Javier Gutiérrez, tras las cámaras: su papel como padre y el estado de su corazón

Nominado al Goya por su papel en ‘Modelo 77’, Javier Gutiérrez demuestra por sexta vez -el número de veces que la Academia de Cine ha reconocido su trabajo nominándole al 'cabezón'- que es uno de los actores más prolíficos y de exitosa obra entre crítica y público de nuestro panorama cinematográfico.

De esas seis nominaciones, dos han supuesto para el actor gallego el Goya como mejor actor protagonista: primero, por su trabajo en ‘La isla mínima’, de Alberto Rodríguez, con el que de nuevo trabaja en ‘Modelo 77’ y que espera hacerse con el Goya en la categoría de mejor dirección; y segundo, por su papel en ‘El autor’, película dirigida por Manuel Martín Cuenca.

Un currículo impresionante, con una filmografía muy variada, en el que la televisión fue clave para darse a conocer, pero que sin embargo ha sabido compaginar con una vida personal de la que el actor se muestra orgulloso pero discreto.

Asturiano con alma gallega

Javier Gutiérrez Álvarez nació el 17 de enero de 1971 en Luanca, Asturias. Es decir que, a pesar de que se considera gallego, pues ha pasado la mayor parte de su infancia en Ferrol, la realidad es que, al menos de nacimiento, es asturiano.

Lo que sucede es que, pocos meses después de nacer, sus padres se marcharon a la ciudad gallega para vivir con sus hijos, por lo que el actor puede considerarse prácticamente gallego. Precisamente fue su padre el que, cuando el actor era tan solo un niño, falleció dejando a Javier al cuidado de su madre, Guillermina, y sus hermanas mayores, María y Guillermina.

Es en esa etapa en Ferrol en la que Javier Gutiérrez se enamora locamente del mundo de la interpretación. Participó primero en varias obras de teatro de su escuela y posteriormente en su instituto. Con 19 años tuvo claro que tenía que probar suerte en la capital e intentar cumplir su sueño en Madrid.

Popularidad a raíz de ‘Los Serrano’

Sin duda, uno de los momentos en los que el actor comenzó a disfrutar de las mieles del éxito fue a raíz de participar en popularísimas series de televisión. Primero lo hizo junto a los talentosos Antonio Resines, del que descubrimos en una visita a 'La resistencia' que tiene antecedentes por protagonizar una revuelta juvenil, y Pepe Bonilla en ‘Los Serrano’, donde enseguida consiguió el cariño del público con su papel de Josico.

Y si con la serie de Resines y compañía supo lo que era el éxito, fue con ‘Águila Roja’ y su papel de Satur cuando el actor terminó de hacerse un personaje imprescindible de la televisión. El actor es consciente de lo que supuso ese papel en su carrera y por eso publicaba en su perfil esta publicación agradeciendo el papel que le tocó desempeñar.

“Hoy hace 4 años que se terminó de grabar el último capítulo de la serie 'Águila Roja'. Un emocionante proyecto que supuso para mí un enorme enriquecimiento personal y profesional. Gracias a tantos compañeros de viaje por la experiencia vivida. Y sobre todo gracias a mi amigo Daniel Écija y a todo su equipo por la confianza y el regalo de ese Satur del alma mía”.

Podría haber sido el Profesor de ‘La casa de papel’

El papel del Profesor de ‘La casa de papel’, interpretado por Álvaro Morte, es un personaje con éxito a nivel mundial. Dado la repercusión de la serie producida por Netflix en los diferentes continentes, Morte es conocido en medio mundo.

Sin embargo, es menos conocido el hecho de que ese papel en un principio estaba pensado para que lo interpretara Javier Gutiérrez. A pesar de que al actor le apetecía el papel, en el momento de la grabación de la serie, Gutiérrez se encontraba grabando ‘Campeones’, de Javier Fesser.

Una película con la que Gutiérrez tenía un compromiso moral además de profesional: dar visibilidad a un colectivo que suele encontrarse en una situación más desfavorecida y que rara vez encuentra su lugar en el mundo del cine, con el que el actor siente una gran conexión debido a la discapacidad con la que nació su hijo, Mateo.

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Es por eso que el actor gallego rechazó el papel. Quién sabe si hubiéramos podido ver juntos en pantalla a su compañero en ‘Modelo 77’, Miguel Herrán (Río en la serie de Netflix), que es gran aficionado a la calistenia y al mundo del motor, y a Javier Gutiérrez haciendo de Profesor.

Su faceta como padre y sus amores

Aunque para el actor es primordial su faceta como actor, no todo en la vida del gallego es la interpretación. La otra mitad de su vida gira en torno a su papel como padre de Mateo y Lucas. Mateo es fruto de la relación que el actor mantuvo con la gestora cultural Inés Enciso, con la que estuvo casado durante años. La crianza de su hijo ha supuesto, en palabras del actor, “uno de sus mayores retos”, ya que debido a las necesidades especiales del pequeño, sus padres se volcaron en él desde el momento de su nacimiento.

El pequeño fue precisamente una de las razones por las que el actor se embarcó en el proyecto de 'Campeones'. “Tengo un hijo con una discapacidad y siento como una agresión la mirada compasiva hacia las personas con discapacidad”, confesaba a 'ABC'. No obstante, Mateo parece haber heredado el carácter luchador de su padre y así lo demostró con su participación en la película ‘Campeones’, en la que realizó un cameo.

Tras la separación con Inés, el intérprete comenzó una relación con la actriz de origen mexicano Adriana Paz, a la que conoció hace unos años en el rodaje de 'El autor'. La pareja ponía fin a su relación de manera amistosa, por lo que se puede apreciar en las dedicatorias que los intérpretes se dedicaban después de la ruptura en redes sociales. "Al hombre de mi vida, mi alma gemela, mi gran amor […] Gracias por tanto y tanto amor y gracias por todo lo que no se puede nombrar", se podía leer en una publicación de la mexicana y a lo que el de Luanco le respondía: “En mi recuerdo para siempre tu mirada, tu sonrisa, tus besos, tu pasión desbocada y, sobre todo, tu amor infinito. También yo te deseo lo mejor”.

A principios de 2020, Javier Gutiérrez presentaba al mundo a su nueva pareja, la fisioterapeuta malagueña Carmen Demaría. Con ella se embarcó de nuevo hacia la paternidad para dar la bienvenida al mundo a otro varón que es ahora el pequeño de la casa.