Entrevista junto a Pilar García de la Granja

Eugenia Martínez de Irujo, diseñadora, animalista y poco convencional: “Soy tan feliz que ni me lo creo”

Eugenia Martínez de Irujo junto a Pilar García de la Granja
Texto Paloma Barrientos
Fotos Isabel Blanco
Formato VA Diseño|Luis Rodríguez

ugenia Martínez de Irujo posa para Vanitatis en su mejor etapa personal y profesional. Los desencuentros familiares desaparecieron y la relación con su hermano Cayetano volvió a ser tan fluida como había sido siempre. Echa de menos a su madre, a la que recuerda todos los días. Está feliz por la trayectoria de su hija Tana, que ha elegido mantener una presencia mediática de perfil bajo. Reconoce la suerte que tuvo al conocer a Narcís Rebollo, con el que se casó hace cinco años. En el aspecto laboral, se encuentra inmersa en su nueva colección de joyas para Tous.

Sus kimonos pintados a mano fueron un éxito. Una de las actividades en las que se ha involucrado, desde que conoció a la periodista Pilar García de la Granja, ha sido la de la Fundación Querer. En esta entrevista, realizada en El Cole de Celia y Pepe, como se llama el centro de educación para niños con necesidades especiales, Eugenia nos habla de su especial relación con esta ONG. Un proyecto que tuvo que ver con la necesidad personal de García de la Granja de buscar alternativas a las enfermedades neurológicas. La hija de la duquesa de Alba reconoce que el tener un perfil conocido ayuda a visibilizar estos proyectos.

Eugenia Martínez de Irujo posa en El Cole de Celia y Pepe
Eugenia Martínez de Irujo posa en El Cole de Celia y Pepe.
¿Que relación tienes con la Fundación Querer?

Habíamos coincidido en Nueva York en una gala de la Cámara de Comercio donde premiaron a los Tous. Pilar estaba viviendo allí, pero no hablamos mucho. Creo que no tenía ni referencias mías. Después coincidimos en una boda y fue cuando me contó lo que estaba haciendo. Quedamos un día en un restaurante, cerca de mi casa, y a partir de ahí me impliqué en la fundación. A esta mujer le debo muchísimo.

Tu primera colaboración fue para recaudar fondos...

Así es. Se me ocurrió diseñar una camiseta con un dibujo que hice con la cara de un perrito que gustó mucho. Y lo siguiente que hice tuvo que ver con el confinamiento. Retomé la pintura, un hobby que tenía abandonado. Se me ocurrió que podíamos montar una exposición con todos los cuadros y que lo que se obtuviera de la venta fuera para el colegio. La verdad es que fue un éxito y se vendió todo. Y lo que se recaudó sirvió para que Pilar montara la sala multisectorial.

¿Qué es lo que más te llamó la atención del proyecto en el que colaboras?

Desde el primer momento, lo que me atrapó fue Pilar y su personalidad. Tiene una capacidad de ilusionar, de trasmitir y de luchar que impresiona. Es una mujer cien.

Los niños, grandes protagonistas de los objetivos de la ‘Fundación Querer’
Los niños, grandes protagonistas de los objetivos de la ‘Fundación Querer’.
El Cole de Celia y Pepe da un futuro a niños que no lo tienen por sus necesidades especiales.

Yo lo he vivido de cerca con Margaret, la hija de mi nanny, aunque en su caso no eran temas neurológicos. Aquí en el cole lo que se aprende es lo mucho que se puede hacer estimulando a estos niños que son diferentes para que desarrollen habilidades que aparentemente no tienen. Es impresionante ver su evolución. Cómo llegan a leer, escribir, a ser independientes. Emociona ver a esos padres que son felices con cada peldaño que suben sus hijos. Es importantísimo que estos colegios existan y que no los hagan desaparecer.

¿Eres consciente de que al ser una persona conocida hablar y visibilizar estos temas tiene más trascendencia?

Claro. El hecho de que estemos en El Cole de Celia y Pepe haciendo la entrevista hace que personas que desconocen en qué consiste esta iniciativa reciban la información. O simplemente que apoyen con ayudas y dinero a la Fundación Querer. Yo feliz de la vida.

“Lo que me atrapó fue Pilar y su personalidad. Tiene una capacidad de ilusionar, de trasmitir y de luchar que impresiona. Es una mujer cien”

Dices que el confinamiento te sirvió para volver a pintar...

