Almudena, una Martínez-Bordiú dedicada al negocio del aceite: "El nuestro es un producto femenino"
Hablamos con ella de aceite de oliva, de su apellido y de los recuerdos del paso de Francisco Franco por la finca familiar Arroyovil en Jaén
Almudena Martínez-Bordiú Taboada es la segunda hija del matrimonio formado por Francisco José Martínez-Bordiú, conde de Argillo, y Teresa de Cubas. Tiene veintinueve años y es periodista. Durante la pandemia, tuvo la oportunidad de conocer de lleno el negocio familiar de aceite de oliva Conde de Argillo y decidió, como buena comunicadora, que había que dar visibilidad al excelente producto que tenían en sus manos. Fue entonces cuando se sumergió en el negocio familiar y desde entonces se encarga del marketing y la comunicación de la marca Conde de Argillo, además de haber creado Condesita, una edición especial de aceite de oliva virgen elaborado exclusivamente por mujeres, desde la recogida de la aceituna del olivo hasta su envasado. Todavía le queda tiempo para ejercer como corresponsal de Aciprensa, una agencia de noticias religiosas en Roma.
Cuando no está trabajando, le gusta viajar y escribir, afición heredada de su abuelo paterno Andrés Martínez-Bordiú (hermano de Cristóbal Martínez-Bordiú), quien escribió un libro sobre Francisco Franco, 'Franco en familia, cacerías en Jaén', sobre las vivencias que compartieron en la finca familiar de Arroyovil durante más de diez años y las jornadas cinegéticas. Se trataba entonces de la finca de los consuegros de Franco, José María Martínez y María de la O. Bordiú.
Hablamos con Almudena de aceite, de olivos y de familia.
¿Por qué le has puesto a la edición especial de aceite de oliva que has creado el nombre de Condesita? ¿Crees que el hecho de estar elaborado únicamente por mujeres le da un valor añadido?
El nombre hace referencia al término femenino de Conde de Argillo, nuestra marca madre. Pensé en este nombre porque quería un producto que hablara de la rama femenina de nuestra familia, sumado a que está recolectado y elaborado por mujeres. Además, está en diminutivo porque es un envase pequeño, prémium.
Siempre digo que es un producto femenino, no feminista. Creo que es necesario dar una oportunidad a las mujeres en este sector y me pareció bonito mostrar esa parte más ‘delicada’ del campo. También es un producto familiar y con Condesita quería hablar de mi abuela, de mi tía, mi madre, mi hermana… y todas las mujeres de la familia que ayudaron y ayudan a que el aceite salga adelante.
Condesita tiene unas botellas con un diseño rompedor en un tono verde agua serigrafiado en blanco. ¿Has tenido que ver tú en su diseño?
Sí, yo he liderado todo el proceso. El diseño lo tenía clarísimo en la cabeza, solo me faltaba plasmarlo. Quería algo diferente a lo que estamos acostumbrados en el mundo del aceite. De hecho, nuestro proveedor de las botellas me comentó que somos la única empresa en utilizar este envase. Cada botella se hace una a una y el proceso es muy delicado. Quería que fuera un envase sencillo pero que también llamara la atención. El color verde agua, en mi opinión, transmite esa 'delicadeza y cuidado' y además es un guiño a mi madre, ya que es su color preferido. El logo muestra la flor del olivo, que es 'la madre' del fruto. De hecho, de ahí nace el ‘claim’ de la campaña que se puede leer en la parte de atrás de la botella: “Solo si brota la flor nace el fruto”.
Así, rápidamente, ¿qué tiene el aceite de oliva virgen Conde de Argillo que no tiene Condesita?
Conde de Argillo es un aceite prémium que, a diferencia de Condesita, se comercializa en envases de distintos tamaños.
¿Y Condesita que no tenga Conde de Argillo?
El proceso de recogida de Condesita es algo diferente de lo habitual. En primer lugar, elegimos unos olivos de nuestra finca Arroyovil que consideramos que tienen una aceituna excepcional. Una vez elegidos, adelantamos el inicio de la recogida en comparación con el resto de la finca para que la aceituna tenga menos rendimiento, pero el aceite sea de una calidad superior. Y finalmente lo organizamos para que la recogida sea no más tarde de las doce de la mañana para que no se caliente el fruto.
Te confiesas una apasionada del campo desde niña, ¿qué recuerdos vinculados al campo y a esta finca tienes de tu niñez?
Tengo recuerdos maravillosos, como los paseos con mi abuelo, que se conocía cada olivo de la finca, o el día que apareció en el salón con la maqueta que había diseñado para construir la que a día de hoy es nuestra almazara familiar. También tengo un recuerdo especial de las Navidades, en las que nos reuníamos toda la familia. Hemos pasado muchos días muy felices en Arroyovil, pero podría destacar los días de recolección donde todos los primos ayudábamos a recoger las aceitunas.
El hermano mayor de tu abuelo era Cristóbal Martinez-Bordiú, un personaje importante en la Historia de España, quien luego se casó con Carmen Franco Polo. ¿Te preguntan mucho por tu apellido?
Sí que me preguntan. Yo nunca lo escondo porque estoy muy orgullosa de mi familia. Pero sinceramente, a mí lo que importa son las personas, no los apellidos.
Precisamente en la finca Arroyovil, propiedad de tu familia, estuvo pasando Francisco Franco cerca de diez navidades como consuegro de Cristóbal Martínez-Bordiú. ¿Te han contado alguna anécdota de esa época?
¡Incluso más de diez navidades! Hay muchas anécdotas muy divertidas que mis hermanos y yo disfrutamos cuando nos las cuenta mi padre, que por aquel entonces era un niño. Y muchas otras recogidas en un libro que escribió mi abuelo Andrés que, como yo, era un apasionado de la escritura, en el que describe la faceta más familiar de Francisco Franco.
¿Tenéis relación con los primos de tu padre, los hijos de Carmen Franco? ¿Y con el siempre divertido Pocholo Martínez-Bordiú?
Sí, antes de la pandemia teníamos reuniones familiares cada cierto tiempo. Ahora, menos de lo que me gustaría.
Almudena Martínez-Bordiú Taboada es la segunda hija del matrimonio formado por Francisco José Martínez-Bordiú, conde de Argillo, y Teresa de Cubas. Tiene veintinueve años y es periodista. Durante la pandemia, tuvo la oportunidad de conocer de lleno el negocio familiar de aceite de oliva Conde de Argillo y decidió, como buena comunicadora, que había que dar visibilidad al excelente producto que tenían en sus manos. Fue entonces cuando se sumergió en el negocio familiar y desde entonces se encarga del marketing y la comunicación de la marca Conde de Argillo, además de haber creado Condesita, una edición especial de aceite de oliva virgen elaborado exclusivamente por mujeres, desde la recogida de la aceituna del olivo hasta su envasado. Todavía le queda tiempo para ejercer como corresponsal de Aciprensa, una agencia de noticias religiosas en Roma.