Vargas Llosa, tras los pasos de Isabel: toma un vuelo para pasar la Nochevieja en familia

Desde que este pasado miércoles Isabel Preysler anunciase su ruptura con el escritor Mario Vargas Llosa en la portada de la revista '¡Hola!' bajo la frase "Mario y yo hemos decidido poner fin a nuestra relación definitivamente", los titulares y noticias no han dejado de sucederse. ‘La reina de corazones’ y el Nobel de Literatura se han convertido en el principal objetivo de la prensa rosa nacional e internacional y sus movimientos están siendo retransmitidos casi minuto a minuto, al igual que sus propiedades se han visto analizadas por los expertos de los medios, que también se han atrevido a desvelar algunos datos de la vida privada de la pareja.

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Esta presión mediática era la responsable, según informaba la periodista Beatriz Cortázar en la tertulia de ‘El programa de Ana Rosa’ durante el día de ayer, de que Isabel Preysler hubiera puesto de por medio y hubiese abandonado nuestro país hace unos días camino a la desconexión en los Estados Unidos. La socialité filipina habría viajado hasta Miami junto a su pequeña Tamara Falcó para pasar el Fin de Año en casa de Chábeli Iglesias rodeada de sus hijos mayores. Pero, curiosamente, no ha sido la única en tomar esta decisión. Vargas Llosa ha seguido los pasos de su exnovia.

En las últimas horas de la tarde de ayer, el escritor peruano era fotografiado por algunos paparazzi en las inmediaciones del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Tal y como prueban las instantáneas, el hombre perteneciente a las élites culturales entraba directamente al parking con un coche de cristales tintados para dirigirse a la sala vip de la terminal número 4, destinada a vuelos internacionales (y escasos nacionales) de larga distancia.

El escritor se encontraba acompañado de su hijo Álvaro y era recibido por una mujer hasta ahora anónima, que se desconoce si viajó con los protagonistas de las imágenes posteriormente. La expareja de Isabel Preysler, abrigado por un anorak acolchado, tan solo portaba un libro y se ayudaba de un bastón para caminar, símbolo del deterioro físico que ha sufrido en los últimos meses. Una maleta de cabina portada por su acompañante era el único equipaje.

Con billete a un lugar del que no se tiene información, Vargas Llosa seguía los pasos de ‘la reina de corazones’ y abandonaba así nuestro país para disfrutar de la Nochevieja en familia. Una decisión quizás tomada por su vástago, el cual era consciente de que tras su ruptura, su padre se encontraba solo en la capital española. El Nobel de Literatura llevaba semanas viviendo en su céntrico piso de 283 metros cuadrados situado entre la Puerta del Sol, el Teatro Real y el monasterio de las Descalzas Reales, por donde se le ve pasear a primera hora de la mañana en búsqueda de inspiración para sus obras.

Precisamente, las declaraciones realizadas por Álvaro a su llegada a este domicilio podrían haber dado las señales del destino del vuelo y lugar en el que disfrutarán del último día del año. “Mi padre está fantástico, está terminando su nueva novela y está dando los últimos toques a su discurso de ingreso a la academia francesa en febrero. Es un altísimo honor que le ha concedido esta institución. Yo vengo de Nueva York de pasar la Navidad con mis hijos y ahora me iré a Francia, donde me espera mi pareja, y con suerte iremos a un lugar donde no habrá amigos de la prensa. Y esto lo digo con cariño porque yo también he sido periodista desde los 14 años”, aseguraba.

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Teniendo en cuenta su próximo acto en nuestro país vecino, la información aportada por su hijo y que el peruano posee una exclusiva casa en la calle de la Rue de Saint Sulpice de París, todo apunta a que esta sería la ubicación en la que se encuentra en estos momentos la expareja de Isabel Preysler y donde se reuniría con otros de sus pequeños, felices por la noticia de la ruptura, ya que según la revista semana “no soportaban a la socialité filipina”.