Patricia Rato se casa con Javier Moro, su pareja desde hace nueve años
La pareja tiene previsto contraer matrimonio el 8 de septiembre. Han vivido su relación sin esconderse y asumiendo con naturalidad la atención mediática que generaban en sus inicios
Patricia Rato y Javier Moro Peralta se casan este próximo 8 de septiembre en una ceremonia discreta a la que acudirá su entorno más cercano, según ha podido saber Vanitatis en exclusiva. Los dos han estado casados por la Iglesia y por lo tanto este matrimonio será civil. La celebración será en la finca propiedad de Javier Moro y sus hermanos. Los hijos de ambos ya son mayores de edad. El único que quedaba era Juan, el pequeño de Patricia Rato, que cumplió los 18 hace dos años. Estudia fuera y por lo tanto ya no habría necesidad de mantener la soltería para ninguno de los dos. En el mes de junio circuló el rumor de esta posible boda a la vuelta del verano que por fin se va a celebrar en pocos días.
La vida de Patricia Rato desde que se separó del torero y empresario Juan Antonio Ruiz Espartaco ha sido de perfil bajo. Se la ha visto en fiestas relacionadas con la revista 'Telva', donde colaboraba, y en los cumpleaños y celebraciones familiares del grupo de amigas que forman Paloma Cuevas, Cristina Yanes y Margarita Vargas, entre otras.
En estos nueve años, han llevado su relación con total discreción. Se contó en aquellos primeros tiempos que la primera vez que se vieron fue en en una cacería, cuando Patricia aún estaba casada con Espartaco. Decían que fue el torero quien los presentó. Esta versión circuló durante un tiempo hasta que la propia Patricia Rato explicaba a Vanitatis: “Me han inventado tantos romances que no tendría tiempo para desmentir tantas historias. De hecho, han dicho que Javier y yo nos conocemos hace veinte años y que fue Juan (Espartaco) quien nos presentó en una montería. Y no era verdad".
Se conocieron por casualidad, al acudir ambos a casa de un amigo común que celebraba su cumpleaños. “Podíamos haber coincidido antes porque tenemos un circuito vacacional parecido”, contaba. Efectivamente, Javier Moro veraneaba desde siempre en El Puerto de Santa María y los Ruiz Rato pasaban temporadas en esa zona. Y lo mismo sucedía en invierno. Los Rato frecuentaban Jaca, donde la familia tenía casa, y Javier Moro acudía allí con sus amistades. En aquellos años nunca coincidieron. Casualidad o destino, el caso es que hasta que no llegó el cumpleaños de ese amigo común no se habían encontrado.
El empresario también estaba divorciado y era padre de dos hijos. Como marca el refrán, el roce hace el cariño, y esta premisa se cumplió para la hoy pareja consolidada y con compromiso matrimonial. Los respectivos hijos de uno y otro son ya mayores y viven por su cuenta, por lo que ya no hay necesidad de mantener domicilios independientes.
Juan, el pequeño de Patricia y Espartaco, cumplió 18 años en marzo del 2020 y lo celebró a lo grande en la Dehesa Majavieja, con una fiesta a la que acudieron las parejas de sus padres. En cambio, faltaron en la boda de Alejandra, la hija mayor, que se casó en mayo del año 2021 en el santuario de la Virgen de Setefilla. El convite fue también en Majavieja, la finca donde pasa más tiempo Espartaco y que gestionan Alejandra y su marido. Fue una celebración muy familiar a la que tampoco acudió Rodrigo Rato, tío de Patricia. La restricciones sanitarias aún se contemplaban.
No hubo enfados ni malos rollos por estas ausencias. Todo se desarrolló dentro de una total normalidad. Se repartieron fotos de los novios con los padres a todos los medios que lo quisieron y no hubo conflictos. La relación de Patricia y Javier Moro estaba más que consolidada y la pareja mantiene una relación fluida con los hijos respectivos.
Pero no siempre fue así. Patricia Rato desmentía en el año 2011 que tuviera una relación romántica con el empresario. Envió un comunicado con tres puntos. En el primer aspecto y el más importante aseguraba con rotundidad: “Desde hace dos años, en que tuvo lugar la ruptura de hecho de mi matrimonio, ni he mantenido ni mantengo relación sentimental alguna con nadie”. Así quedó la aparente historia sentimental que en aquel momento no lo era por parte de Patricia, como ella misma confirmaba. Eran amigos, pero también compartían los momentos difíciles.
Javier Moro sí fue de gran apoyo para Patricia en un divorcio que en esos primeros años no fue fácil. Una vez resueltas las cuestiones económicas y patrimoniales, que Espartaco puso fácil, la estabilidad llegó para todos, como no podía ser de otra manera.
Durante un tiempo, a Patricia la seguían los paparazzi. Las imágenes que se publicaban de ambos no tenían mayor interés y los paparazzi dejaron de seguirla. No se escondían y, por lo tanto, daban normalidad a su relación. Acudían juntos a las cenas organizadas por amigos como José María Michavila o el matrimonio Ponce-Cuevas, o a la fiesta de aniversario de la familia de joyeros Yanes. También estuvieron, ya como pareja, en la celebración de aniversario de boda de Cristina Yanes y y José Luis Santos. No se escondían, pero tampoco tenían necesidad de posar ni de dar explicaciones públicas de su relación.
Ella misma lo explicaba a Vanitatis: "Si vamos a un sitio y hay prensa, lo normal es que nos saquen fotos y es lo que hay que asumir". Su círculo más cercano aseguraba que se entendían muy bien: "Comparten aficiones y gustos y los dos prefieren la discreción como lema de vida”. Para Javier Moro tampoco el tema de la prensa suponía ningún problema, más allá de que eso pudiera afectar a su intención de mantenerse al margen del ámbito mediático.
Javier Moro, de 62 años, nació en Talavera y proviene de una familia de empresarios con intereses económicos en el mundo de la harina. El añorado Jesús Mariñas definía a los Moro como “una familia de posibles, fortuna de generaciones, muy aumentada por negocios como la importante fábrica de harinas. Gente de alcurnia en la sociedad talaverana y con muy buena mano en el ámbito empresarial”. Su familia lleva desde principios del siglo XX vinculada a esta ciudad toledana, conocida por su cerámica. El padre inauguró en 1939, en la calle Trinidad, la primera fábrica, que con los años se trasladó al polígono Torrehierro, convirtiendo las instalaciones en una empresa puntera de Castilla-La Mancha.
Patricia Rato y Javier Moro Peralta se casan este próximo 8 de septiembre en una ceremonia discreta a la que acudirá su entorno más cercano, según ha podido saber Vanitatis en exclusiva. Los dos han estado casados por la Iglesia y por lo tanto este matrimonio será civil. La celebración será en la finca propiedad de Javier Moro y sus hermanos. Los hijos de ambos ya son mayores de edad. El único que quedaba era Juan, el pequeño de Patricia Rato, que cumplió los 18 hace dos años. Estudia fuera y por lo tanto ya no habría necesidad de mantener la soltería para ninguno de los dos. En el mes de junio circuló el rumor de esta posible boda a la vuelta del verano que por fin se va a celebrar en pocos días.
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