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Ramón Barea, un tímido mecanógrafo en la juventud que vio su vida en el teatro
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PREMIOS GOYA 2023

Ramón Barea, un tímido mecanógrafo en la juventud que vio su vida en el teatro

Más de 40 años de profesión que le han valido para trabajar en cine, televisión y teatro. Hoy nominado a los Premios Goya puede llevarse el premio a mejor actor de reparto

Foto: El actor Ramón Barea, en los cursos de verano de la UIMP. (EFE/Pedro Puente Hoyos)
El actor Ramón Barea, en los cursos de verano de la UIMP. (EFE/Pedro Puente Hoyos)
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A sus 73 años, y con más de 50 años de profesión a sus espaldas, nos parece especialmente llamativo que hablemos de ‘debutante’ en los Goya al hablar de Ramón Barea. Es la primera vez que el actor está nominado a los premios de la Academia, pese a ser él un académico, y lo está por su trabajo en ‘Cinco lobitos’, ópera prima de la también ‘debutante’ Alauda Ruiz de Azúa e inspirada en la maternidad y la complejidad que esta supone a la hora de asumir el nuevo rol de madre para las mujeres.

Pero en una carrera con tantos años de experiencia y con la ‘sabiduría’ que solo dan las tablas de los escenarios, Barea se muestra consciente de que "en la carrera del intérprete no todo son los premios y galardones, sino el ‘lujo’ de mantenerse en el tiempo". En la alfombra roja de los Feroz dijo que "los premios son un mimo que siempre son agradables recibir". Quedan pocos minutos para saber si este actor se siente abrazado por su gran trabajo.

placeholder Pase gráfico de la obra de Calderón de la Barca 'En la vida todo es verdad y todo mentira', en la que Ramón Barea  hace el papel de Focas. (EFE/Kote Rodrigo).
Pase gráfico de la obra de Calderón de la Barca 'En la vida todo es verdad y todo mentira', en la que Ramón Barea hace el papel de Focas. (EFE/Kote Rodrigo).

Ramón Barea, que es un hombre multidisciplinar donde los haya, el teatro es su gran pasión. Agradece cómo le ha tratado el cine y la televisión, y es consciente de la suerte que eso significa cuando uno es actor a la hora de subsistir en el circuito, pero en cuanto puede, el de Bilbao aprovecha para pensar cómo y que presentar en el espacio teatral que dirige, ‘Pabellón 6’.

placeholder El director teatral Ramón Barea interviene en la presentación de las actividades del Teatro Fernando Fernán Gómez de Madrid. (EFE/Luca Piergiovanni)
El director teatral Ramón Barea interviene en la presentación de las actividades del Teatro Fernando Fernán Gómez de Madrid. (EFE/Luca Piergiovanni)

Cuenta el actor que desde muy joven ya sabía que el teatro suponía para él una vía de afrontar su timidez y socializar con el mundo. Pese a que en un principio se dedicó a una, a priori, profesión 'más estable’, su mente y corazón estaba en el teatro.

Barea narra que su agilidad ante el teclado le valió para obtener trabajo como mecanógrafo, aunque aquella profesión haya casi quedado relegada al olvido en la mente del actor.

“Tengo el vago recuerdo de que fui oficinista de uno de los juzgados municipales de Bilbao. Recuerdo más las trampas que hacía para escaparme de la oficina con cualquier pretexto para ir a ensayar. Me acuerdo del peligro que suponía combinar los ensayos para el teatro de aficionados, era lo que hacía entonces, con un trabajo serio”, narraba al diario ‘Deia’.

placeholder Ramón Barea posa durante la presentación del largometraje 'Cinco lobitos' en el Festival de Venecia. (EFE/Daniel Pérez)
Ramón Barea posa durante la presentación del largometraje 'Cinco lobitos' en el Festival de Venecia. (EFE/Daniel Pérez)

Con más de 55 años de carrera en el teatro, Barea invita a que los nuevos talentos emergentes del teatro vasco sepan y recuerden las ‘facilidades con las que ahora cuentan’ si se comparan con sus inicios.

“Yo empecé el oficio en un momento de cabezonería, en el que te inventas este oficio en el País Vasco. No había escuelas, no había nada. Ni siquiera había actores veteranos profesionales que te pudieran asesorar. Ahora mismo, las nuevas generaciones cuentan con escuelas de teatro. Cada vez hay más producciones con compañías y gente de aquí. Se ha avanzado mucho”, asegura.

Además de actor, el de Bilbao es director y creador de producciones en ‘Pabellón 66’, un espacio teatral que el actor define como “un espacio moderno, transversal o de empoderamiento en el que crecer como intérprete”. Una faceta que le permite mantenerse en contacto con las ‘nuevas generaciones’ de la escena vasca y le mantiene ‘eternamente joven’.

“Estás frente actores y actrices que tienen 20 años, a veces ni siquiera. El arco de edades marca una distancia importante entre las nuevas y las viejas generaciones. Pero es muy rejuvenecedor y te mantiene vivo para tener una perspectiva diferente”, señalaba en la misma entrevista de ‘Deia’.

placeholder Un momento del pase gráfico de la obra 'El viaje a ninguna parte' dirigida por Ramón Barea. (EFE/Luca Piergiovanni)
Un momento del pase gráfico de la obra 'El viaje a ninguna parte' dirigida por Ramón Barea. (EFE/Luca Piergiovanni)

Pero como se suele decir, y para desgracia de muchos actores de teatro, no solo de pan vive el hombre. En la profesión de los actores, este dicho se asocia a la búsqueda de oportunidades más comerciales en cine y televisión.

