Las vacaciones 'invisibles' de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa

El último viaje público de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa fue en las navidades pasadas. Los Preysler en todas su versiones (Iglesias, Falcó, Boyer) se trasladaron a Miami para pasar esas fechas todos juntos. El escritor también participó en la reunión familiar. Después, hemos vistos apariciones por separado en el serial 'La marquesa'. En el primer capítulo del documental, aparecía Tamara en Nueva York compartiendo sus aficiones literarias con el escritor en una librería. Y en otros momento, a la ganadora de 'MasterChef' con su madre en el taller de Carolina Herrera en Manhattan.

En julio, Vargas Llosa estuvo en Madrid disfrutando de la visita de su hija Morgana y sus nietas, que todos los años pasan unos días en la capital del reino. Esas fechas coincidieron con el rumor de un posible distanciamiento del nobel y su pareja que rápidamente fue desmentido por ambos. La historia tenía que ver con la estancia de Vargas Llosa en su casa de la calle Flora, que en el reparto del divorcio le tocó a el. La única realidad era que, además de consultar su biblioteca para sus trabajos laborales, quería disfrutar de unos días con sus nietas y su hija, que no tienen relación con la saga Preysler y su entorno.

A diferencia de los años anteriores a la pandemia, en que la pareja eligió paraísos perdidos en Filipinas, Indonesia y Lima, este agosto han preferido el mundo local. Han mantenido la agenda saludable en la clínica Buchinger, que para el escritor es una tradición que disfrutaba con su mujer Patricia Llosa. Una vez que llegó el divorcio, esa costumbre no ha cambiado y desde el primer momento se unió Isabel Preysler. Los dos hacen dieta detox. Una limpieza del organismo general porque ninguno de los dos necesita adelgazar. Una buena manera de prepararse para el otoño. La estancia en la clínica Buchinger no ha sido estricta. Vargas Llosa y su novia han salido a cenar a casas de amigos de toda la vida como el matrimonio Amusátegui y Pati Galatas.

Muy lejos quedan aquellos viajes, cuando comenzaban a vivir su último tren del amor, como lo denominó el escritor. Uno de ellos fue el viaje iniciático de Vargas Llosa al país de su novia. Fue en el año 2016 cuando se desplazaron a Indonesia y Filipinas, donde Isabel mostró sus raíces a su nueva pareja. Desde el colegio católico donde estudió a la casa en la que vivió hasta los 18 años con su familia y sus cinco hermanos.

En ese recorrido vacacional también hubo unas circunstancias complicadas que el propio escritor relató en uno de sus artículos en 'El País'. La pareja se encontraba en las islas de la Sonda, una de los lugares paradisiacos de Indonesia, y sufrió el percance que nunca hubiera imaginado. Quiso bañarse en el mar de Flores y la consecuencia fue brutal.

“Un ejército de medusas infinitesimales descargaron sus tentáculos sobre mi cuerpo. Nunca me he rascado tanto, nunca he dormido tan poco, nunca he pasado una noche más exasperante en mi larga existencia”. No tuvo más remedio que ingresar en un hospital. Isabel Preysler estuvo a su lado durante los tres días que duró la estancia en la clínica hasta que le dieron el alta. Unas vacaciones que nunca olvidarían ni el nobel ni Isabel.

Al año siguiente también hubo escapada lúdica fuera de España. Esa vez realizaron un crucero por el Mediterráneo a bordo del Lady Marina, un superyate propiedad del hombre de negocios Sergio Mantegazza. Este empresario suizo es el padre de Fabio, actual pareja de Marina Danko. Ese verano, el grupo disfrutó de unas vacaciones de lujo en Saint-Tropez.

Y este último año han preferido moverse lo menos posible y dirigir sus agendas a Marbella y la clínica Buchinger. Vacaciones saludables y discretas.