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El nacimiento de Tamara Falcó que molestó a Julio Iglesias
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OPINIÓN

El nacimiento de Tamara Falcó que molestó a Julio Iglesias

La VI marquesa de Griñón tuvo un nacimiento con polémica incluida a cuenta de su segundo nombre, que no todo el mundo conoce

Foto: Tamara Falcó, en brazos de Julio Iglesias. (Instagram: @tamara_falco)
Tamara Falcó, en brazos de Julio Iglesias. (Instagram: @tamara_falco)

Tamara ha estrenado su documental en Neflix con un título muy rimbombante, 'La marquesa', que, como cuenta, incluso a su madre este epígrafe le parecía exagerado. Con su naturalidad habitual y su razonamiento, que a veces puede parecer estratosférico, se planta y le dice al icono Preysler: “Mamá, es que soy marquesa”. Y de esta manera tan rotunda y, por otra parte, tan lógica no deja espacio para la discusión.

Tamara Isabel, que así la inscribió su padre en el Registro Civil, cumplió el pasado 20 de noviembre 40 años con una celebración a lo grande que también se ha visto en la serie. La que se convertiría con el tiempo en VI marquesa de Griñón tuvo un nacimiento con polémica incluida. El nombre elegido no tenía ningún antecedente familiar y así lo explicaba a la revista 'Protagonistas' el padre de la criatura: “La hemos llamado Tamara porque nos gusta. Tanto a Isabel como yo queríamos una mujer. Un niño también nos hubiera hecho felices, pero las chicas ayudan más unir a una familia”.

placeholder Isabel Preysler y Carlos Falcó presentan a Tamara a la prensa. (Gtres)
Isabel Preysler y Carlos Falcó presentan a Tamara a la prensa. (Gtres)

Hay que recordar que la bebé era el cuarto hijo para Isabel Preysler y el tercero para Carlos Falcó. El problema fue con el segundo nombre. La recién nacida recibió también el nombre de Isabel. Esto llevó a Julio Iglesias a preguntarse en una entrevista que concedió a Jesús Mariñas en la misma revista que qué necesidad tenía su exmujer de repetir, cuando Chábeli, la niña de sus ojos, era la genuina Isabel. Y no sólo eso, sino que con cierta tristeza comentaría en aquel encuentro con el periodista y amigo: “¡¡Pobre Chábeli!! Ya no será la única en esa casa”. Y, efectivamente, tampoco lo fue la propia Tamara porque años después llegó Ana.

La flamante marquesa no tiene inconveniente en reconocer que al separarse sus padres cuando ella tenía cinco años “me convertí en una niña caprichosa”. El tiempo lo cura todo. Y la niña repelente se convirtió en el miembro de la tribu Preysler más querido.

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A Tamara su padre la definía como la 'naif' de la familia. No se sorprendía con sus ocurrencias y quizá lo que sí le llamó la atención fue su participación en el programa de cocina. “¡Si lo único que sabía hacer era bizcochos y ensaladas! Nada más”, decía. Comentaba que incluso su despiste la llevó en una ocasión a echar sal en la mezcla del bollo en vez de azúcar. En esta última etapa, cuando la hija ya era conocida como cocinera más que como diseñadora, aseguraba: “Estoy encantado. Ahora ya no soy el marqués de Griñón, soy el padre de Tamara”.

En el documental reafirma una dedicación laboral que nadie de su familia esperaba y lo aclara para que no haya confusiones: “Mi verdadera pasión la descubrí en las cocinas. Soy chef y voy a montar un restaurante en El Rincón”. La hija de Preysler es transparente y no se corta al reconocer que va a encontrar muchas dificultades para cumplir con este sueño. El primero, convencer a su incrédula madre de que lo puede hacer.

placeholder Isabel Presyler, Tamara Falcó y Mario Vargas Llosa, en una imagen de archivo. (EFE/Javier López)
Isabel Presyler, Tamara Falcó y Mario Vargas Llosa, en una imagen de archivo. (EFE/Javier López)

Para definir las ocurrencias de Tamara, su familia las concentraba en una frase -"son las cosas de Tamara”- que se convirtió en un genérico para todos los que intimaban con la chef. Estas “cosas” podían ir desde sus despistes a la hora de conducir a contar cómo fue la ruptura matrimonial de sus padres (“llego tío Miguel y se quedó”) o explicarle a su hermana Ana la irrupción de Mario Vargas Llosa en la vida sentimental de su madre. Fue en el programa de Bertin Osborne. “Mami no se arregla mucho los sábados para comer y de repente dice: “Niñas, va a venir a comer un amigo a casa”. Y sale mami peluqueada, con tacón y con unos pantalones negros apretados. Y pienso: '¿qué viene quién a comer?'. Y ya le dije a Ana: “A mami le gusta Mario. Aquí hay tomate”. Y efectivamente, Tamara no se equivocó.

Otra de sus declaraciones memorables y que le hace dar titulares cada vez que abre la boca... Al preguntarle hace tiempo por la crisis que se vivía en España, su respuesta fue surrealista pero sincera: “Anda, no sabía que en España se pasaba hambre. Yo creía que eso solo sucedía a los negritos de África”. Fue tan memorable como su fórmula para asumir la crisis, que consistía en reutilizar los zapatos: “Ahora me compro menos y me los pongo varias veces”.

Tamara ha estrenado su documental en Neflix con un título muy rimbombante, 'La marquesa', que, como cuenta, incluso a su madre este epígrafe le parecía exagerado. Con su naturalidad habitual y su razonamiento, que a veces puede parecer estratosférico, se planta y le dice al icono Preysler: “Mamá, es que soy marquesa”. Y de esta manera tan rotunda y, por otra parte, tan lógica no deja espacio para la discusión.

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