La reinvención de Mabel Lozano, ganadora de mejor cortometraje documental en los Premios Goya: de 'Noche de fiesta' a luchar contra las mafias

Puede que para muchos la imagen de Mabel Lozano siga anclada en los especiales de TVE de Nochevieja que presentó sustituyendo a Norma Duval, compartiendo escenario con Ramón García, Juncal Rivero o Andoni Ferreño. O quizás en su recordada presencia en otro clásico del ente público, 'Noche de fiesta', que condujo justo en el cambio de siglo.

Pero aquellos tiempos han pasado para esta toledana que en sus inicios destacara también en las pasarelas, ejerciendo como modelo en las capitales del diseño como París y Milán y llegando incluso hasta Japón. Pero Mabel decidió reinventarse y lo hizo a través del séptimo arte, cuando se embarcó en la realización de un máster de cine social y derechos humanos. Una lucha que le ha hecho ganar su segundo premio Goya, en este caso por 'Ava', como mejor cortometraje documental.

Desde entonces se ha convertido en una feroz activista en defensa de los derechos de las mujeres. Tiene 54 años y lleva 17 de ellos denunciando el turbio negocio de la prostitución y todo lo que lo rodea, como la industria del porno.

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Sus objetivos más claros los expresaba de forma concisa y reivindicativa en un post en su cuenta de Instagram, compartiendo manifestación con otra destacada voz en este sentido, Leticia Dolera.

"Fin de la trata sexual, de la explotación de mujeres y niñas. Fin de la mercantilizacion de sus cuerpos. Fin de la impunidad de los proxenetas. Fin de la falta de oportunidades y herramientas para que las mujeres puedan elegir. Leyes que las vistan de derechos. Voluntad política para abolir la esclavitud sexual", escribía la documentalista manchega denunciando las mafias y explotadores que esclavizan a las mujeres y niños prostituidos.

'Voces contra la trata de mujeres', rodado entre Rumanía, Moldavia y España, fue su primer documental para denunciar este tipo de explotación sexual. A este le seguirían muchos más, como 'La teoría del espiralismo', protagonizado por cinco deportistas paralímpicas o 'Las sabias de la tribu', en el que homenajeó a las generaciones de mujeres de la posguerra que lucharon por sus derechos.

También ha colaborado con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, a través del Instituto de la Mujer, lanzando la app gratuita 'Chicas nuevas 24 horas: Happy', dirigida a adolescentes de entre 14 y 18 años, para que tomen conciencia del "grave delito" que supone la trata de mujeres con fines de explotación sexual. "La esclavitud del siglo XXI", en sus propias palabras.

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Jorge C. Parcero

Su trayectoria y su lucha obtenían en 2021 el premio Goya al mejor cortometraje documental por 'Biografía del cadáver de una mujer'. En una gala marcada aún por las restricciones de la pandemia, su galardón nos dejó una de las anécdotas más curiosas, cuando la cámara enfocaba en su hogar a Lilo, el perro de su hija, paseándose y ladrando ajeno a la solemnidad del momento. Entonces la realizadora compartió su alegría con una de sus grandes amigas, Rossy de Palma, que la acompañaba en su casa.

Más allá de lo profesional, Mabel Lozano está casada desde hace más de 20 años con el productor Eduardo Campoy –también ganador de un Goya–, con el que es madre de mellizos. Junto a ellos pasaba este verano "unas vacaciones, deseadas, necesarias para disfrutar de mi familia, del silencio, del ruido de la música y las risas, para dormir mucho, para soñar dormida y despierta", según aseguraba desde su Instagram, antes de retomar su apretada agenda.

Poco amiga de mostrar a sus seres queridos en sus redes sociales, sí nos enseñaba recientemente a su madre en una tierna imagen de ambas. Sobre ella y sobre los suyos hablaba de este modo en una entrevista para 'Diario Sur'.

"Yo tengo una madre maravillosa, una familia total. He sido una niña de pueblo salvaje y feliz. La gente me pregunta por qué sonrío tanto, con los temas que abordo... Bueno, porque tengo la fortuna de estar muy bien acompañada en el viaje de la vida, primero con mi numerosa familia y ahora con mi marido y mis hijos", aseguraba.

Ellos fueron precisamente su gran apoyo cuando en 2020, en plena pandemia, anunciaba que le habían detectado un cáncer de mama. "La pasada semana me intervenían, y todo salió bien", decía desde sus redes para tranquilizar a sus seguidores. "Los ganglios estaban perfectos y el carcinoma era muy pequeño, estaba en el estadio I. Fue una cirugía conservadora, y estaba en las mejores manos, las de un magnífico cirujano", aclaraba después.

Sobre aquella experiencia, y a cuatro manos con la periodista Paka Díaz, ha escrito un libro titulado 'Te invito a un mojito'. "El cáncer no es inspirador, es una mierda", decía de forma rotunda en una entrevista sobre la publicación de la obra en el diario 'El Comercio'. "Pero hay que ponerle nombre porque eso le resta miedo", decía tajante.