unque hemos quedado con ella a las 10:30, Begoña Villacís nos sorprende media hora antes a las puertas del Centro Cultural Conde Duque, donde hoy arranca una agenda non-stop que viviremos con ella en primera persona. Nos espera con una amplia sonrisa, un bronceado impecable y el único deseo de tomarse un café. No es el primero. Según nos confiesa, ya se ha tomado uno nada más levantarse, es lo primero que hace tras abrir los ojos todos los días a las 6:30 de la mañana.
Después ha corrido 10 kilómetros con las zapatillas Mizuno que la acompañan desde que empezó a correr (“consejo de Murakami”), ha redesayunado unos cereales, llevado a sus hijas al colegio y nos espera en perfecto estado de revista subida a unos tacones de infarto como si nada. “Me levanto con mucha energía”, revela entre risas.