Exclusiva | Lolita, abuela de nuevo: su hija, Elena Furiase, ha dado a luz a una niña en Madrid

Lolita Flores está pletórica. La cantante acaba de ser abuela por segunda vez hace apenas dos días y, tras una racha delicada de salud, al fin parece que empiezan a llegar las noticias buenas a su vida. Elena Furiase ha sido mamá de una niña. Se trata de su segundo hijo (ya tiene un niño, Noah) fruto de su relación con el músico Gonzalo Sierra.

La pareja contrajo matrimonio el 18 de septiembre de 2021 en Vejer de la Frontera (Cádiz) y diez meses después llega una preciosa niña que ha sido recibida con la mayor de las alegrías. Aunque en un principio se habló entre las amistades de la familia Flores de la posibilidad de que la pequeña pudiera llevar el nombre de su bisabuela y su abuela materna, Lola, Elena tuvo claro desde el primer momento que prefería otro nombre fuera del ámbito familiar.

Ya su prima Lola Orellana, hija de Rosario, lleva el nombre de la Faraona, así que se ha decidido por otro más original que tiene origen africano: Nala. El nombre significa ‘reina’ y también ‘regalo’. En la cultura hindú es masculino y en el santoral se celebra el 30 de junio. En el mundo infantil es un nombre muy querido porque así se llama la protagonista femenina de ‘El Rey León’, película de Disney que se estrenó en 1994. En la película, Nala es la amiga de Simba, el hijo del león líder de la manada, y termina siendo su pareja.

* Si no ves correctamente este formulario, haz clic aquí

El nacimiento de la pequeña ha estado rodeado de la máxima discreción, como lo fue también la boda de sus padres, que decidieron conceder la exclusiva de la misma a un medio de comunicación.

La hija de Lolita estuvo unos días en Cádiz antes de dar a luz a su bebé. A primeros de junio, cuando aún estaba de ocho meses, acudió a la playa que es punto de encuentro familiar con su marido y su hijo Noah de tres años y medio.

Lolita, que estuvo grabando una serie para una plataforma digital, ha estado al lado de su hija en todo momento. Rosario se encuentra inmersa en su gira y le tocaba actuar en Tarrasa cuando su sobrina se puso de parto. La menor de las hermanas Flores ha cosechado un gran éxito en el Palau Sant Jordi de Barcelona, donde coincidió con el colombiano Sebastián Yatra, y anteriormente en Torrejón y Sabadell.

Un año complicado para Lolita

La llegada de Nala viene a compensar un año que no comenzó muy bien en lo que se refiere a salud para su abuela Lolita. La cantante comentaba en el programa ‘Sálvame Deluxe’ lo que había ocurrido a primeros de año: "Me dio un ataque de ciática muy fuerte y el médico me encontró artrosis en el coxis y escoliosis en la columna y eso me pinzaba el nervio ciático. Ahora tengo un entrenador que me está poniendo la espalda en su sitio. Para colmo, después cogí una bronquitis y estuve 15 días metida en la cama con antibióticos... Por eso ahora me pienso mucho los proyectos".

Pero a eso se unía también un problema de visión que la tenía preocupada y que le hizo someterse a un tratamiento: “Veo borroso porque se me ha desprendido el humor vítreo. Con el ojo izquierdo veo estupendo, con el derecho no. Me han dicho que me espere, me han mandado un tratamiento".

Afortunadamente, ha ido recuperándose y, además de la llegada de su nieta, tiene otro proyecto profesional muy importante que la tiene muy ilusionada: el rodaje de la segunda entrega de la serie que ha hecho para una plataforma digital y que grabaría después del verano. Lolita se queda sin vacaciones, pero buscará unos días en agosto para disfrutar del mar, que tanta energía le da. Su intención es permanecer en Madrid para estar al lado de Lena y ayudarla con el bebé y, sobre todo, disfrutar de su nieto mayor al que adora y la llama “abela Lolita”.

La cantante entiende que la responsabilidad de la educación es de los padres y que, aunque siempre pensó que no podría querer a sus nietos como a sus hijos, la llegada de estos le ha hecho cambiar de opinión. A la periodista María Casado le confesaba en su programa de entrevistas 'Las tres puertas'de TVE: "A mis hijos, a Guillermo y a Elena, no les dejaba entrar en el salón. Era en la cocina o en la salita, en el salón elegante, no. En cambio, a mi nieto, llega con un helado de chocolate, se sienta en el sillón blanco, me lo mancha y le digo: 'No pasa nada, se lava, tiene funda’. Tengo en el salón una esquina con todos sus juguetes. Y luego tengo un armario en el salón, que en vez de guardar abrigos, tengo todos los juguetes de Noah”.