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Iñigo Onieva y su madre, similar agenda sentimental: separaciones, divorcios y amores recuperados
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CAROLINA MOLAS

Iñigo Onieva y su madre, similar agenda sentimental: separaciones, divorcios y amores recuperados

La suegra de Tamara Falcó ha vuelto a enamorarse después de una separación dolorosa, especialmente por la relación que tenía con los hijos de su expareja

Foto: Iñigo Onieva y su madre, Carolina Molas, hace unos meses. (Gtres)
Iñigo Onieva y su madre, Carolina Molas, hace unos meses. (Gtres)

Hasta noviembre del 2020, la vida sentimental de Tamara Falcó era un erial. Las relaciones amorosas no le habían funcionado. Unas veces porque los proyectos de vida eran incompatibles; en otras situaciones, la distancia física marcaba los ritmos. Ese fue el caso de Tommaso, un simpático chico italiano que al volver a su país retomó su vida sentimental con una novia con la que nunca había roto definitivamente. A diferencia de su madre, Isabel Preysler, que siempre tuvo repuesto cuando las cosas no iban bien con sus parejas, en la existencia de Tamara era al contrario. Se marchaban.

Cada poco se rumoreaba que podría tener una nueva ilusión. El globo se desinflaba hasta que llegó a su vida Iñigo Onieva. Patricia Izquierdo dio la exclusiva en Vanitatis el 23 de noviembre de hace tres años. Y así se publicaba en esa fecha: "Iñigo Onieva, hermano de la actriz Alejandra Onieva, se ha convertido durante los últimos meses en uno de los grandes apoyos de la marquesa, en un otoño que no ha sido fácil para ella. Tras el fallecimiento de su padre a principios de la pandemia, la vuelta del verano no fue sencilla para Tamara. A comienzos de septiembre fallecía repentinamente su cuñado, Jaime Carvajal y Hoyos, y a las pocas semanas, su tío, el marqués de Cubas".

placeholder Tamara Falcó e Iñigo Onieva, el pasado septiembre. (Gtres)
Tamara Falcó e Iñigo Onieva, el pasado septiembre. (Gtres)

Días después, lo confirmaba la revista de cabecera de la marquesa de Griñón. Este era el inicio de un proyecto de vida con petición de mano, anillos de compromiso y con el anuncio de boda para el 17 de junio. Todo se fue al traste por la infidelidad descubierta del novio. Y así, estuvieron un tiempo separados, hasta que por fin Iñigo redimió sus pecados. La marquesa perdonó y retomaron su agenda emocional sin cambiar el día del enlace, que será el próximo 17 de junio. Por alguna razón desconocida, no se canceló la iglesia, que era el templo de Santa Bárbara en el barrio de Justicia de Madrid. Hasta aquí el recordatorio de una historia de amor, desamor y vuelta al amor de la hija de Isabel Preysler, que ya la ha superado en protagonismo mediático. Habrá que esperar para ver si la ‘reina de corazones’ tiene aún una portada importante en los próximos meses.

Coincidiendo con esa ruptura anunciada a bombo y platillo, hubo otra en la casa familiar de Iñigo Onieva mucho más discreta, pero igual de dolorosa. Su madre, Carolina Molas, se divorciaba de su segundo marido. El empresario y sus hijos abandonaban la casa de la urbanización La Moraleja donde habían convivido la última década las dos familias. La empresaria, que será la madrina en la boda de su hijo, es una mujer independiente, con un perfil profesional y currículum largo y alto que nunca ha necesitado la publicidad para desarrollar tanto el aspecto laboral como personal. La relación con sus hijos es espléndida y, de hecho, cuando Iñigo se convirtió en titular de la prensa por su infidelidad, los dos se quitaron de en medio y se fueron de viaje a Estambul. Carolina e Iñigo, solteros los dos, disfrutaron de unos días alejados del foco informativo.

Aseguran a Vanitatis que para la empresaria no fue fácil romper con su segundo marido, especialmente por el cariño que sentía por los hijos de su pareja con los que compartió ambiente familiar durante al menos diez años. Seguramente los jóvenes formarán parte de la lista de invitados de la gran boda en El Rincón. El exmarido no.

placeholder Iñigo Onieva y su madre, Carolina Molas, hace unos meses. (Gtres)
Iñigo Onieva y su madre, Carolina Molas, hace unos meses. (Gtres)

El destino ha hecho que, de nuevo, Iñigo y su madre compartan una agenda emocional muy parecida. El hijo retomó su vida con Tamara, con una nueva petición de matrimonio durante su viaje a Laponia. En ese escenario, el socio de la discoteca Lula repitió su promesa de amor eterno. No se sabe si entregó el anillo modificado o mantuvo el antiguo. El caso es que ambos confirmaron a través de sus redes sociales que eran felices. En una entrevista en 'Harper’s Bazaar', la marquesa afirmaba que se encontraba en un momento muy feliz y que su matrimonio iba a cumplir la promesa de la liturgia, “hasta que la muerte os separe”.

Por su parte, Carolina Molas también ha vuelto a enamorarse después de su divorcio. Una separación que no fue complicada pues no hubo nada que repartir. La vivienda era de su propiedad y su economía muy potente, igual que la de su ex. Aseguran los que la conocen que lo que no imaginaba era volverse a enamorar. En este caso, de un novio de juventud con el que volvió a reencontrarse hace unos meses. Empresario como ella, divorciado y con hijos con vidas independientes a los que no hay que mantener. Unas coincidencias afectivas que a madre e hijo les ha vuelto a dar la felicidad.

Hasta noviembre del 2020, la vida sentimental de Tamara Falcó era un erial. Las relaciones amorosas no le habían funcionado. Unas veces porque los proyectos de vida eran incompatibles; en otras situaciones, la distancia física marcaba los ritmos. Ese fue el caso de Tommaso, un simpático chico italiano que al volver a su país retomó su vida sentimental con una novia con la que nunca había roto definitivamente. A diferencia de su madre, Isabel Preysler, que siempre tuvo repuesto cuando las cosas no iban bien con sus parejas, en la existencia de Tamara era al contrario. Se marchaban.

Tamara Falcó
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