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Piqué, Ponce y Pedraz, tres maneras de decir adiós a sus parejas
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SONADOS DESAMORES

Piqué, Ponce y Pedraz, tres maneras de decir adiós a sus parejas

Rupturas inesperadas, parejas a las que les sacan varios años de experiencias vitales y separaciones mal gestionadas

Foto: Esther Doña y el juez Santiago Pedraz. (EFE)
Esther Doña y el juez Santiago Pedraz. (EFE)

Enrique Ponce, Gerard Piqué y Santiago Pedraz, el orden no altera el producto, han sido protagonistas de tres separaciones sorprendentes. Por un lado, por cómo las han gestionado públicamente, y por otro, por el perfil de sus nuevas parejas. Dos de ellos tenían una vida afectiva estable de cara a la galería y en el caso del juez de la Audiencia era reincidente en cuestiones amorosas por tres veces, al menos las que se han sabido y eran oficiales para amigos, familiares y mundo judicial.

Foto: Shakira en una fotografía de archivo. (Getty Images)

En el caso de Pedraz, ha mantenido una línea argumental muy parecida en las dos primeras relaciones. Un primer matrimonio que acabó en un divorcio e inicialmente sin buena sintonía porque ya tenía a su nuevo amor. Con el tiempo han limado asperezas por los hijos y según confirman a Vanitatis, en la actualidad se llevan bien. En ese primer caso, el adiós no fue por Whatsapp, como sucedió con su segundo enamoramiento. Silvia Córdoba, considerada como una de las mejores abogadas penalistas, aceptó la palabra de casamiento y el proyecto de vida en común.

placeholder Santiago Pedraz y Sylvia Córdoba, en una imagen de archivo. (EFE/Javier López)
Santiago Pedraz y Sylvia Córdoba, en una imagen de archivo. (EFE/Javier López)

Hubo anillo de compromiso, petición en toda regla al padre de Silvia y lo mejor (ahora lo peor), la compra de una casa para ser protagonistas de un guión como el de la película “tuyos, míos y nuestros”. Y ante la sorpresa y la incredulidad de los que conocían la historia de amor, el juez desapareció con la sortija de amor eterno y la dejó con la hipoteca que a día de hoy sigue pagando la abogada.

Silvia no tuvo tiempo para asimilar la escapada del que iba ser su marido. El mensaje por Whatsapp era claro y más aun lo eran las imágenes de Pedraz con la viuda del marqués de Griñón.

Comenzó su vida social, participando en reportajes en la revista ‘Hola’ y apareciendo en el instagram de Esther Doña y en el suyo propio, algo que sorprendía a colegas de la audiencia por su versatilidad. Como sucedió con Silvia, pidió la mano a la madre de la futura contrayente, anunciaron su boda en titulares y de pronto un Whatsapp marcó el final de la historia.

Pedraz nunca más ha querido saber nada de la que iba a ser su esposa. La razón de la ruptura abrupta por parte del juez fue que Doña habia traspasado las líneas rojas. En este sentido, hay datos privados y explicados por personas afines al juez que justificarían el abandono por parte de Pedraz. “Los que lo tienen que saber lo saben”, explican a Vanitatis. Y estas conclusiones nada tienen que ver con la diferencia de edad, como en el caso de Enrique Ponce y Gerard Piqué con Paloma Cuevas y Shakira.

placeholder Esther Doña y Santiago Pedraz posan en redes sociales. (Instagram/@estherdona_oficial)
Esther Doña y Santiago Pedraz posan en redes sociales. (Instagram/@estherdona_oficial)

El deportista y el torero rompieron con sus parejas al enamorarse de mujeres mucho más jóvenes. Ponce y Paloma Cuevas estaba a punto de celebrar sus bodas de plata que la empresaria preparaba a lo grande en la finca La Catrina. La familia al completo había pasado el confinamiento en amor y compañía, en el campo. Ana Soria no existía en la vida del torero. Al menos aparentemente, porque en la intimidad, los lazos matrimoniales llevaban tiempo rotos.

Así lo contó la joven tiempo después. Aseguraba que su pareja le había dicho que su relación personal con su mujer hacía tiempo que no existía. Y Paloma Cuevas sin enterarse. Aquí no hubo Whatsapp de despedida pero sí una exposición pública por parte de Ponce, incomprensible para las amistades comunes y para el mundo taurino.

Contemplaban atónitos los vídeos que ambos subían a las redes comiéndose a besos, paseando en barco con la misma actitud, fotos con la pandi de Ana y vacaciones en el mar con cocodrilo hinchable incluido, sin que aún Ponce hubiera firmado el divorcio.

Acusó a la prensa de “darme el verano” sin entender que su gestión como hombre público no había sido la mejor. La joven de 22 años vivía (y vive) su enamoramiento también en altavoz, en su Instagram.

Hubo un acuerdo y el torero y la estudiante de Derecho dejaron de mostrar esas imágenes para no agrandar más aun el malestar de la familia directa de Paloma Cuevas.

placeholder Enrique Ponce y Paloma Cuevas. (Getty)
Enrique Ponce y Paloma Cuevas. (Getty)

Ahora, han vuelto a mostrar la intimidad que, casualmente, suele coincidir con noticias relacionadas con la empresaria. ¿Pura casualidad?, puede ser, pero no hay que olvidar que el perfil de Ana Soria es el mismo que el de la gente de su edad, que todo lo tienen que subir a las redes.

El tiempo coloca las piezas que parecían imposibles de ordenar. Ponce tuvo una ruptura parecida a la que han vivido estos últimos meses Piqué y Shakira. En ambos casos se han enamorado de chicas a las que les doblan (o triplican) la edad.

El futbolista y la cantante eran hasta hace un año, una pareja estable. Tenían dos hijos, unas carreras profesionales potentes, unas familias de ambos que se llevaban muy bien, y de pronto todo salta por los aires. Piqué, enamorado, no lo comparte con la madre de sus niños y mantiene su dualidad amorosa hasta que llegan los primeros rumores. Clara Chía, de 22 años, no tenía amistades comunes con el deportista, pero la casualidad hizo que les gustara el mismo local. La joven, como empleada para organizar eventos, y Piqué como válvula de escape. Lo curioso es que nunca llevó a Shakira a “La traviesa” para compartir divertimento. Y como dice el refrán, el roce hace el cariño o “de tanto ir el cántaro a la fuente, al final se rompe”. Fue lo que sucedió. Aquí tampoco hubo Whatsapp como sistema de ruptura pero sí imágenes públicas con Clara en un concierto para demostrar que no había vuelta atrás.

placeholder Shakira y Piqué en una imagen de archivo. (REUTERS/Albert Gea)
Shakira y Piqué en una imagen de archivo. (REUTERS/Albert Gea)

Los tres hombres de esta historia y sus historias sentimentales han servido para demostrar ese hilo conductor que les iguala. Rupturas inesperadas, parejas a las que les sacan varios años de experiencias vitales y separaciones mal gestionadas al ser los tres, personajes que han mostrado esa faceta pública.

Enrique Ponce, Gerard Piqué y Santiago Pedraz, el orden no altera el producto, han sido protagonistas de tres separaciones sorprendentes. Por un lado, por cómo las han gestionado públicamente, y por otro, por el perfil de sus nuevas parejas. Dos de ellos tenían una vida afectiva estable de cara a la galería y en el caso del juez de la Audiencia era reincidente en cuestiones amorosas por tres veces, al menos las que se han sabido y eran oficiales para amigos, familiares y mundo judicial.

Gerard Piqué Ana Soria
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