Muere Olivia Valere a los 75 años: adiós a la reina de la noche marbellí

Olivia Valere, uno de los personajes más importantes de Marbella, ha fallecido este jueves, 9 de junio, en París a los 75 años de edad. La empresaria ha muerto a causa de un cáncer de estómago, una dolencia que padecía desde hace un año, y en el momento de su deceso estaba rodeada de su familia. Mañana, viernes, sus restos serán trasladados a Marbella en avión privado, ya que sus deseos eran que fuera enterrada en un cementerio judío.

Olivia se denominaba a sí misma como una “pequeñita hormiga” que había llenado de glamour Marbella. Es una de las grandes de la noche de esta localidad malagueña y lo sabía. La empresaria, de origen francés, regentaba la 'nuit' de la ciudad costasoleña desde hacía más de 30 años. Todo desde que un día Jesús Gil le soltase un “nena, tú vales mucho”. Ese mismo día, Gil la invitó a crear una discoteca 'relámpago' en unos terrenos no exentos de polémica. Así fue como Olivia levantó su particular santuario en apenas setenta días. El 25 de julio del 2000 inauguraba, de la mano de Gil, la discoteca más emblemática de la Costa del Sol y el que fuera último proyecto de Valere.

El exalcalde de Marbella la había retado: “Olivia, Marbella necesita una gran discoteca que relumbre como el oro, así que ponte con ella, porque tienes más 'güevos' que un toro de lidia. Puedes con eso y con mucho más”. Dicho y hecho. Aquel verano, el propio Gil era el encargado de cortar la cinta para inaugurar un local que se convertiría en un 'place to be' mítico y por donde desfilarían personajes de distinto pelaje como Alberto de Mónaco, Bruce Willis, Prince, Naomi Campbell, Eva Longoria, Camilo José Cela, Antonio Banderas o Luis Miguel.

Antes de eso, Valere había estudiado literatura en la capital francesa y había sido relaciones públicas en el Senado de ese país. A principios de los años 80 abría su primer local, y poco después se instalaba en Marbella, en parte por culpa de una cantante de origen asiático muy famosa por aquel entonces: "Kimera era una de mis mejores amigas en París", contaba Olivia a Vanitatis hace un tiempo. "Me invitó a su cumpleaños y no dudé en subirme al avión que esta cantante coreana, tan de moda entonces y también descendiente de la familia imperial, había fletado en París para acudir a su fiesta de cumpleaños en Estepona. Fue todo un descubrimiento. Me quedé cautivada por el clima y a mi vuelta a París cerré mi discoteca y la abrí en Marbella", añadía.

La Marbella de entonces

Hace unos años, Vanitatis se encontraba con la empresaria de la noche marbellí para recordar, entre otras cosas, la noche de la inauguración: la francesa abría su primera discoteca en Puerto Banús, en 1985. "Quedé muy sorprendida cuando comprobé que la gente peleaba por venir a la apertura, Puerto Banús colapsado de coches para la inauguración y conocí a mucha gente importante, entre ellos a Jaime de Mora y Aragón, uno de los mayores caballeros que he encontrado".

La Marbella que ella descubrió a su llegada era muy distinta de la de hoy día. Tanto en población (que apenas llegaba a los 40.000 habitantes y hoy ronda los 150.000) como por el público que se deja ver por sus calles, sus playas y sus clubs. "Fue el príncipe Alfonso de Hohenlohe el que consiguió que a Marbella vinieran los grandes del cine, como Elizabeth Taylor y George Hamilton, o ricos empresarios árabes como Adnan Khashoggi, que organizaba fiestas y cenas fastuosas. Hoy en día, la gente no tiene tiempo de disfrutar como se disfrutaba entonces", recordaba Olivia sobre aquellos años en los que Marbella era epicentro de los veranos más glamurosos e internacionales.

"Ahora vienen solo si les contratas para su imagen y por dinero, pero nada más. Además, les pagas carísimo y es muy complicado. Fíjate con Paris Hilton, que la traje a mi discoteca. Llegó, cobró e hizo lo mínimo. Además, no cumplió lo fijado en contrato", relataba Olivia con un cierto aire de nostalgia por aquellos veranos marbellís de los ochenta, la época dorada en la que se mezclaba lo kitsch con lo excéntrico, lo glamuroso con lo chabacano. "Yo diría que en el mundo entero se ha perdido el sentido de la elegancia. Si tienes dinero hoy en día, tienes más posibilidad de comprarlo todo...", se lamentaba.

Uno de los últimos proyectos en los que participó fue en el reality 'Mujeres ricas', en el que salía con su familia: "Me he interpretado a mí misma, junto a mi familia, y pienso que no lo he hecho mal. Cuando tenía doce años quería ser actriz, pero no pudo ser y gracias a la televisión he podido hacer realidad ese sueño".

Vocación de actriz

Como ella misma explicaba, ese sueño logró cumplirlo, pero se quedó en el tintero otro que también anhelaba la empresaria y que confesó en cierta ocasión a este medio: "Me haría muchísima ilusión que Antonio Banderas hiciera la película que me prometió sobre mi vida. Una vez me lo comentó durante un almuerzo y me decía que mi discoteca tenía duende. ¡Duende! ¡Très magique!", comentaba entre risas mientras mandaba al actor malagueño un mensaje para que se diera prisa porque su vida daba para mucho.

A pesar del cambio que había dado la localidad en la que 'reinó' durante décadas, Olivia siempre fue su gran defensora: "Marbella sigue siendo un lugar paradisiaco donde no hay que mirar a la ventana para saber qué tiempo va a hacer. Y, sobre todo, al lado de Ibiza, Montecarlo o Mykonos es muy barato".

Con la muerte de Olivia, una parte de aquella Marbella excesiva, desmesurada y extravagante también desaparece: "He hecho fiestas romanas con fuentes de champán, me he montado en cuádrigas romanas como Ben-Hur. Cumplo los sueños de los demás y los míos, porque siempre he sido una actriz frustrada y recrear estos escenarios me maravilla".