Susanna Griso: "Para las mujeres no es fácil ser líder. Sigue habiendo un techo de cristal"

Cada mañana, puntual, llega a la redacción de Antena 3 con tiempo para prepararse para conducir 'Espejo público', uno de los matinales más veteranos de la televisión y de más audiencia. Son 16 años de trabajo al frente de este programa, además de los que estuvo en informativos y los que también incluye su currículum trabajando en radios y televisiones autonómicas de Cataluña. Esos ingredientes han hecho que Susanna Griso se encuentre en el listado de las mujeres más influyentes del mundo de la televisión elaborado por Vanitatis, para el que se ha contado con un grupo de expertos compuesto por 19 personalidades del mundo de la cultura, la comunicación y la industria televisiva. Un jurado tan acreditado como equilibrado -10 mujeres y 9 hombres- con una visión global del sector que ha dado forma a un listado
incontestable. Un ranking en el que nuestra protagonista, Susanna Griso, ocupa el octavo puesto.

*Puedes ver la lista completa de las 25 mujeres más influyentes de la televisión pinchando en este enlace

No sé si el hecho de ser una de las 25 mujeres más influyentes de la televisión te añade un puntito extra de presión o tú te levantas todas las mañanas para hacer tu trabajo, independientemente de la influencia que puedas tener a nivel nacional.

Lo que hay pensar es que no hay nada ganado y que cada día es un reto distinto. Yo estoy muy orgullosa, evidentemente, de tener el privilegio de levantar la persiana informativa de Antena 3 todas las mañanas y siempre pienso que es bueno estar en esta atalaya y poder contar la información a diario. Lo que luego pueda tener de influencia o de capacidad de pegada se me escapa. Cuando hago mi trabajo no pienso en ello. Sí que soy muy consciente de que lo que decimos tiene una repercusión enorme en otros programas, aunque solo sea porque somos el primer programa de la mañana, porque me llega mucho feedback constantemente por parte de muchos sectores, político, empresarial.

¿Crees que el hecho de ser una de las mujeres más influyentes de la televisión es una consecuencia directa del esfuerzo de estos 16 años en ‘Espejo público’?

Viene del esfuerzo, pero no solo de mi esfuerzo, que evidentemente está ahí, sino del de un equipo que lleva 16 años dejándose la piel, muchas veces con dificultades porque a veces se trabaja en condiciones precarias. Estoy pensado ahora mismo en la pandemia… A pesar de todo, ese ADN informativo acaba saliendo. Hasta el punto de que, siempre que pasan cosas, siempre que hay un acontecimiento inesperado, un volcán, la pandemia, una resaca electoral o la guerra de Ucrania, acabamos siendo referente informativo. Esto no es mérito mío, es mérito de un equipo, tanto el de ‘Espejo público’ como de Antena 3 Noticias y la red de informativos. Yo recuerdo cuando lo cogí y pasó a ser un programa diario. Nosotros fuimos los primeros, los decanos, que apostamos por un programa magacín informativo de cinco horas en la mañana. Y eso se lo debo a mis jefes, que se creyeron que ese producto hecho por la redacción de 'Espejo público', pero basado mucho en informativos de Antena 3, iba a triunfar. Y es verdad que ese formato luego lo hemos visto en otras franjas horarias, porque ha sido un formato muy copiado. En la mañana y tarde, como puedes apreciar ahora mismo y con programas de este mismo estilo. Y eso es todo trabajo. Te puedo asegurar que todos nos dejamos la piel. Nos levantamos muy temprano: yo me levanto de 04:30 a 05:00, pero cuando yo llego a la redacción de Antena 3, ya hay personas que se han levantado antes y eso es algo que hay que tener muy en cuenta, porque esto no es un año, son 16 pegándote estos madrugones. Y eso te prometo que es muy duro y pasa factura, pero a la vez es muy bueno.

Susanna, no sé si por tu experiencia como mujer influyente en una gran empresa sientes que es más fácil ser una mujer líder en el sector audiovisual (que hay muchísimas CEO, muchas mujeres líderes que no son conocidas a nivel nacional) que en otros sectores.

Yo creo que para las mujeres en general ser líder no es fácil. Sigue habiendo un techo de cristal evidente. Te diré que en algunas profesiones más que en otras. Paradójicamente, en el mundo de la política este techo no se da tanto, porque en los últimos años ha habido un esfuerzo para que la política sea mucho más paritaria, pero sí que se sigue dando en las empresas del Ibex 35, en los medios de comunicación, en la mayoría de los sectores donde las mujeres somos mayoría pero seguimos sin dirigir. Y eso, aunque no puedo hablar en mi caso, se puede apreciar en otros muchos sectores donde todavía la mujer sigue teniendo un problema importante para conciliar. Y además, claramente en nosotras recaen la mayoría de las funciones domésticas. Hay pocas parejas, o por lo menos yo conozco pocas, donde ese reparto sea equitativo. Todavía somos nosotras las que más llamadas recibimos cuando la niña no acude a clase, cuando tiene un problema porque se ha caído, cuando la tutora quiere comunicarte algo, cuando hay que llevarla al médico… Y eso nos pasa a muchas mujeres. Y para muchas, sabiendo que ese peso recae sobre todo en ellas, hay un momento en su vida que se plantean el dilema de si seguir apostando por su vida profesional o cuidar de la familia. Y a veces ese equilibrio no es fácil. Yo lo he visto con muchas compañeras, que en un momento dado han dicho: “Bueno, me resulta muy difícil conciliar y no quiero sacrificar a mi familia”. Dan un paso al lado y siempre habrá un hombre dispuesto a hacer esas funciones porque en casa tendrá la parte doméstica cubierta.

