La boda de Nuria March y George Donald en Londres: de los padrinos a la 'welcome party'

Nuria March y George Donald Johnston tenían otros planes previstos cuando tomaron la decisión de casarse. Lo iban a celebrar en Vermont (Estados Unidos), donde el novio tiene un rancho. La pandemia y las restricciones sanitarias y de movilidad por el covid cambiaron los planes de ubicación, pero no el compromiso matrimonial. Finalmente, lo harán este viernes en Londres, en una ceremonia reducida y familiar. Los hijos de ambos mantienen una relación espléndida a pesar de la diferencia de edad que hay entre ellos. Los padres de la empresaria fallecieron hace tiempo y su hermano, primos y sobrinos forman parte de su unidad familiar. Estarán todos ellos, salvo su hermano Fernando, que por un problema de conexiones no llegará a tiempo. El resto formará parte del grupo más íntimo que estará presente en la ceremonia civil y en las posteriores fiestas.

El viernes por la tarde noche, los novios, que ya estarán casados, han organizado la fiesta de bienvenida, una 'welcome party'. Y el sábado, el convite nupcial será a mediodía en un lugar especial como es el Museo de Historia Natural que se encuentra en Kensington. Este espacio se alquila para eventos y es uno de los lugares preferidos por las firmas comerciales para presentar sus productos y por miembros de la clase alta londinense.

Uno de los detalles de esta boda es la petición que han hecho los protagonistas a los invitados para que no les hicieran regalos: “Hemos pedido a los amigos y a la familia que el dinero que se iban a gastar lo invirtieran en algo mucho mejor. Pasamos una lista de fundaciones y ONG para que los invitados puedan elegir. Entre las que hemos propuesto está la Fundación Tara, que es una iniciativa solidaria que ayuda a mujeres emprendedoras sin recursos. También propusimos la Fundación Aladina, Soñar Despiertos, que procura hogares para niños, y la Fundación Madrina. Y Don tiene las suyas para la gente que viene de Estados Unidos y de otras partes del mundo”, explicaba Nuria a Vanitatis hace unos días.

El martes pasado presentaba en el hotel Villa Magna las Venezianas, una firma de calzado que forma parte de su cartera de clientes. También aseguraba que no habría ningún tipo de exclusiva por medio y adelantaba que luciría tres vestidos diferentes que este jueves, 9 de junio, aparecían en sus redes sociales: tres trajes firmados por Lorenzo Caprile, Tot-Hom y The 2nd Skin Co. Tres de las marcas más consolidadas del panorama español y que más novias e invitadas a bodas han vestido con éxito a lo largo del último año.

Siete años de amor

La historia de Nuria y Don, que así se le conoce familiarmente, surgió hace siete años. Se conocieron en una cita a ciegas sugerida por amigos comunes que consideraban que se iban a entender. Y efectivamente, fue un flechazo a primera vista y se cumplió la premisa. A los amigos visionarios los han elegido como padrinos de boda. Los hijos respectivos de ambos serán los testigos.

Para Nuria será su tercer matrimonio. Estuvo casada con Jaime Martínez-Bordiú, con el que tuvo a su hijo Jaime, y después con José María Pasquín. Por su parte, para Don será su segundo matrimonio. Tiene dos hijos y recientemente ha sido abuelo. Entre los dos formarán una unidad familiar muy bien avenida.

Nuria March tiene su propia agencia de comunicación con firmas relacionadas con el sector de la moda y el lujo desde hace años. Suele frecuentar las convocatorias sociales por su trabajo, pero lo que de verdad le gusta es cantar y tocar la guitarra. De vez en cuando, sorprende a sus amistades con conciertos en locales de aforo reducido acompañada de los miembros de Band of Guille: “Hace seis años que empecé a recibir clases de canto y de guitarra. El día de mi primera actuación en público fue una felicidad. Aún me queda mucho camino por recorrer, pero cada día doy un paso adelante”.

Puede ser que el día del convite de su boda con Don, Nuria March decida agradecer a la vida cantando.