Es noticia
Menú
Patricia Eguidazu: "Las marcas de fast fashion no piensan en la mujer real"
  1. Famosos
PODER

Patricia Eguidazu: "Las marcas de fast fashion no piensan en la mujer real"

Con su método TriziaZu busca que sus clientas aprendan a no comprar sin sentido, a cuestionar a las marcas y a preguntarse si las prendas son realmente adecuadas para ellas

Foto: Patricia Eguidazu. (Cortesía)
Patricia Eguidazu. (Cortesía)

Patricia Eguidazu lleva más de veinte años dedicándose profesionalmente a la moda. Tras licenciarse en Administración y Dirección de empresas supo que aquello no era lo suyo, hizo las maletas y se marchó a Londres a estudiar moda al prestigioso Istituto Marangoni. Volvió con un más que formado punto de vista crítico hacia la industria de la moda y comenzó a impartir clases durante diez años en distintas universidades españolas a alumnos de Diseño de Moda.

Actualmente esta mujer emprendedora, valiente, segura, crítica, inconformista y decidida, con su método TriziaZu está dispuesta a terminar con la frustración e incluso con el sufrimiento que les provoca a muchas mujeres enfrentarse al espejo vestidas con prendas de su armario que no les favorecen en absoluto. Más de ochocientas fieles clientas que han cursado su método la avalan y esperan ansiosas o en lista de espera su siguiente oferta formativa. Sus perfiles son de lo más variado: desde amas de casa a ‘mujeres del Ibex’, pasando por médicos o instagramers. Todas ellas consiguen con su ayuda adquirir el punto de vista crítico que les permite crear ellas mismas su armario perfecto sin padecer por la talla que tengan, con prendas que realmente les favorecen y aprenden además a desterrar las peligrosas compras impulsivas.

Hija del magnate financiero Santiago Eguidazu (fundador y presidente de Alantra Partners), admite haber heredado de su progenitor la capacidad de sacrificio y esfuerzo constantes necesarios para emprender con éxito y convertirse como se la denomina el azote del fast fashion.

¿Cómo y cuándo nace el método TriziaZu?

El método como tal nace en septiembre de 2021, pero desde seis meses antes llevaba meditando la forma de transmitir a las mujeres lo que le enseñaba a los diseñadores en la universidad. Había entendido que la única forma de cambiar las cosas era devolviéndoles a las mujeres el conocimiento que necesitaban para retomar el control de sus compras, de sus emociones y de sus armarios.

¿Y cuál fue tu inspiración para crearlo? ¿Quizás tu paso por el Istituto Marangoni en Londres?

Allí se desarrolló mi punto de vista crítico. Pero la inspiración del método TriziaZu fue un proceso. En enero y febrero de 2020, justo antes de la pandemia, estudié un curso muy completo sobre la sostenibilidad en la industria de la moda. Me apasionó, removió todo dentro de mí y encontré razones de peso para todo lo que yo sabía desde hacía años. Había cosas sobre el funcionamiento de la industria que no me gustaban.

En pocas palabras, y aunque sabemos que no es fácil sintetizarlo, ¿en qué consiste el método TriziaZu?

Para mí es muy fácil, lo que pasa es que al ser algo completamente novedoso, a la alumna le cuesta más ponerlo en contexto y entenderlo. Ahí de hecho es hacia donde están dirigidos todos mis esfuerzos desde hace un año. El método es un proceso de formación que consta de un cuestionario de cuarenta preguntas y un vídeo de treinta minutos. Así de sencillo. Quizás el contenido es lo que cuesta más entender y su aplicación. Hay mujeres que implementan lo que aprenden desde el primer día y de una forma supernatural, y otras que tardan meses porque necesitan ir poco a poco. El método TriziaZu busca enseñar a las mujeres determinados conocimientos sobre sus cuerpos y sobre las prendas (patronaje) para que puedan volver a tomar el control. Que no se dejen influenciar por todo lo que ven y tomen decisiones de compra conscientes. Además, por supuesto, de entender cómo vestirse y qué tipo de prendas les sientan bien en función de sus cuerpos.