Dos medios en los que el actor siempre ha encontrado oportunidades y por lo que profesa un gran agradecimiento. A pesar de confesar no haber tenido nunca represente, dice Barea que cree que su éxito, a caballo entra cine, televisión y teatro, ha sido precisamente el de "no querer ‘triunfar’ en ninguno de ellos, sino simplemente ser feliz interpretando”.

“Afortunadamente, he permanecido en el teatro, he permanecido en el cine y también en la televisión. Quizá porque he buscado las proporciones adecuadas, también puede ser por eso. En ninguno de los medios he pretendido ser un triunfador o hacer una carrera rápida. Me he movido, pero sin hacer demasiados aspavientos, he podido seguir navegando. Lo he conseguido y estoy muy satisfecho. Pero lo que te digo, nunca he sido un triunfador nato, no era lo que quería”, relata.

placeholder El actor Ramón Barea atiende a los medios de comunicacion dentro de la programación de los cursos de verano de la UIMP. (EFE/Pedro Puente Hoyos)
El actor Ramón Barea atiende a los medios de comunicacion dentro de la programación de los cursos de verano de la UIMP. (EFE/Pedro Puente Hoyos)

Un sentir muy humilde para un actor de su talla que, sin embargo, es muy coherente si se tiene en cuenta la personalidad tímida del actor.

"Soy un señor de Bilbao que no bebe, que no ha bebido nunca, que lo único que ha hecho es fumar muchísimo, que hasta hace seis años solo tenía ese vicio confesable. En las fiestas soy el primero que se va, que desaparece, porque no bebo y cuando me tomo un zumo de piña, el segundo me resulta empalagoso y ya hay un ruido alrededor enorme", reconoce en una publicación de ‘Voz populi’

Sea como fuere, la noche del 11 de febrero el actor tiene una cita con el cine, la entrega de los Premios Goya. Una fiesta, la del cine español, en la que de ser vencedor, suponemos, no se marcharía el primero. Un reconocimiento a toda su carrera que sumar al Premio Nacional de Teatro ganado en 2013. Y es que pese a que el bilbaíno es actor, dramaturgo, director de teatro y realizador cinematográfico, Barea se identifica, sobre todo, con su faceta de intérprete.

placeholder El actor Ramón Barea posa a su llegada a la ceremonia de entrega de la octava edición de los Premios Feroz en el Teatro Coliseum, en Madrid. (EFE/Mariscal)
El actor Ramón Barea posa a su llegada a la ceremonia de entrega de la octava edición de los Premios Feroz en el Teatro Coliseum, en Madrid. (EFE/Mariscal)

"Estoy más cómodo y más feliz cuando actúo. Tengo mejor las pulsaciones y la tensión arterial la tengo mejor. Todos los baremos se me alteran cuando dirijo. Estoy mejor como actor. Tengo más miedos cuando dirijo. Controlo los nervios en un estreno cuando soy actor, pero no puedo evitar la inseguridad cuando soy el director. Como actor he ganado lo que he enfermado como director", señalaba al diario 'Deia'.

En cuanto a la faceta más personal del actor, dice Ramón Barea que aunque siente un gran amor por su ciudad natal, Bilbao, no suele ser presumido en cuanto a lucir su procedencia.

"Eso que he hecho mucho teatro ligado a Bilbao, referido a mi ciudad, incluso me han acusado de localista en alguna época. No ejerzo de bilbaíno, pero amo mucho a esta ciudad, vivo aquí. Veo la ría todas las mañana desde mi ventana. Soy feliz aquí. Prefiero estar aquí, aunque me dio el ramalazo de escaparme a Madrid y olvidarme de Bilbao. Soy feliz de haber tenido aquí mi infancia y mi adolescencia; también mi vida profesional", indica.

placeholder La directora de cine Alauda Ruiz de Azúa posa junto a los actores Ramón Barea, Laia Costa, Susi Sánchez y Mikel Bustamante en el Festival de Cine de Málaga. (EFE/Daniel Pérez)
La directora de cine Alauda Ruiz de Azúa posa junto a los actores Ramón Barea, Laia Costa, Susi Sánchez y Mikel Bustamante en el Festival de Cine de Málaga. (EFE/Daniel Pérez)

Y en cuanto a lo que a futuros proyectos en la carrera del actor refiere, el de Bilbao bromea y cuenta en la ya citada entrevista que le gustaría 'ejercer de galán' madurito.

"Ahora me dan papeles de señor mayor. Yo quería ser un galán maduro, pues no hay manera. Todos los papeles que me dan son de señor mayor con alzhéimer; señor mayor con demencia senil; señor mayor normal; señor mayor abuelo... Ja, ja, ja. En serio. Es una alegría. Yo bromeo mucho con esto y digo: 'Ahora estoy empezando a cogerle el tranquillo y me sale mejor los papeles después de cincuenta años de profesión'", resume.

A sus 73 años, y con más de 50 años de profesión a sus espaldas, nos parece especialmente llamativo que hablemos de ‘debutante’ en los Goya al hablar de Ramón Barea. Es la primera vez que el actor está nominado a los premios de la Academia, pese a ser él un académico, y lo está por su trabajo en ‘Cinco lobitos’, ópera prima de la también ‘debutante’ Alauda Ruiz de Azúa e inspirada en la maternidad y la complejidad que esta supone a la hora de asumir el nuevo rol de madre para las mujeres.

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