Dinos tres mujeres de tres generaciones diferentes del mundo de la televisión que te hayan inspirado y te inspiren.

Una de ellas Rosa María Mateo. Otra, Olga Viza, que fue una gran inspiración cuando yo llegué a Antena 3 y fue mi hermana mayor en esta casa. Tengo muchas compañeras que son más jóvenes que yo y que están subiendo con muchísima fuerza. Y me gusta mucho Montserrat Domínguez, que fue mi predecesora en ‘Esppejo público’. Tanto ella como Pepa Bueno, con las que he compartido coberturas y directos. El verlas ahora en posiciones de dirección me hace mucha ilusión.

¿Qué rostro joven de la televisión te ha sorprendido más en el último año?

No son personas conocidas. Son compañeras mías. En la redacción de Antena 3 tenemos gente buenísima. A diferencia de mi generación, que estamos un poco perdidas con las tecnologías, veo cómo se manejan con todo, con las redes, la capacidad que tienen para editar un vídeo, para producirlo, para presentarlo. Es una generación 3.0 del periodismo a la que veo tremendamente preparada. Aquí tan pronto tienen que hacer un vídeo como hacer un directo, como ‘soplarme’ a mí una entrevista. No puedo dar ningún nombre en concreto, pero hay personas que son sumamente versátiles y con el valor añadido de que dominan idiomas. Ahora es básico hablar ruso, árabe… Yo he tenido compañeras que hablaban perfecto árabe y era un gesto.

¿Cuál es tu comunicadora favorita en redes sociales?

Siempre me ha hecho mucha gracia Cristina Pardo. Tiene la picardía de aunar información con ironía y eso es un ejercicio muy sano. Cuando yo empecé en Twitter, era mucho más irónica. Siempre intentaba dar una vuelta de tuerca a la información a través de algún tuit. Después, mi posición en 'Espejo público' y la casa me ha hecho replegarme en las redes y hacerme más eco de las noticias que estamos contando y no opinar tan abiertamente. Yo soy más contenida, así que gente como Cristina, que tiene ese punto de valentía, de gallardía, se agradece.

¿Algún programa, reality o serie que eches de menos y te gustaría que volviese?

Yo era muy de ‘La Clave’, aunque soy muy consciente de que esto me echa muchos años encima -bromea-. Igual no es el mejor ejemplo. En mi casa, cuando solo había una cadena, nos quedábamos hasta que prácticamente llegaba la carta de ajuste y daba pie a sesudas tertulias. Eso lo añoro porque ahora en mi casa, como en todas, hacemos un uso individual de los dispositivos: mientras una está viendo una serie, el otro está viendo una película y el otro un documental. Esos programas de debate que nos permitían a todos opinar, que nos aunaban en una misma mesa o alrededor de un sofá y podíamos comentar sí que lo echo en falta. Esa televisión un poquito más familiar.

Última serie o programa que hayas seguido en la televisión.

Los informativos. A lo que estoy siempre enganchada es a los informativos. Ahí sí que las plataformas me importan poco, porque fíjate que no tengo la costumbre de irme a buscar un informativo en una plataforma y sigo siendo como muy rigurosa y disciplinada para las horas. Empiezo con los compañeros de La Sexta y luego los de Antena 3, con Vicente Vallés y Sandra Golpe. Es una cita fija.

¿Te ves protagonizando, presentando o dirigiendo un canal de Twitch?

No lo sé. Sinceramente, no me lo he planteado nunca. Fíjate que yo siempre me planteo el día después y pienso en la radio, no pienso tanto las redes sociales, pero hay tantísimas oportunidades ahora mismo en los nuevos canales que, sinceramente, no quiero descartarlo. Hay que estar abierto a todo. Y tienes ahí una veterana como Mercedes Milá, que no la he citado y yo siempre he sido muy fan de Mercedes, durante muchos años. Mercedes ha sido capaz de reciclarse, la ves entrevistando ahora a Mario Vargas Llosa y años atrás era la que conseguía conciliar a todos frente al televisor para ver esas entrevistas que ella está recuperando ahora a través de sus entrevistados. La propia Mercedes ha utilizado las redes sociales para promocionar sus programas en plataformas y eso me parece un acierto enorme. Con lo cual, ¿por qué no?

Por lo que me has dicho, si en algún momento te plantearas retirarte de la televisión, ¿el camino lógico sería la radio y volver un poco a tus orígenes o no tiene por qué?

Sí, yo siempre me había planteado que era una manera de cerrar el círculo y poder trabajar sin la tensión de la televisión, con este ritmo frenético, siempre pendiente del minuto a minuto. En la tele, el espacio está muy tasado y nos obliga a trabajar con una premura y con un ritmo vertiginoso que a veces se echa en falta. Ese ritmo pausado que le veo, por ejemplo, a Carlos Alsina, que a pesar de hacer un programa muy parecido al mío, pues tiene más tiempo para las entrevistas. Eso sí que lo añoro y tengo cierta envidia de poder disponer de un poquito más de tiempo. En la televisión, todo es mucho más frenético y vertiginoso.