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Por qué Concha Márquez Piquer no quiso dar la alternativa de boda a Curro Romero
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BODA RELIGIOSA ESTE MES DE DICIEMBRE

Por qué Concha Márquez Piquer no quiso dar la alternativa de boda a Curro Romero

Concha Márquez Piquer siempre se negó a dar la nulidad eclesiástica al que fuese su marido. Su muerte en 2022 ha abierto la puerta al enlace entre el torero y Tello, su pareja desde 1996

Foto: Curro Romero y Concha Márquez Piquer, en una imagen de archivo. (Getty/Gianni Ferrari)
Curro Romero y Concha Márquez Piquer, en una imagen de archivo. (Getty/Gianni Ferrari)

Carmen Tello y Curro Romero, que este jueves cumple 89 años, llevan juntos desde 1996. No lo tuvieron fácil, pues cuando su romance fue público, la sociedad sevillana más conservadora les dio la espalda. Se convirtió en tema de conversación de las tardes de meriendas y cenas de matrimonios. El comentario general que se hacía sobre ese romance de valentía era criticar la 'huida' de Carmen Tello del palacio de la calle Cuna.

La marquesa de Valencina, que era su título como consorte, aunque nunca lo utilizó, antepuso el amor al qué dirán. Estaba casada con Miguel Solís Martínez Campos, actual marqués de la Motilla, y tuvieron cuatro hijos. Aparentemente, eran una familia tradicional en la que uno de los dos no era feliz. Carmen decidió separarse sin exigir nada al marido. Y en ese camino de volver a descubrir la vida se encontró con Curro Romero, con el que comenzó esa historia de amor que acabará con la guinda de la celebración religiosa bendecida por el padre Ignacio Sánchez-Dalp.

placeholder El diestro Curro Romero, su esposa Carmen Tello y Adolfo Suárez Illana posan a su llegada a la entrega del X Premio Taurino ABC. (EFE/Juanjo Martín)
El diestro Curro Romero, su esposa Carmen Tello y Adolfo Suárez Illana posan a su llegada a la entrega del X Premio Taurino ABC. (EFE/Juanjo Martín)

La bendición de Cayetana

A partir del momento de su separación, Carmen se convirtió en invisible, porque a quien había que hacer la rosca era al marqués, que nunca volvió a casarse. Dicen que fue porque no se cruzó en su camino a ninguna como su ex. La protagonista vivió el vacío de los que antes le habían hecho la ola. Pero lo que no esperaban los arribistas en aquel momento era que la duquesa Cayetana se convirtiera en su protectora y en su paño de lágrimas. Y así fue como volvió a la visibilidad, que, por otra parte, tampoco necesitaba. Después, Tello encontró a Curro Romero y las tornas cambiaron. El torero era un valor añadido y los oportunistas volvieron a la carga aunque ya no eran relevantes sus comentarios.

El 26 de febrero de 2003 se casaron civilmente después de una primera fecha que hubo que cancelar al entrar en pánico el torero. Desapareció durante varios días dejando sin fiesta a los cuatrocientos invitados. Una vez repuesto, enviaron un comunicado conjunto que decía que iban a tomarse un tiempo. Familia, amigos y conocidos pensaron que ese 'tiempo' sería eterno y se equivocaron. Curro Romero retomó su vida de pareja y por fin se casaron en una celebración más o menos íntima. Antes de la boda civil hubo un primer intento de enlace religioso, para el que Concha Márquez Piquer no dio facilidades, ya que se negaba a la anulación.

placeholder Concha Márquez Piquer. (Getty)
Concha Márquez Piquer. (Getty)

Y en su caso, habría sido fácil que el Tribunal de la Rota dictara una sentencia favorable a la ruptura religiosa. Concha conoció a Curro Romero, que sería padre de sus dos hijas, Coral y Conchitín, cuando tenía 14 años. Se enamoró del joven torero. El padre Antonio Márquez, el Belmonte Rubio, se opuso a esa relación y más aún la madre, doña Concha Piquer, que se negó a que su hija, con apariencia de princesa de cuento (rubia, de ojos azules) y que estudiaba fuera de España, se ennoviara. Quería para su hija algo de más poderío.

Como después le sucedería a Carmen Tello, que se enfrentó a su círculo social por amor, Concha se plantó y anunció: “O me caso o me caso”. Y es lo que hicieron el 20 de octubre de 1962. La novia tenía 16 años y necesitó el consentimiento paterno para poder dar el 'sí, quiero' por la Iglesia al torero de Camas. En 1981 confirmaba a Luis del Olmo, en la revista ‘Protagonistas’ del Grupo Zeta, que el matrimonio para ella era sagrado: “Si algún día me separo será por fuerza mayor, por faltas de respeto. Pero nunca me divorciaré”. Fueron la primera pareja conocida del mundo del espectáculo que se acogieron a la ley de divorcio de 1981.

La negativa de la Piquer hija

Los datos de la minoría de edad habrían sido suficientes para que le dieran la anulación, pero la hija de la Piquer se mantuvo siempre en su pensamiento. Y decía: “Lo que Dios ha unido no lo va a separar nadie. Mis niñas no van a ser hijas de madre soltera y por lo tanto me mantengo en mis trece”.

placeholder Reportaje de Concha Márquez Piquer en 'Tiempo'. (VA)
Reportaje de Concha Márquez Piquer en 'Tiempo'. (VA)

Los que la conocieron bien aseguraban que, más que sus convicciones religiosas, eran razones de índole ético. No concebía que los sacramentos tuvieran un precio y, por lo tanto, ella no iba a colocar su matrimonio en almoneda. Hubo quien afirmó que no dar su brazo a torcer tenía que ver con cierto resentimiento hacia el que había sido su marido. Y también los que opinaban que la muerte de su hija Coral fue un punto de inflexión para que su matrimonio con Curro Romero se mantuviera siempre sin anulación.

El caso fue que Concha Márquez Piquer se casó con Ramiro Oliveros, tuvieron una hija y fueron felices. Si su muerte fue una tragedia para su marido, que vive con su recuerdo a los 81 años, también ha supuesto la oportunidad para que Curro Romero y Carmen Tello se casen por la Iglesia casi veintisiete años después de que hicieran público su romance.

Carmen Tello y Curro Romero, que este jueves cumple 89 años, llevan juntos desde 1996. No lo tuvieron fácil, pues cuando su romance fue público, la sociedad sevillana más conservadora les dio la espalda. Se convirtió en tema de conversación de las tardes de meriendas y cenas de matrimonios. El comentario general que se hacía sobre ese romance de valentía era criticar la 'huida' de Carmen Tello del palacio de la calle Cuna.

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