Fernando Fitz-James y Sofía Palazuelo visitan Huéscar y 'firman la paz' con la localidad

Llevar el título de duques, hoy en día, demuestra el origen nobiliario, pero no conlleva grandes obligaciones. Esto no siempre ha sido así: los ducados nacieron asociados a sus tierras, y en el caso concreto del de Fernando Fitz-James Stuart y Sofía Palazuelo, esa tierra es Huéscar. El pasado fin de semana, el Ayuntamiento de la localidad y el de Puebla de Don Fadrique invitaron al matrimonio a conocer cómo están hoy los dos pueblos que en su día pertenecieron a la Casa de Alba.

Ellos, tal como revelaba estos días el digital ‘Ideal’, aceptaron encantados esta visita institucional y conocieron cada rincón de estos territorios. Primero estuvieron en la Puebla de Don Fadrique, en la que les esperaba el alcalde, Mariano García Castillo. Allí, después de dejar su firma en el libro de honor, recorrieron las calles céntricas del pueblo, entraron en Aguirre, la panadería más antigua, y en la iglesia parroquial de Santa María de la Quinta Angustia, en la que rezaron ante las imágenes de las santas patronas Alodía y Nunilón. No quisieron dar por concluida la jornada sin antes pasar al Museo Etnográfico Arqueológico, uno de los grandes reclamos turísticos con los que cuenta esta zona.

Vanitatis ha hablado con el alcalde de Puebla, que se mostró encantado con la visita. "Los duques estuvieron muy amables, estuvieron visitando algunos comercios, estuvieron en la panadería, en la óptica, en algunos supermercados, tiendas de souvenir… Y muy bien, fueron muy amables, estuvieron muy cómodos y muy cercanos, preguntando a la gente, interesándose por la economía del municipio, por cómo vive la gente, de qué trabaja…".

Al parecer, era su primera visita a la localidad. "Ellos no habían venido nunca y esto ha sido una primera toma de contacto para conocernos. Nos prometieron que volverían con su hija, nos dijeron que les había gustado el pueblo por el entorno natural y la gastronomía", explica el alcalde. "Ya nos hemos quedado con su contacto y seguramente en el futuro se concretará algún acto más de cooperación entre el Ayuntamiento y la Casa de Alba, claro".

Luego, Huéscar

En la siguiente jornada se trasladaron a Huéscar, sin duda un día especial para ellos, que tan orgullosos llevan su título. Los acompañaron a lo largo de la jornada el alcalde, Ramón Martínez, y la teniente de alcalde, Soledad Martínez. Juntos recorrieron las secuoyas de la finca de la Losa y el Centro de Interpretación del Cordero Segureño (CICOS), que está ubicado en el antiguo convento de San Francisco. Muy importante para ellos porque la comunidad franciscana de Huéscar se fundó el 6 de octubre de 1602 con la licencia del arzobispo de Toledo y del entonces duque de Alba.

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También en el convento de San Francisco se interesaron por el Museo de la Ciudad y los frescos restaurados del claustro y sala de los Filósofos. Al atardecer disfrutaron de las vistas de la torre del Homenaje y pasaron por la puerta de la iglesia de Santiago, presidida aún hoy por el escudo nobiliario de la Casa de Alba.

La reconciliación

Ya el domingo, para arrancar bien el último día de visita, disfrutaron de un desayuno típico de la zona (y en realidad de España): el chocolate con churros. Y ya con las necesidades básicas cubiertas se dirigieron a la colegiata de Santa María la Mayor, donde les mostraron las ropas, que también son de la Casa de Alba, llamadas 'terno del duque con ricos bordados'. Una vez visitado todo aquello que les apetecía ver, les esperaban para una recepción oficial en el ayuntamiento con la que dar por concluido el fin de semana de cultura e historia familiar.

Tal como ha podido conocer el diario anteriormente citado, los alcaldes y equipos del ayuntamiento de las dos localidades han destacado de los duques de Huéscar su cercanía y su interés por lo visitado. En sus palabras en el consistorio, el duque destacaba la importancia de la visita, que es la primera que hacen porque, a lo largo de la historia, la relación entre estas tierras y la Casa de Alba no siempre fue ideal. Aunque hubo momentos que sí, en otros las tensiones y los problemas se convirtieron en protagonistas. De manera que él ve el estado actual de ‘reconciliación’ tras lo ocurrido antaño.

La idea, y lo que los oscenses consideran ideal tras mostrar los puntos clave de ambas localidades y la gastronomía de la que gozan, es que, a partir de este momento, puedan mantener una buena relación e incluso se pueda llevar a cabo una promoción turística, pues según las palabras del alcalde de Huéscar, ahora tienen claro que tanto Fernando como Sofía tienen información y experiencia suficiente en la zona como para convertirse en embajadores. Algo que por ahora, lejos de ser un hecho, es solo una idea de futuro para hacer prosperar la zona.

Al margen de lo que se acuerde en el futuro entre los duques de Huéscar y el Ayuntamiento de la localidad que les da nombre, cabe pensar que Sofía Palazuelo, desde Around Art, la agencia de su madre, Sofía Barroso, en la que se dedican a organizar viajes y eventos culturales personalizados, podrá tener Huéscar en mente cuando cumpla con los requisitos de la persona o grupo de personas que quieran disfrutar de la experiencia.

Fernando, por su parte, en su día a día, no se dedica a nada que tenga remotamente que ver con el turismo. Él está desarrollando su carrera financiera en el banco suizo Lombard Odier mientras echa una mano en los negocios familiares, que son mayoritariamente dedicados a la agricultura. Pero, a juzgar por sus palabras ante la alcaldía de Huéscar y Puebla de don Fadrique, todo indica que hará lo posible por tender una mano a estas localidades y perpetuar la paz firmada durante su agradable visita del pasado fin de semana.