado campañas para marcas tan conocidas como Orbit, Coca-cola, Yves Saint Laurent, GHD o Rimmel London, y ya tiene en el mercado dos perfumes propios: el primero de ellos lleva su nombre y el segundo, el año de su nacimiento, ‘1999’. En 2021, además, grabó la última edición de ‘La Voz Kids’ ejerciendo como coach junto a Sebastián Yatra, Pablo López y David Bisbal. En poco más de una semana se ha fechado su estreno.
Sin duda es una amplia trayectoria laboral teniendo en cuenta que la publicidad es una fuente de ingresos secundaria, pues la principal continúa siendo la música. Ahora mismo está preparando su tercer álbum. A principios de abril presentó la canción ‘En el coche’ como un sencillo del mismo y poco después anunció que en julio comenzaba gira de nuevo con ’11 razones + tour’, con seis nuevos conciertos en España. La última fecha es en septiembre en Madrid, en el WiZink Center, donde logró en ‘sold out’ en solo dos horas.
Pero este año, además, le ha dado tiempo a explorar nuevos horizontes y ponerse detrás de las cámaras para probar suerte como actriz. A principios del año pasado, ella comenzó a dar clases de interpretación porque era algo que, tal como declaró en diferentes entrevistas, le gustaba. En febrero de este mismo año se anunció su papel en ‘La última’, que es la primera producción española de Disney. En ella, que ya se ha terminado de rodar y que ha protagonizado junto a su pareja, interpreta a una joven que quiere ser cantante. Y hace tan solo unos días se confirmó que también va a participar en una película de Netflix titulada ‘Tras la pared’.
Tal y como hemos podido ver en sus redes, trabajar con Miguel Bernadeau, lejos de crear algún tipo de problema, ha sido un gran regalo, pues no han parado de compartir momentos divertidos. Y es que tras cuatro años juntos, en los que ambos han ido evolucionando y acompañándose en todos los aspectos, se podría decir que son una de las parejas jóvenes más consolidadas del ‘artisteo’ español.
Imparable. Esa sería la palabra para definir el éxito en la actualidad de Aitana Ocaña. Estas últimas semanas es noticia por varias cosas: por volver a unir su voz a la de Amaia Romero, ganadora de OT 2017 e íntima amiga suya, y por consolidar lo que hasta ahora había sido solo una incursión en el mundo de la interpretación. Además, se ha dejado ver disfrutando del tenis junto a su pareja, Miguel Bernardeau, en el Mutua Madrid Open, en la Caja Mágica, después de que se hubiera apuntado a un posible distanciamiento que en realidad nunca ha tenido lugar.