Hablan las presuntas víctimas españolas de Plácido Domingo: "Es intocable"
El programa 'Salvados' localiza a 25 mujeres que aseguran haber sido víctimas de acoso sexual en España por parte del tenor internacional
“Plácido Domingo es intocable, por eso yo estoy a oscuras”. Habla una mujer de espaldas, con la voz distorsionada. Es una supuesta víctima española de Plácido Domingo, una cantante de ópera que teme dar su identidad y que ha aceptado declarar en el programa ‘Salvados’ porque quiere que todo termine.
“Es algo que no puedes contar… ¿a quién se lo cuentas? ¿Quién te va a creer? ¿Quién te crees que eres? Es Plácido Domingo y tú no eres nadie”.
El programa de La Sexta, dirigido por Gonzo, ha estado un año y medio trabajando en este asunto, hablando con supuestas víctimas, tratando de tener el mapa de las presuntas vejaciones que el tenor habría cometido en España. Y ha encontrado a 25 mujeres, casi todas españolas, que denuncian haber sido víctimas de acoso sexual por parte de Domingo en territorio español. La única que habla ante una cámara, aunque sea de espaldas, se lamenta: “Habrá gente que no me crea, claro que sí, o que digan: ‘qué exagerada, no es para tanto’”.
"Me besó en la boca"
¿A qué se refiere esta persona? Según cuenta, sufrió varios episodios, aunque el más duro sucedió sobre un escenario. “En plena función, hay un fin de acto, el escenario se pone negro, lo que llaman ‘blackout’ y en esos instantes en los que el ojo tarda en acostumbrarse a la oscuridad, Plácido se acercó a mí y me besó en la boca. Fue un beso que ni venir ni pude esquivar, ni quería recibir”.
Ante el suceso, cuenta el testimonio: “Sonreí y me alejé a mi camerino, me marché preguntando y ahora qué. Y fíjate, puedo entender que haya mujeres que se queden tan confundidas como yo, pero que piensen ‘a lo mejor tengo una oportunidad, esto quiere decir que me va ayuda”. Con todo, ella lo tiene claro: “Eso es un peaje que no yo estoy dispuesta a pagar de ninguna manera, prefiero dedicarme a pintar paredes o hacer cualquier otra cosa antes que cantar bajo esas condiciones”.
La primera vez
Todo había empezado tiempo antes. Según relata, “la primera vez que me hizo sentir incómoda, fue cuando íbamos para hacer un ensayo de escena y me hizo una pregunta muy extraña delante de todo el mundo. Me dice: ‘Oye, ¿puedo meterte la mano en ese bolsillo tan bonito del pantalón?’”. El bolsillo en cuestión, añade, era en la parte trasera de un vaquero bordado. “Me dio una punzada en el estómago porque pensé, qué le digo yo a este hombre ahora para poder seguir de una manera normal. Si le digo que no, tendrá unas consecuencias, y si le digo que sí, no quiero ni pensar”.
El mismo testimonio recuerda casos sucedidos a otras compañeras: “Me llamó una de las compañeras que estaba desquiciada, llorando sin parar, porque le estaba llamando por teléfono, no sabía cómo había conseguido su número, y la estaba llamando a todas horas. Que quería que fuera a su hotel, que quería comer con ella, que quería estar con ella, era una chica que tenía 23 años y yo, tengo que reconocer y me da mucha vergüenza, me sentí aliviada de no ser yo. Era un sálvese quien pueda”.
"Me llamó al móvil"
Otro de los testimonios obtenidos por ‘Salvados’ no quiere siquiera aparecer en cámara y habla solo por teléfono. “Me quedé impresionada porque me llamó al móvil. Lo último que me esperaba era que fuera el señor Domingo, me puse nerviosa, me invitó a cenar, siempre que me saludaba me preguntaba cómo está mi rival [su pareja] y me invitó a una serie de conciertos. Preferí no ir, no me atreví, me sentía muy agobiada, estaba como fuera de lugar yo no quería estar allí. Me daba miedo”.
El programa ha hablado con las mujeres que dieron la voz de alarma en Estados Unidos, mujeres que denunciaron públicamente al tenor, que ya no puede actuar en ese poaís, donde otrora era un dios de la ópera. “Ahí se conjugaba la imposición, él es mi jefe. Y que yo también pensé, bueno es esto lo que hay, hay que pagar. Lo pensé muchas veces, no voy a mentir, pensé muchas veces ‘bueno, me tomo una botella de champán, abro un vino, y lo hago. Estoy ahí, quiere eso, pues es el precio que hay que pagar’”. Quien habla ahora es Liz del Alba Rubio, una de las pocas mujeres que ha dado su testimonio en público.
Con el #MeToo
En el documental parecer también Diana Katz, abogada de todas ellas, estandarte del #MeToo, quien sostiene que el proceso abierto contra Domingo, pese a no haber sido en los tribunales de EEUU, tiene valor, algo que tanto él como sus defensores, niegan. “Lo que me parece absurdo es que Plácido Domingo y su equipo sigan diciendo que no hubo ningún procesamiento. Bueno, no se trataba de cargos penales, fue investigado exhaustivamente y se descubrió que había acostado a mujeres. ¿Por qué continúa diciendo que nadie ha demostrado que haya hecho algo malo? Es una locura, el hecho de que no lo encarcelaran no lo absuelve de décadas de acoso sexual”.
El equipo del programa graba cómo intentan ponerse en contacto con Plácido Domingo como con sus asesores, sin éxito. Es más, Jordi Évole, productor del programa, ha mostrado en Twitter, durante la emisión del espacio, que el tenor madrileño le había bloqueado la cuenta.
“Me gustaría que hubiera algún tipo de figura en los teatros que vigilara, que hubiera algún tipo de figura a la que un cantante se pueda volver para pedir ayuda, porque estas cosas a veces pasan delante de todos, no pasan siempre oscuras, pasan a la vista de todos”, denuncia la presunta víctima. Con la voz distorsionada, atemorizada, de espaldas y sin dar su nombre. “Soy una profesional en activo y todavía digamos que correría el riesgo de que las declaraciones que yo pueda hacer aquí tengan consecuencias que me impiden trabajar”.
“Plácido Domingo es intocable, por eso yo estoy a oscuras”. Habla una mujer de espaldas, con la voz distorsionada. Es una supuesta víctima española de Plácido Domingo, una cantante de ópera que teme dar su identidad y que ha aceptado declarar en el programa ‘Salvados’ porque quiere que todo termine.