Lo único positivo que saqué del confinamiento fue que retomé la pintura con muchísima fuerza. Pinté mucho y decidí que quería montar una exposición. La organicé en la galería de mi sobrinos, Jacobo y Asela, y fue un éxito total. En tres días vendí todos los cuadros.

¿Lo has dejado o continúas con la buena racha artística?

Sigo, pero ahora voy más lenta y la verdad es que se venden bien. Lo que he hecho ha sido cambiar de soporte y diversificarme. Hice los kimonos, que fueron una serie limitada. No he vuelto a hacerlos porque quería que fuera algo muy exclusivo. Ninguno era igual y cada persona que lo compró tenía uno único.

La duquesa de Montoro ha heredado la faceta más comprometida de su madre
La duquesa de Montoro ha heredado la faceta más comprometida de su madre.

Solidaria y poco convencional

Además de sus proyectos solidarios, Eugenia también ha sabido desligarse de su imagen de ‘hija de’ y son muchas las firmas que buscan su colaboración. Simpática y afable con la prensa, hay facetas muy marcadas en su personalidad. Por ejemplo, la de su gran amor por los animales, que ha hecho público más de una vez. También le gusta viajar, y precisamente tener a sus animales es lo que le frena a la hora de estar “un mes” fuera de su casa.

Estás de moda. Te piden colaboraciones muy diferentes, vajillas, papelería...

De pequeña me chiflaba entrar en estas tiendas. Me gustaba todo: las agendas, las carpetas, las libretas, los lápices, las cajas de colores, los estuches... Mi ilusión era tener una papelería y ahora lo que he hecho ha sido trasladar mis ideas a ese sector. Cuando me lo propusieron, no lo dudé. Y con las vajillas, lo mismo. Mi amiga Sandra Segimón vino a la exposición y le encantaron las pinturas por el colorido, por lo alegres que eran. Me propuso colaborar y hacer una línea de menaje con platos, bandejas, vasos y fuentes.

¿Todo esto lo haces en algún lugar específico? ¿Vas a un taller?

Tengo mi estudio y lo hago en casa. Me involucro en todo el proyecto. Igual que hago con mi línea de Tous. Me organizo muy bien. Hay días que estoy de la mañana a la noche y otros más libre. No soy de llevar un horario fijo.

Otro de los recintos de El Cole de Celia y Pepe
Otro de los recintos de El Cole de Celia y Pepe.
Eres poco convencional...

Si lo quieres definir así, lo soy. Lo que ha sucedido con el covid era impensable. Por eso, cada vez soy más de vivir el día a día. La muerte de Conchita Spínola, a la que quería muchísimo, ha sido una tragedia terrible. Tengo claro que hay que aprovechar cada momento de la vida.

Se te ve feliz. ¿Es tu mejor momento personal?

Gracias a Dios llevo ya mucho tiempo así. Es un triunfo. Estoy muy contenta y a veces no me lo creo ni yo.

“Cada vez soy más de vivir el día a día. La muerte de Conchita Spínola, a la que quería muchísimo, ha sido una tragedia terrible. Tengo claro que hay que aprovechar cada momento de la vida”

Tu marido, Narcís Rebollo, tiene mucho que ver en este estado de tranquilidad y de equilibrio.

Es una persona a la que admiro profundamente. Nos entendemos muy bien, me hace la vida muy fácil, me da seguridad. Una de las cualidades que transmite es su tranquilidad y su serenidad. Para Narcís nunca hay problemas. No se agobia por nada. Lo pasamos muy bien y tiene un sentido del humor maravilloso. Flipo con él, es una maravilla de persona. ¿Qué más puedo pedir?

Eugenia narra a ‘Vanitatis’ los objetivos de la ‘Fundación Querer’
Eugenia narra a ‘Vanitatis’ los objetivos de la ‘Fundación Querer’.

“Mi madre está conmigo”

A lo largo de esta entrevista, Eugenia tampoco se olvida de la recordada doña Cayetana, que se fue para siempre un 20 de noviembre de 2014 y todavía sigue siendo uno de los personajes más populares de nuestro país. Afirma que, en cierto modo, su energía sigue estando con ella y que estaría orgullosa de lo que está haciendo ahora.

¿Sientes que tu madre te cuida?

