Paz Padilla se abre sobre sus duros inicios, su marido y su hija 'sargento'

A sus 53 años, Paz Padilla se ha convertido en uno de los rostros más reconocibles de la televisión desde que, en 1994, el programa 'Genio y figura' la descubriera al mundo como humorista y más tarde como actriz y presentadora. Ahora la andaluza ha hecho un sincero y entrañable repaso a los momentos más importantes de su vida, unos dulces y otros amargos, junto a Anne Igartiburu en el espacio de Telemadrid 'Diez momentos', que regresaba a la parrilla después de ganar el año pasado el premio Iris al mejor programa autonómico.

Sin paños calientes, Paz describió la dureza de sus años de infancia recordando cómo había días en los que su madre no tenía para darles de comer, a ella y a sus seis hermanos. "Me mandaba a la panadería a preguntar por pan duro. Lo mojaba, cortaba y comíamos pan tostado con manteca", aseguraba conteniendo las lágrimas.

Una sonrisa asomaba en cambio a su rostro al volver en el tiempo al momento en el que pasó de contar chistes a sus compañeros en el hospital gaditano donde trabajaba a hacerlo junto al inolvidable Chiquito de la Calzada en 'Genio y figura'. Un programa de enorme éxito que los lanzó a ambos a la fama, aunque en su caso fuera por casualidad. "Acompañé a mi cuñado a hacer un casting de chistes escenificados. Debía 10.000 euros y no tenía dinero. Me llamaron a la semana", contaba sobre aquellos inciertos comienzos.

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"No tuvo hijos y creo que vio en mí eso", añadía sobre el legendario humorista malagueño con el que compartió plató, antes de asegurar que sintió la necesidad de intervenir cuando algunos trataron de desprestigiarlo tras su fallecimiento. "No podía permitir que le hicieran daño, que su imagen quedara manchada", le confesó a Anne Igartiburu.

Pero tras su flamante paso por el programa de Antena 3, no todo fue un camino de rosas para Paz Padilla. "He estado en sitios cutres, sin baños, encima de cajas de cerveza", recordaba sobre sus primeros años como humorista, en un mundo que califica como machista. "No lo he tenido fácil, era un mundo de hombres. Animo a que las mujeres se enfrenten a la sociedad, ser cómico para una mujer es transgresor".

Pero los momentos más emotivos de la entrevista fueron los que versaron sobre los grandes amores y las grandes pérdidas de la presentadora. Paz recordó a su marido, Antonio, con el que vivió una bella historia de amor tras conocerse en Cádiz en su época de adolescentes, cuando él tenía 17 años y ella 14. La vida les separó luego, pero los años les volvieron a unir y estuvieron juntos hasta su fallecimiento en 2020. "Todos los días pienso en él", afirmaba emocionada, antes de reconocer con buen humor que cuando se conocieron "no me soportaba".

"Yo soy una tía muy vitalista y le contagié, pero él era un poco soso, demasiado formal. Lo que tardé para que me diera un beso... Pero desde ese día volvía a casa con dolor de cara", eran sus recuerdos entre risas de aquellos años. Sobre su reencuentro definitivo tiempo después, tenía claro que "Dios me lo devuelve arreglado, valorando mi profesión, respetándome. Nunca le gustó la fama ni la popularidad, pero sufrió también por la mía, le utilizaron para hacerme daño a mí. Era el precio que tenía que pagar".

También aflora la emoción a las palabras de Paz, que ahora ha encontrado de nuevo el amor, al hablar de su hija y socia, Anna Ferrer, cuyo nacimiento "me cambió la vida". Tirando de su buen humor habitual, la describe como "una sargento: es correcta, perfecta y hasta me ordena". Orgullosa de ella, le comenta a su entrevistadora que "tenía miedo de que fuera la niña de un artista, pero era de sobresaliente" y ahora ya se ha convertido en toda una mujer "que vive sola y tiene tres empresas”.

Finalmente, mirando al futuro, la también escritora confirma que tiene "muchos proyectos y mucho que aportar", citando como su fuerza para seguir adelante que "lo que me alimenta es el amor”.