Los detalles románticos no vistos de la última aparición de Tamara Falcó e Iñigo Onieva

La tarde del 16 de febrero se convertía en uno de los momentos vitales más importantes para Tamara Falcó. La marquesa de Griñón se alzaba como la estrella de la primera jornada de la Semana de la Moda de Madrid al estrenarse como diseñadora de pasarela de la mano de Pedro del Hierro, que introducía en su colección otoño-invierno 2023/2024 cuatro looks colaborativos creados por la firma de la hija de Preysler, TFP by Tamara Falcó.

Tras graduarse como chef en la prestigiosa escuela de cocina Le Cordon Bleu, ahora la aristócrata ha querido tocar techo en otro de sus mundos favoritos, el de las agujas. Esta ocasión tan sumamente especial requería de una compañía insuperable. Por ello, Iñigo Onieva daba la sorpresa a la prensa y aparecía para apoyar públicamente a su pareja, regalándonos así la primera fotografía de ambos en un acto público desde su comentada reconciliación. Aunque las cámaras lograban capturar un tierno beso, Vanitatis, que se encontraba a pie de pasarela en el recinto ferial, ha podido conocer múltiples detalles (de lo más románticos) que los enamorados tuvieron a lo largo del acto lejos de los focos.

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En primer lugar, el empresario quiso dar su lugar a su pareja no apareciendo en el photocall hasta minutos antes del comienzo del desfile. Es así como permitió a Tamara vivir su gran momento como diseñadora, centrado desde un punto de vista profesional, intentando evitar que el interés por lo privado nublase sus logros. De esta manera, la hija de Preysler pudo posar previamente con la CEO del grupo textil, Marie Castellvi, y los directores creativos de Pedro del Hierro, Nacho Aguayo y Alex Miralles, hablando así de su trabajo frente a los medios.

Posteriormente, la pareja se dirigió hasta el interior de la pasarela, donde hizo notable su férrea unión y confianza mutua. Iñigo Onieva no soltó ni un solo segundo la mano de la noble durante todo el transcurso del desfile, lo que conlleva un total de 20 minutos. Sus dedos únicamente se desunieron cuando la marquesa de Griñón quiso grabar con el teléfono móvil sus propias creaciones.

Además, otro de los gestos más tiernos que pudimos observar en la pareja fue la voluntad de Tamara de que el relaciones públicas se sintiera integrado en su universo, explicándole, ante algunas de sus dudas, algunos de los modelos de la colección de Pedro del Hierro; casi rozando la masterclass de moda.

Al igual que Onieva quiso por caballerosidad ceder el foco a la pequeña de ‘la reina de corazones’, esta decidió dar todo el protagonismo a Nacho Aguayo y Alex Miralles, directores creativos de la marca española, que salieron a realizar el paseo de saludos protocolario al finalizar el show, ante la escasez de gestos de la también chef, que había participado en la propuesta inspirada en las alfombras rojas españolas.

Por último, la pareja decidió marcharse a casa una vez finalizado el acto y no asistir al Kissing Room, una sala a la que acuden los invitados y la prensa tras el desfile para disfrutar de bebidas espirituosas mientras comparten impresiones. Sin embargo, los medios no se quedaron sin sus declaraciones, ya que enfundada en un traje lila de chaqueta fluido, con pantalón de pinzas palazzo y una blazer de solapa clásica con botonadura central y hombrera redonda, les atendió con mimo en el photocall.

Sus declaraciones

Tamara Falcó se enfrentaba a una dura aparición, teniendo en cuenta todos sus frentes abiertos, desde su boda a esos rumores de embarazo que surgían hace unas semanas o la polémica ruptura de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, por la que ella también se ha visto salpicada y, posteriormente, defendida por su madre. Precisamente la marquesa de Griñón abordaba este tema con mucha diplomacia: "Que escriba un nobel sobre mí me encanta", aseguraba.

También se pronunciaba acerca de los preparativos del enlace: "De la boda me preocupa absolutamente cada detalle, pero, especialmente, que no llueva", arrancaba. "Iñigo se está implicando muchísimo en todo. Además, me ha intentado sacar cómo es el vestido y averiguarlo. Me dice: “¡Te lo vas a poner con mantilla!", continuaba relatando.

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E incluso se atrevió a dar alguna pincelada sobre su vestido de novia: “Puede que sea tipo princesa clásica. Escogí la firma porque es española, es alta costura, queda muy poco tiempo y quería que lo pudiese ver mi madre. Yo tenía la idea, la vi hace tiempo. La guardé y han dado el visto bueno Juan Avellaneda, mis diseñadoras y mi madre. Entonces dije adelante”.