Marta Pombo, sin tapujos: maternidad, futura boda y depresión superada

Por fin la vida sonríe a Marta Pombo. Siempre a la sombra de la benjamina del clan Pombo, la todopoderosa influencer y empresaria María Pombo, todo lo relacionado con Lucía y ella, sus hermanas, siempre ha generado gran expectación mediática. ¿Un ejemplo reciente? La boda de Lucía y Álvaro López-Huerta el pasado junio en Segovia. Volviendo con Marta, la mediana, es la mejor prueba de que, como reza el refrán, tras la tempestad viene la calma.

De sus idas y venidas, además de objeto de los medios de comunicación, las redes sociales y en especial Instagram, la plataforma de la que vive, nos ha dejado buena cuenta a lo largo de los últimos años. Empezando por su separación. La influencer se casó en septiembre de 2019 con Luis Giménez, amigo y socio de la familia, pero a comienzos de 2021 el matrimonio anunció su ruptura y cada uno comenzó a hacer su vida. En medio de rumores que apuntaban a una posible infidelidad por parte de él, Marta Pombo acabó enfrascada en una depresión y cerrando su perfil de manera temporal. Hasta que otro Luis, Zamalloa, llamo a su puerta.

Bilbaíno y odontólogo de profesión, el nuevo Luis de Marta Pombo cambió por completo el transcurso de su vida el verano pasado. La influencer confirmó en agosto de 2021 que mantenía una relación sentimental y que se encontraba en el camino correcto para enmendar sus problemas de salud mental. Semanas más tarde, Marta se atrevía a dar el paso y presentaba públicamente a su pareja. Las buenas noticias no tardaron en acumularse en su feed de Instagram: en abril Marta y Luis anunciaban que estaban esperando su primer hijo.

* Si no ves correctamente este formulario, haz click aquí

De su inminente estreno como madre, una posible futura boda, la superación de su depresión y mucho más acaba de hablar la propia protagonista. Con total sinceridad, así ha contestado la influencer a las preguntas que sus seguidores le han lanzado, detallando el dulce momento que, ahora sí, está atravesando.

Hasta hoy, Marta Pombo no había aclarado cuál era su fecha prevista para el parto: el 21 de octubre, ese es el día que cumple las 40 semanas de gestación y que la pareja ya tiene marcado en el calendario. También ha contado que su primera hija llevará los apellidos de los padres de la forma tradicional, esto es, Zamalloa Pombo. "A ninguno de los dos nos importa el orden, así que decidimos dejarlo como ha sido toda la vida".

Sobre los cambios que está experimentando su cuerpo con el embarazo, Pombo confiesa que solo ha engordado cinco kilos. "Los primeros tres meses vomitaba a todas horas y a eso hay que sumarle que me quité la medicación de la depresión y la píldora".

En este preguntas y respuestas, ha detallado que su psiquiatra decidió concluir su tratamiento en enero de 2022, coincidiendo con su cumpleaños: "Por fin estaba preparada para pilotar mi vida sola otra vez". No se alarma ante una recaída ni teme a la llamada depresión posparto: "Es algo que ya he pensado y que mi psiquiatra me ha advertido que puede pasar, pero no me da miedo".

"Tuve un cuadro depresivo leve, no diría que fue una depresión grave, pero cada uno lo vive y siente a su manera, es muy importante no juzgar, simplemente estar", ha explicado Marta Pombo. El gran cambio en su vida lo marcó la llegada de Luis Zamalloa.

"Mucha paz, calma, seguridad en mí misma... Muchas muchas cosas buenas", esto es lo que le ha aportado el bilbaíno que, lejos de observar la profesión de su novia como un inconveniente, ha sabido adaptarse al boom digital que planea sobre las hermanas Pombo e, incluso, comenzar una carrera como influencer al margen de su rol como dentista.

Sobre una posible boda, Marta ha dejado claro a sus seguidores que llegará en un futuro, pero que no les importa nada convertirse en padres primerizos sin pasar antes por el altar. "Creo que un hijo es el mayor compromiso que hay en la vida, aunque sí que nos casaremos en algún momento". Por último, ha contado cuál fue la reacción de Luis al enterarse de que iba a ser padre: "Se le saltaron las lágrimas y me dijo que era el mejor regalo que le podría haber hecho".