El método TriziaZu está destinado a mujeres de cualquier edad que busquen tener los conocimientos para poder juzgar de forma crítica la moda y decidir qué prendas son correctas para ellas y cuáles no. Eso en la teoría, pero en la práctica, ¿qué perfil tienen tus clientas?

A mí, que recibí una educación francesa de los tres a los dieciocho años, me enseñaron a cuestionar todo, a no dar nada por sentado; y eso es lo que pretendo que hagan mis alumnas con la moda. Que no compren sin sentido o porque se lo ven a una influencer, que cuestionen a las marcas y sus mensajes, que se pregunten si las prendas que les apetece comprar son realmente para ellas.

Esta formación no tiene nada que ver con una asesoría de imagen. Yo no soy estilista, soy profesora universitaria. Tampoco doy instrucciones sobre un único camino a seguir, enseño a mirar, a plantearte las decisiones y a tomarlas pensando en ti. Para mí lo importante no son los colores que te van, sino los que te hacen a ti sentirte bien.

Mis clientas son de lo más variopinto. Lo único que tienen en común es que son todo mujeres. Las hay de 25 y de 65 años. Con profesiones muy exigentes y amas de casa, de grandes ciudades incluso fuera de España y de pequeños pueblos. Las hay seguras de sí mismas que simplemente quieren aprender y aplicar a su forma de vestir un enfoque práctico con fundamento igual que se lo aplican al deporte o a la alimentación, y las hay más emocionales, que han sufrido mucho y buscan adquirir esa seguridad que les hace falta para volver a creer en ellas mismas. Las hay con una talla 34 y con una talla 46.

¿Algún rostro conocido (confesable) entre ellas?

Uno de los hobbies favoritos de mis seguidoras en redes es enviarme fotos de personajes públicos y decirme: “Esta mujer ha hecho el método, confiesa”. O al revés: “Necesita tu método como el beber”. Hay rostros conocidos, que salen en prensa a menudo, mundo financiero, industrial, político y de corazón, pero me temo que si no lo dicen ellas, no lo voy a decir yo.

placeholder Patricia Eguidazu. (Cortesía)
Patricia Eguidazu. (Cortesía)

¿Y pertenecientes al Ibex 35?

Sí. Y a otros índices también.

¿Cuántas mujeres han hecho ya el método?

Hoy vamos camino de las ochocientas. Eso el método 1, el 2 más o menos la mitad, y casi un 85% han comprado la guía que ilustra las enseñanzas del método. Mis alumnas son superfieles, tengo mucha suerte, no me puedo quejar, aunque es verdad que desde TriziaZu trabajamos esa confianza a diario.

Ya existen el método 1 y el método 2, ¿verá la luz un método 3 o cuáles son las siguientes ofertas formativas que tendrán tus clientas?

De momento vamos a cambiar el tipo de oferta formativa. Los dos métodos son enseñanzas globales y sin hacer el método 1 no tienes acceso a ningún otro producto de la plataforma, es la base. Vienen guías, con apoyo de contenido audiovisual sobre temáticas más concretas: Complementos, lencería y tres más que me guardo para ir desvelando poco a poco. Mi objetivo es seguir dándole herramientas a la alumna para que cuando le toque elegir, porque elige ella, tome la mejor decisión para su cuerpo, su estilo de vida y en función de su armario.

¿Consideras que Internet ha intensificado la imposición de cánones de belleza que generan sufrimiento a quien no los cumple?

Internet, las redes sociales, el bombardeo de imágenes y el hecho de que el mundo influencer haya irrumpido con fuerza en una industria como es la de la moda a petición de las marcas. No están formadas y eso empeora la comunicación de mensajes que, de base, tampoco son correctos. Más que cánones de belleza son estilos de vida inalcanzables, cantidades ingentes de compras irracionales y patrones y tejidos de calidades pésimas sobre los que además nadie se pregunta de donde provienen, quién los ha fabricado y cómo.

¿Te preocupa esa intensificación en las generaciones venideras?

Mucho. Soy madre de tres hijos y lucho cada día con temas relacionados con la estética en casa. Esa es la razón por la que el método para jóvenes y adolescentes es mi proyecto para el 2023.

En algún medio se te ha denominado ‘el azote de Zara’. ¿Qué opinas de ese calificativo?

