José María Íñigo, en el recuerdo: sus éxitos, su familia numerosa y su polémica muerte

Fue Pepa Fernández, directora del espacio dominical de RNE 'No es un día cualquiera', quien daba la inesperada y triste noticia del fallecimiento de José María Íñigo, colaborador entonces del programa. Porque el vasco, tan famoso por su bigote como por su voz y su rotunda presencia frente a la cámara, no dejó de trabajar hasta el último día.

Nacido en Bilbao en 1942, Íñigo había desarrollado una dilatada carrera como profesional de la comunicación desde que comenzara su andadura en los medios de comunicación en 'Radio Bilbao' cuando tenía tan solo 15 años.

Viajero inquieto, de su paso por la BBC inglesa se traería hasta nuestro país la moda de las listas de éxitos musicales, que se puso en práctica en España en 1966 con 'Los 40 principales'. Sería precisamente un vanguardista programa musical de televisión, 'Último grito', el que le lanzaría a una incipiente fama con tan solo 25 años.

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Su prestigio se iría consolidando en TVE con otros de esos programas que tanto y tan bien nutren los especiales de 'Cachitos de hierro y cromo' como 'Ritmo 70', para después consagrarse definitivamente con 'Estudio abierto', un popular espacio a base de entrevistas, reportajes y actuaciones en directo.

Más tarde llegaría 'Directísimo', donde el periodista pudo poner a prueba sus dotes de carismático presentador con algunos de los personajes más famosos de la época. Inolvidable fue su cara a cara con Uri Geller, el ilusionista israelí que presumía de poder doblar cucharas con el poder de la mente y que cautivó a los espectadores desde el plató en un programa que ha pasado a ser historia de la televisión en España.

Los más jóvenes quizá recuerden mejor al veterano cronista musical como el encargado de ponerle voz al festival de Eurovisión en sustitución del también histórico José Luis Uribarri entre 2011 y 2017. Precisamente el año de su fallecimiento, el veterano presentador había decidido no ser la voz oficial de TVE en la retransmisión de ese año, según publicó él mismo en su cuenta de Twitter.

En lo personal, el locutor contrajo primeras nupcias con la artista egipcia criada en Brasil Josette Nahmias. Fruto de aquella relación nacerían sus dos primeros hijos: Eduardo y Daniel. José María Iñigo se casó por segunda vez en 1984 con la que a la postre fue la mujer más importante de su vida, Pilar Piniella. La boda tuvo lugar en Barcelona tras el mediático divorcio de esta con el humorista Pedro Ruiz.

Juntos tuvieron dos hijos, Chema y Piluca, con la que el presentador estaba especialmente unido. Ambos compartían su pasión por la gastronomía y el periodismo y era habitual verles juntos posando en photocalls de diversos eventos.

Protagonista de un enorme legado cultural, su muerte supuso, además de un duro golpe para sus seres queridos, el inicio de un vía crucis judicial que parecía culminar en mayo del año pasado, cuando una sentencia reconocía la pensión de viudedad a la esposa de José María Íñigo por enfermedad profesional debido a la exposición del conocido presentador al amianto durante su relación laboral con RTVE.

La exposición a ese mineral utilizado en la construcción, según el fallo, conllevó que desarrollase con posterioridad y dentro del periodo de latencia un mesotelioma maligno pleural, un tumor canceroso poco común con una relación "muy importante" con la exposición al amianto, del que fue diagnosticado en 2016 y que fue la causa de su muerte.

Pero en noviembre, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid revocaba ese fallo, algo que caía como un jarro de agua fría para su familia. En declaraciones a Vanitatis, su hijo Chema se mostraba contundente cuando nos pusimos en contacto con él: "Ya sabemos cómo funciona la justicia en España. Probablemente, se presente recurso de casación, pero estamos valorándolo todavía", aseguraba entonces.

Pero hoy mismo, el Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia que declaró que el amianto presente en los platós de TVE no fue la causa del fallecimiento del periodista José María Íñigo al rechazar el recurso interpuesto por la viuda del presentador para unificar doctrina en este tipo de casos.