Sí, está conmigo. Somos energía y eso no desaparece. Y este sentimiento me ayudó mucho cuando murió. La tengo muy presente en todo lo que hago, con la pintura, con los kimonos. Le habría encantado lo que estoy haciendo. Recuerdo que lo que yo diseñaba para Tous se lo compraba. Me impresionó cuando abrí su joyero y vi que tenía todas mis colecciones. Desde la primera a la última. Se me parte el alma el no tenerla.

¿Te vas pareciendo cada vez más a tu madre?

Me dicen que sí.

Pilar García de la Granja y Eugenia son grandes amigas con una preocupación común: los menores con problemas neurológicos
Pilar García de la Granja y Eugenia son grandes amigas con una preocupación común: los menores con problemas neurológicos.
Durante muchas etapas de tu vida el ser personaje te agobiaba. Querías ser invisible y ahora eres muy activa en las redes sociales.

No lo habría imaginado después de tantos años de intentar pasar desapercibida. Eran unos tiempos en los que tenía paparazzi y reporteros cada vez que me movía, incluso cuando llevaba a la niña al colegio. Era angustioso. Ahora llevo una vida normal y mi Instagram sirve para dar publicidad a lo que hago.

¿Nunca has tenido que bloquear a nadie?

Lo que recibo es tanto cariño de la gente que no está pagado con nada. Siempre contesto, aunque sea con un corazón o un ‘me gusta’.

“Mi madre está conmigo. Somos energía y eso no desaparece. Y este sentimiento me ayudó mucho cuando murió. La tengo muy presente en todo lo que hago, con la pintura, con los kimonos. Le habría encantado lo que estoy haciendo”

Desde hace un tiempo hay tranquilidad en la Casa de Alba.

Eso es bueno para todos. Y hay una segunda generación con mi hija y mis sobrinos que lo llevan con más naturalidad. Son maravillosos.

¿Qué te gustaría hacer?

Viajar, que me encanta, aunque cada vez me cuesta más por mis animales. Marcharme un mes no puedo. En total tengo diez perros. Todos son adoptados y en este sentido animo mucho a la gente a que los acoja. Son los más agradecidos, los más listos, los más cariñosos. Cuando llego a casa, siempre es una fiesta y duermen en la cama. En la finca tengo cuatro perros, en Madrid otros cuatro, dos en Ibiza, más los gatitos, los burros, el cerdo. En esto me parezco mucho a mi madre.

Eugenia y Pilar en uno de los rincones del Cole de Celia y Pepe
Eugenia y Pilar en uno de los rincones del Cole de Celia y Pepe.

El origen de un proyecto muy especial

Pilar García de la Granja ha querido participar en esta charla en El Cole de Celia y Pepe, que fundó para ofrecer soluciones a niños diferentes con problemas neurológicos, a los que la educación convencional o incluso la medicina no daban alternativas. Con Eugenia no tenía ninguna relación y si la había visto, había sido en las revistas: “Soy muy despistada y mi referencia era su madre. He vivido muchos años en Estados Unidos y mi conocimiento de ella era nulo. Incluso en ese primer encuentro, ni me planteaba la Fundación Querer”.

La historia de Pilar y su ONG comienza por su experiencia personal. Su hijo Pepe era un niño de cinco años que crecía con normalidad hasta que una mañana, al despertar, había olvidado el día anterior. Le diagnosticaron el síndrome de Landau-Kleffner, del que solo hay 190 casos en el mundo y no tiene cura, que provoca la pérdida de la memoria.

Eugenia Martínez de Irujo y Pilar García de la Granja, los motores de la ‘Fundación Querer’
Eugenia Martínez de Irujo y Pilar García de la Granja, los motores de la ‘Fundación Querer’.

Tras una larga travesía en un desierto, en la que las respuestas siempre eran negativas, buscó alternativas. Lo primero que hizo fue crear la fundación y a partir de ahí fueron surgiendo los proyectos en los que Eugenia se involucró desde que conoció a la periodista. Pilar explica que en Querer “hemos ido poco a poco. Ahora hay un gabinete de neurodesarrollo y educativo, donde trabaja un equipo multidisciplinar de neurólogos, genetistas, neuropsicólogos, logopedas, terapeutas ocupacionales y expertos en coach. También desarrollamos proyectos de investigación. Hay mucha gente involucrada y cada donación nos sirve para seguir abriendo puertas a las enfermedades raras”. Gracias, entre otros, a Eugenia Martínez de Irujo, El Cole de Celia y Pepe se ha convertido en una realidad.