Que razón no les falta, pero también 'azoto' a otras grandes marcas dedicadas al fast fashion. Es que hacen las cosas mal y sobre todo no piensan en la mujer real. Yo sufrí mucho hace años, y eso que llevo dedicándome a la industria de la moda casi veinte años y se supone que sabía más de ese tema que la media de las consumidoras. Hay mujeres que crecieron acomplejadas y ansiosas debido a cómo funcionan las cosas en la moda rápida y barata.

Eres hija de Santiago Eguidazu, un hombre muy destacado en el mundo financiero y empresarial, ¿te preguntan mucho por tu apellido?

No. De hecho, eres la primera. Estudié ADE en Cunef y en tercero de carrera me di cuenta de que seguir su estela iba a generar un universo de comparaciones en el que no me apetecía nada entrar. Siempre, desde que era muy pequeñita, he querido ser yo, ni más ni menos. Así que me puse a pensar durante los dos años de carrera que me quedaban qué iba a hacer con mi vida para evitar vivir a la sombra de mi padre y en cuanto terminé ADE me fui a Londres a estudiar moda. Ahí se terminó. Nadie ha sabido nunca de donde venía.

Pero seguro que has aprendido cosas de él empresarialmente…

De él he aprendido todo. De él y de mi madre, que también ha sido y es empresaria. Han sido siempre mi ejemplo a seguir. Soy la mayor de mis hermanos y crecí siendo consciente del momento en el que ambos emprendieron. Principalmente he aprendido que el sacrificio y el esfuerzo constante deben formar parte de tu día a día. Que tu empresa debes vivirla y sentirla a todas horas, que hay que convivir con ella en todo momento, que es imposible desconectar y que es un modo de vida.

Que la libertad que ganas por un lado, la pierdes por el otro. Pero que no hay nada más gratificante que ver crecer algo que sale desde tan dentro de ti y a lo que le dedicas tantos minutos de tu vida.

Antes de crear el método fuiste profesora universitaria durante diez años, ¿echas de menos esa etapa?

Echo de menos esas cincuenta caras mirándome asombradas y conseguir que prestasen atención todas ellas. Cómo preparaba los guiones para sorprenderlos y conseguir introducir en sus mentes esa mirada crítica de la que hablábamos antes. Echo de menos las grandes audiencias de las clases de una universidad pública y saber que les estaba aportando un punto de vista que pocos profesores más les aportaban. Pero la burocracia interna, las envidias y la estrechez de miras de los órganos gestores eran insoportables. Soy rebelde desde que nací. He encontrado la forma de seguir ayudando; en definitiva, de seguir enseñando que es una droga que necesitas cuando tu vocación es enseñar, como es mi caso.

Durante estos años que llevas impartiendo el método TriziaZu, seguro que tienes alguna anécdota divertida que contar …

Muchísimas. Me lo he pasado fenomenal. De hecho escribo un diario y alguna de esas anécdotas, con nombres en clave, las comparto en la newsletter diaria que envío a todas mis suscriptoras. Las mejores son todas de mujeres riéndose, o más bien riéndonos de nosotras mismas. Cuando al principio hacía videoconferencias (ahora ya no) y me enseñaban pechos colgantes por la maternidad, armarios llenos de lencería que nunca habían utilizado y un sinfín de momentos íntimos que me guardo para mí y que me han hecho admirar más si cabe al sexo femenino. También los ha habido malos, lo he contado ya alguna vez, pero al terminar los confinamientos tuve una avalancha de médicas traumatizadas después de la pandemia que tenía que contener yo las lágrimas, porque ya las soltaban ellas.

El método TriziaZu es, a día de hoy, junto con mi familia, mi proyecto de vida. Me llena tanto que cada día me levanto pensando cómo puedo mejorar y seguir avanzando.

Patricia Eguidazu lleva más de veinte años dedicándose profesionalmente a la moda. Tras licenciarse en Administración y Dirección de empresas supo que aquello no era lo suyo, hizo las maletas y se marchó a Londres a estudiar moda al prestigioso Istituto Marangoni. Volvió con un más que formado punto de vista crítico hacia la industria de la moda y comenzó a impartir clases durante diez años en distintas universidades españolas a alumnos de Diseño de Moda.

Banca de inversión
El redactor recomienda