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Muere Marta Ferrusola a los 89 años: el día que cortó tajantemente los rumores de infidelidad de Pujol
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LA PRIMERA DAMA CATALANA

Muere Marta Ferrusola a los 89 años: el día que cortó tajantemente los rumores de infidelidad de Pujol

La esposa de Jordi Pujol fallecía este lunes después de varios años viviendo a la sombra de un Alheimer que, en parte, sus hijos agradecieron para que no estuviera al tanto de los problemas judiciales

Foto: Jodi Pujol y Marta Ferrusola, en una imagen de archivo. (Gtres)
Jodi Pujol y Marta Ferrusola, en una imagen de archivo. (Gtres)

Mara Ferrusola, esposa de Jordi Pujol, ha muerto este lunes a los 89 años, los seis últimos conviviendo con un Alzheimer que la libró de tener que declarar ante los jueces cuando el clan al completo fue investigado. Sus hijos, en parte, agradecieron ese deterioro cognitivo que evitó que estuviera al tanto de los numerosos titulares que los Pujol protagonizaron cuando comenzó el proceso judicial.

Pero también, muy a su pesar, protagonizó titulares de la crónica social. Los últimos, relacionados con el documental 'La Sagrada Familia', dirigido por David Trueba y Jordi Ferreron y que recorre la historia reciente de España a través del retrato de los Pujol. Estrenado en 2022, los directores recordaban que, antes de ser acusada de corrupción, Ferrusola había aguantado carros y carretas. Que hasta se cambió de look, quién sabe si para agradar más a su marido.

Nos tenemos que trasladar a una pequeña floristería de la calle Balmes, tocando la plaza Kennedy. El establecimiento era el escaparate de Hidroplant, su empresa, "el germen", dicen en el documental 'La Sagrada Familia', del final de la era Pujol y su familia.

placeholder Marta Ferrusola, en 2018. (EFE/Enric Foncuberta)
Marta Ferrusola, en 2018. (EFE/Enric Foncuberta)

Eran los años 80 y un rumor empezó a cobrar forma de noticia: Jordi Pujol tenía una amante. Un fin de semana, aquella historia traspasó los límites del cotilleo y llenó los salones de las casas poderosas barcelonesas. Al lunes siguiente, Ferrusola dio un golpe en la mesa que dejó a todos boquiabertos.

La primera dama colaboraba desde hacía un tiempo en el programa radiofónico de Odette Pinto. Allí daba consejos a amas de casa que llamaban y necesitaban resolver sus problemas cotidianos. El documental recuerda cómo pensaron que aquel lunes, Ferrusola no aparecería. Pero llegó, y tanto que llegó.

"Mi marido no es Tarzán"

Y les dijo a sus compañeras que quería hablar de la amante de su marido. Lo cuentan varios periodistas, como Roger Maiol y Pilar Eyre. Así se expresó Ferrusola: “Se está diciendo que el presidente tiene una querida. Mi marido no es Tarzán ni Supermán. Le dedica a Cataluña 24 horas, no hace caso ni a la familia, ¿y creen ustedes que se va a echar una amiguita?”.

En ese mismo tiempo cambió de look: se quitó el moño, como le asesoraban algunos de las personas cercanas. Su mismo peluquero, Enric Mauri, recordaba que lo logró tras mucha presión: “Después de insistirle, conseguí que se quitara el moño y se cortara el pelo. Y desde el momento en que le cambié la imagen, ella cambió de actitud”. Eyre asegura que “pasó de ser monja y adquirió un aspecto más sofisticado y cosmopolita”.

placeholder Marta Ferrusola y Jordi Pujol, en 2016. (EFE/Mariscal)
Marta Ferrusola y Jordi Pujol, en 2016. (EFE/Mariscal)

También el exdirector de 'La Vanguardia', Màrius Carol, habló en la serie del poder de Ferrusola, y recuerda que Pujol “nunca se ocupó de su familia. Eso era algo que hacía Marta Ferrusola, y creó un microclima en el que les dio carta blanca [a sus hijos]”.

El documental de HBO está lleno de imágenes de archivo en las que se puede ver a Pujol acompañado por Ferrusola en muchos actos. Y vemos gestos de complicidad, de una cotidianidad casi exagerada. Como cuando el ‘president’ le toca el culo -no se puede escribir más fino, disculpen- a su mujer en un acto público lleno de cámaras. Acto seguido vemos cómo ella, riéndose, se gira y le da una bofetada.

En otras imágenes somos testigos de cómo Ferrusola pega en el pecho a Pujol, practicando una especie de reprimenda pública. Se deduce, a partir de los vídeos, que siempre parece que están en el salón de su casa.

placeholder Jordi Pujol y Marta Ferrusola, mientras su domicilio era registrado por la policía, en 2015. (EFE/Quique García)
Jordi Pujol y Marta Ferrusola, mientras su domicilio era registrado por la policía, en 2015. (EFE/Quique García)

El poder de Marta Ferrusola quedó patente de forma especial en el caso de Lluís Prenafeta, uno de los hombres más influyentes de la época. Jordi Amat, autor del superventas ‘El hijo del chófer’, considera que Prenafeta “era suficientemente listo para saber que una vía de entrada a Convergencia era Marta Ferrusola”. Es más, el mismo Prenafeta hablaba en ‘La Sagrada Familia’ y admitía que fue Marta quien le eligió a él. Y de allí pasó a convertirse en uno de los hombres más poderosos del partido y de Cataluña.

Monarquía catalana

El matrimonio Pujol era icónico en aquellos años 80 y 90, una especie de familia real con siete hijos que dieron siempre mucho que hablar. Desde Oriol, que fue considerado el delfín de su padre hasta que cayó en desgracia, acusado en los juzgados, hasta Jordi, el ‘hereu’, que se convirtió en la bestia negra al ser acusado de corrupción y de liderar los negocios oscuros de la familia. Negocios que todos los que aparecen en el documental dicen que conocían. Incluso José Montilla, 'expresident' de la Generalitat, admite que sabían que eso estaba sucediendo, pero que no tenían pruebas documentales.

El extraordinario repaso que David Trueba y Jordi Ferrerons hicieron de la trayectoria de Pujol comenzaba con la infancia privilegiada del expolítico, quien ya con ocho años decía que quería ser el presidente de Cataluña, y finalizaba con la caída del símbolo y de toda su familia. Esta semana, la muerte de Marta Ferrusola vuelve a poner al clan en los titulares, aunque por motivos diferentes. Sus últimos años de vida han estado marcados por el Alzheimer y un proceso judicial que sigue abierto.

Mara Ferrusola, esposa de Jordi Pujol, ha muerto este lunes a los 89 años, los seis últimos conviviendo con un Alzheimer que la libró de tener que declarar ante los jueces cuando el clan al completo fue investigado. Sus hijos, en parte, agradecieron ese deterioro cognitivo que evitó que estuviera al tanto de los numerosos titulares que los Pujol protagonizaron cuando comenzó el proceso judicial.

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