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El porqué de que Ana Boyer no se lleve con sus hermanos Laura y Miguel Boyer Arnedo
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CLAN BOYER

El porqué de que Ana Boyer no se lleve con sus hermanos Laura y Miguel Boyer Arnedo

Laura y Miguel Boyer Arnedo nunca han mantenido una estrecha relación con la hija de Isabel Preysler y el motivo de su distanciamiento es claro

Foto: Ana Boyer, en una foto de archivo. (Gtres)
Ana Boyer, en una foto de archivo. (Gtres)

Tal y como informó en exclusiva Vanitatis, Laura Boyer fallecía el jueves pasado a los 57 años. Madre de cuatro hijos, sus últimas imágenes públicas eran el reflejo de una tragedia. Aparecía en el entierro de su padre, arropada por sus pequeños. Varias de estas instantáneas, que se publicaron en los medios, llamaron la atención de ese día al ver a Tamara Falcó muy compungida del brazo de la hermana de su hermana. Detrás de ellas, una joven Ana Boyer vestida de luto. En ningún momento hubo conexión pública entre ambas, a pesar de la relación fraternal biológica que las unía.

Miguel Boyer Arnedo pasó desapercibido tanto en el tanatorio como en el cementerio de San Isidro. Nunca tuvo, ni quiso, visibilidad y así lo ha mantenido a lo largo de su vida. Ahora, con la muerte de su hermana, han sido los hijos los que se han encargado de comunicar a las amistades el fallecimiento, así como de organizar el horario de apertura del tanatorio. Al ser nula la relación de los miembros de la familia Boyer Arnedo con la hija de Isabel Preysler, no tenía mucho sentido que acudiera a Tres Cantos y no se la espera en la misa funeral para la que aún no hay fecha, ya que se trataron muy poco.

placeholder Laura Boyer, acompañada de Tamara Falcó en el entierro de Miguel Boyer. (Gtres)
Laura Boyer, acompañada de Tamara Falcó en el entierro de Miguel Boyer. (Gtres)

La muerte de Miguel Boyer marcó públicamente la diferencia que existía entre los tres hermanos y que venía de lejos. Cuando el exministro de Economía sufrió la hemorragia cerebral, Laura y Miguel estuvieron pendientes de su padre, acudiendo al hospital donde estaba ingresado casi todos los días. Al salir de la Ruber de la calle Juan Bravo lo hacían por separado, pero las declaraciones tanto de Isabel Preysler como de Laura confirmaban que todo iba bien entre ellas. Si es cierto que hubo un tiempo en que la hija mayor del expolítico sí entraba en la mansión de Puerta de Hierro. Al fin y al cabo, su padre había invertido mucho dinero en el que era su nuevo hogar. El terreno lo compró a Fernández Tapias en una puja en la que también estaba interesada Carmen Cervera. Finalmente, los barones Thyssen se decantaron por la urbanización La Moraleja y por un chalet que ya estaba construido.

placeholder Isabel Preysler y Miguel Boyer.
Isabel Preysler y Miguel Boyer.

Miguel Boyer era un hombre económicamente potente. Una vez que cerró su carrera política, fue presidente del Banco Exterior de España, de Cartera Central y vicepresidente de FCC Construcción del Grupo de Fomento y Construcciones y Contratas (FCC). Además, fue nombrado presidente de Grucycsa y estos cargos se unieron a otras colaboraciones.

Según escribió el periodista Javier Chicote en el libro 'Socialistas de élite', el volumen económico del exministro fue muy alto: “Pasó de defender la expropiación a hacerse con una de las mayores fortunas del país”. Esto le sirvió cuando llegaron los tiempos duros para costear las secuelas de su enfermedad. Isabel Preysler tuvo que remodelar la mansión de Puerta de Hierro para adecuarlas a las necesidades físicas de su marido. Según ella misma explicó, parte de esos gastos corrieron a su cargo.

placeholder Fachada delantera de Villa Meona. (Mediaset)
Fachada delantera de Villa Meona. (Mediaset)

Laura y Miguel Boyer no necesitaron nunca el dinero de su padre. Cuando llegó el divorcio fue Elena Arnedo la que se encargó de su manutención. No había necesidad de exigir lo que les correspondía a los hijos. La familia vivía en un chalet en el barrio de El Viso, uno de los más caros de Madrid y propiedad de la doctora Arnedo. Cuando murieron sus padres, ella como hija única heredó un buen patrimonio que a su vez recibieron sus dos hijos, Laura y Miguel. El montante se resumía en propiedades inmobiliarias y hasta los derechos de autor de la escritora Elena Soriano, abuela de los hermanos Boyer Arnedo. Además, cada uno tenía su carrera profesional estable.

Con este bagaje económico potente no tenía mucho sentido que el punto de no conexión de Laura, Miguel y Ana fuera el dinero. Y así lo aseguraba el hijo en una de las pocas declaraciones que hizo al fallecer el exministro a 'Ok Diario'. “Es un poco raro que mi padre fuera economista, parece que no se preocupó de gestionar su patrimonio. Cuando murió, no tenía nada a su nombre, no sé en qué lo gastó todo. Él se veía a sí mismo más como un intelectual. Pensaba que la obsesión por el dinero era algo mezquino. Lo único que quería era leer y estudiar, le apasionaba la física y la economía”, explicó.

placeholder Ana Boyer, en una foto de archivo. (Gtres)
Ana Boyer, en una foto de archivo. (Gtres)

Miguel lo único que quiso es recuperar enseres personales que tenían valor emocional y algunos libros de los muchos que cubrían las estanterías del despacho de Puerta de Hierro y que le sirvieron como lectura a Mario Vargas Llosa.

Sí es cierto que hubo cierto desencuentro con su hermana Laura, que sí quería saber precisamente qué había sucedido con el patrimonio de su padre. Su tío Christian Boyer fue albacea (persona encargada de hacer cumplir la última voluntad del fallecido) y también contador-partidor (encargado del reparto) de sus bienes. La historia de la herencia terminó de solucionarse en octubre de 2018. Tiempo después, los hermanos Boyer volvieron a sufrir otra tragedia: fallecía la doctora Elena Arnedo. Tampoco en ese funeral estuvo Ana Boyer. Realmente, nunca tuvieron relación.

Tal y como informó en exclusiva Vanitatis, Laura Boyer fallecía el jueves pasado a los 57 años. Madre de cuatro hijos, sus últimas imágenes públicas eran el reflejo de una tragedia. Aparecía en el entierro de su padre, arropada por sus pequeños. Varias de estas instantáneas, que se publicaron en los medios, llamaron la atención de ese día al ver a Tamara Falcó muy compungida del brazo de la hermana de su hermana. Detrás de ellas, una joven Ana Boyer vestida de luto. En ningún momento hubo conexión pública entre ambas, a pesar de la relación fraternal biológica que las unía.

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