Joaquín Sabina y Hacienda: el patrimonio con el que pagará los 2,5 millones
El cantautor acaba de perder en la Audiencia Nacional un pleito contra Hacienda de 2,5 millones de euros. En las empresas inspeccionadas también aparecen su exmujer y sus hijas
La noticia, publicada en exclusiva por 'El País', de que Joaquín Sabina volvía a tener problemas con Hacienda trepó rápidamente por las redes en el día de ayer. Según la información, la Audiencia Nacional ha desestimado el recurso que puso el cantante contra una liquidación de 2,5 millones por no declarar correctamente sus derechos de autor durante tres años. El maestro de Úbeda ya perdió en 2019 otros pleitos contra la Agencia Tributaria, en una larga batalla judicial que comenzó en 2014, cuando se supo que Hacienda le pedía cerca de cuatro millones de euros por presuntas irregularidades en la gestión de sus impuestos.
Es imposible que al escuchar la letra de 'Amor se llama el juego' no sienta todo aquel que mantenga una relación estable una leve incomodidad. "El agua apaga el fuego y al ardor los años / Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño / Y cada vez peor, y cada vez más rotos, y cada vez más tú, y cada vez más yo, sin rastro de nosotros...". Sabina reconoció que es una de esas canciones que en su momento se arrepintió de haber escrito. Porque era muy dura y porque todo el mundo en Madrid sabía que iba destinada a Isabel Oliart, su esposa.
Es una constante en la vida de Sabina. A pesar de esa 'desnudez' de las letras, que parece acercarnos a su intimidad, lo cierto es que ni su vida privada ni sus parejas han sido nunca materia de revista. En todo caso, de poema. En su biografía 'En carne viva', el cantautor de Jaén señala a cinco mujeres como las responsables de marcar su trayectoria vital: Chispa, Sonia, Isabel Oliart, Cristina y Jimena. Añadimos a Paula, la bonaerense, y a sus hijas Carmela y Rocío.
De todas ellas, la mujer más importante en la primera etapa de su vida fue Isabel Oliart, hija del ministro de UCD Alberto Oliart, con quien se casó y decidió fundar una familia. Tuvieron dos hijas y una relación excelente... una vez que se hubo terminado el matrimonio. Sus palabras sobre Isabel son siempre impecables y a día de hoy reconoce que "de haber sido una elección premeditada, nunca habría podido escoger una madre mejor". Oliart jamás protagonizó una salida de tono, al menos pública. Ni siquiera cuando se supo que Sabina había comenzado una relación con Cristina Zubillaga.
Al acabar el matrimonio Sabina se ocupó de que ni a Oliart ni a sus hijas les faltara de nada desde el punto más práctico. "No veo una peseta de derechos de autor. Cuando me separé de la madre de mis hijas, se quedó con todos los derechos de autor, así que yo vivo de los conciertos", explicó en una ocasión el poeta. El autor cedió a varias empresas administradas por Isabel los derechos de su obra hasta entonces y de la que compusiera en un futuro. Según 'El País', la Audiencia Nacional ha revisado la relación del autor con tres de esas sociedades, Ultramarinos Finos, Relatores y El pan de mis niñas.
Empecemos por esta última. El pan de mis niñas estuvo administrada por Oliart hasta el año 2020, en que tomaron las riendas Carmela y Rocío, sus dos hijas. Está consagrada a la producción de espectáculos "musicales, teatrales, cinematográficos y de cualquier otro tipo" y a la "promoción y representación de artistas". En el último balance de cuentas presentado por la sociedad, de 2020, declaran activos por valor de 2.400.000 euros, aunque cierra perdiendo 41.000 euros.
Entre sus activos se encuentra diverso mobiliario, libros antiguos, joyas, un velero de recreo y una "construcción en curso en la plaza de Santa Ana". En el balance se explica que la sociedad mantiene un préstamo con Sabina de 300.000 euros.
Venta de un piso
En cuanto a Relatores SL (el nombre lo toma del domicilio madrileño de Joaquín Sabina), la empresa está administrada exclusivamente por Isabel Oliart. A través de esta entidad, la exmujer de Sabina participa en la institución de inversión colectiva (IIC) Neveron Inversiones. En julio de 2020, Oliart realizó varias operaciones inmobiliarias a través de esta empresa: vendió uno de los inmuebles propiedad de la sociedad en la calle de Joaquín Costa (Madrid) y se le adjudicó otro en la calle Fernán González. A través de Relatores también se han establecido préstamos a Sabina, la propia Isabel y otras sociedades satélite de la familia como Ripio SL, Cantos de Sirena o Luz de Gas. Esta última es matriz de la productora Gazmovement. En sus enfrentamientos con Hacienda, Sabina siempre ha alegado que estaba desvinculado de Relatores SL desde el año 1992.
La última empresa implicada en la inspección es Ultramarinos Finos, domiciliada en la calle Relatores. Esta entidad es propiedad al 50% de Sabina y de su actual mujer, la peruana Jimena Coronado. Desde 2017, cuando declaró una facturación superior a los nueve millones de euros (coincidiendo con una gira del artista), no presenta cuentas. El matrimonio es propietario a través de esta entidad de varios inmuebles en Madrid y en Rota (Cádiz).
Quizá escarmentado de su larga batalla con Hacienda, el cantante ha explorado en los últimos años inversiones poco ortodoxas en el terreno de las ciencias experimentales y la lucha contra el cáncer. El cantante jienense fue socio brevemente de Investigaciones Karius AIE, una agrupación de interés económico enfocada en "la investigación y el desarrollo experimental en ciencias naturales y técnicas". Estas estructuras de inversión ofrecen ciertas ventajas fiscales y se usan en el campo del cine, de la investigación y el desarrollo o la construcción naval. Sabina también se ha adentrado en la lucha contra el cáncer a través de otra AIE, Imab 4 Cancer Inmuno, de la que es socio desde 2018 y en la investigación científica con Investigaciones Devonshire AIE.
En el año 2014, el cantante admitió a través de su representante que Hacienda le requería cerca de cuatro millones de euros para poner sus cuentas al día con la Agencia Tributaria, pero anunció su intención de pleitear. La discrepancia estaba, como en el caso de muchos actores, deportistas y presentadores, en el uso de sociedades para cobrar sus derechos de forma que tributaran menos que si lo hubieran recibido como personas físicas. Sabina fue uno de los clientes del bufete Nummaria, que fue intervenido por la Audiencia Nacional y que tantos quebraderos de cabeza les ha traído a Imanol Arias o Ana Duato.
La noticia, publicada en exclusiva por 'El País', de que Joaquín Sabina volvía a tener problemas con Hacienda trepó rápidamente por las redes en el día de ayer. Según la información, la Audiencia Nacional ha desestimado el recurso que puso el cantante contra una liquidación de 2,5 millones por no declarar correctamente sus derechos de autor durante tres años. El maestro de Úbeda ya perdió en 2019 otros pleitos contra la Agencia Tributaria, en una larga batalla judicial que comenzó en 2014, cuando se supo que Hacienda le pedía cerca de cuatro millones de euros por presuntas irregularidades en la gestión de sus impuestos.