Cuando Tamara Falcó encontró a Virginia Woolf: la reflexión de la marquesa sobre la autora

Hasta Mallorca se ha marchado Tamara Falcó para alejarse de los focos, de las alfombras rojas, de las fiestas y hasta de los fogones que tantas alegrías le han dado a la hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó. Mientras los telespectadores nos seguimos maravillando con ese reality titulado ‘La marquesa’, en el que continuamos descubriendo cosas de ella que desconocíamos, la ganadora de ‘MasterChef Celebrity’ escapa del mundanal ruido para refugiarse en la lectura.

Una pared encalada, dos cojines blancos, el bosquejo de una chimenea, una ventana abierta, un paisaje relajante, una colina trufada de árboles y un libro abierto. Esta es la estampa que ha publicado Tamara en sus redes sociales junto a un hashtag (#inspiración) y la reflexión que le ha producido la lectura de ‘Una habitación propia’, un ensayo escrito por Virginia Woolf, publicado por primera vez el 24 de octubre de 1929 y basado en una serie de conferencias que la autora desarrolló en octubre de 1928 en el Newnham College y el Girton College.

Junto a la imagen tomada en una de las estancias de la villa mallorquina, Tamara escribía: “En 1928 a Virginia Woolf le propusieron dar una serie de charlas sobre el tema de la mujer y la novela. Lejos de cualquier dogmatismo o presunción, planteó la cuestión desde un punto de vista realista, valiente y muy particular. Una pregunta: ¿qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas? Una sola respuesta: independencia económica y personal, es decir, 'Una habitación propia'. Solo hacía nueve años que se le había concedido el voto a la mujer y aún quedaba mucho camino por recorrer. Son muchos los repliegues psicológicos y sociales implicados en este ensayo de tan inteligente exposición; fascinantes los matices históricos que hacen que el tema de la condición femenina y la enajenación de la mujer en la sociedad no haya perdido ni un ápice de actualidad. Partiendo de un tratamiento directo y empleando un lenguaje afilado, irónico e incisivo, Virginia Woolf narra una parábola cautivadora para ilustrar sus opiniones. Un relato de lectura apasionante, la contribución de una exquisita narradora al siempre polémico asunto del feminismo desde una perspectiva inevitablemente literaria”.

Reacciones, críticas y comentarios

El texto, que ya lleva cerca de 14.000 likes (incluido el de su buena amiga Isabelle Junot), ha provocado una oleada de comentarios, muchos de ellos para alabar el buen gusto literario de la marquesa y otros para elogiar la excelente observación de Tamara. “Reflexionas con una enorme capacidad, distinguiendo la figura literaria y el pensamiento inteligente y desbordante presente en la siempre brillante Virginia Woolf. Un acierto que regala su lectura, pues siempre transporta a la libertad”, decía uno de sus seguidores; “este libro me cambió la vida”, escribía otra; "me encanta Virginia Woolf y esas vistas son preciosas", concluía una tercera.

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Entre todos los comentarios, también había alguno que se sentía sorprendido por la lectura elegida por Tamara (“Caray, Virginia y tú. Eres una caja de sorpresas”), otros que se preguntaban de dónde surgía un pensamiento tan profundo y elaborado (“Excelente reflexión. ¿Lo has escrito tú, Tamara?"), y había quien encontraba, entre bromas, una posible respuesta: "Esto te lo ha soplado tío Mario".

No es el primer verano en el que sorprendemos a Tamara con un libro entre las manos. De hecho, hace unos años nosotros mismos nos hacíamos eco de otra recomendación que hacía en sus redes sociales. La hija de Preysler subía a su perfil de Instagram una fotografía en la que ponía en tela de juicio si #haysegundaspartesbuenas y, a continuación, colocaba otro hashtag sobre 'El padrino'. Tamara optaba ese verano por un clásico, el de la historia de la familia Corleone escrita por Mario Puzo que llevó al cine Francis Ford Coppola.

Además, son varias las ocasiones en las que ha hablado de las obras de Llosa (le llegó a entrevistar) y ella misma tiene sus propios libros, aunque tal vez no con la profundidad y complejidad de los de su admirada Woolf: 'Las recetas de casa de mi madre' y 'Cupcakes de Tamara'.

Por cierto, que sobre Vargas Llosa decía en ‘El hormiguero’: "Le admiraba mucho como escritor, pero cuando empezaron a salir mi madre y él y cuando se vino a vivir a casa, le he tratado muchísimo y es un amor". En el espacio presentado por Pablo Motos confesaba un dato sorprendente, que tenía un corrector con un Nobel en la repisa: "Yo le pasaba mi blog para corregir, ya que le tenía en casa. Me lo corregía y me decía: '¿De verdad que piensas que esta mujer no va bien vestida?'. Y yo le decía que sí que lo pensaba".