Es noticia
Menú
Lo de Ferrovial saca del ostracismo a Rafael del Pino, el hombre sin miedo
  1. Famosos
FAMILIAS

Lo de Ferrovial saca del ostracismo a Rafael del Pino, el hombre sin miedo

Su decisión de trasladar la sede social de Ferrovial a Países Bajos lo ha puesto en boca de todos. ¿Pero quién es realmente Rafael del Pino? Diseccionamos a uno de los hombres más poderosos y menos conocidos de España

Foto: Rafael del Pino, junto a Jacaranda Caracciolo en el Teatro Real. (J. M.)
Rafael del Pino, junto a Jacaranda Caracciolo en el Teatro Real. (J. M.)

“Yo había conocido a muchos hombres con poder, muchos hombres con dinero. [...] Pero nunca había conocido a nadie tan fuerte, tan dueño de su destino. A nadie con tanta fuerza de voluntad, tan estoico, tan resiliente. Sebastián tenía avión, helicóptero, barcos, casas… Pero a diferencia de lo que había experimentado de todos esos otros [...], él 'poseía' todo. Pilotaba su helicóptero, llevaba su barco, conducía sus coches (a pesar de tener veinte conductores y guardaespaldas). Sabía cómo arreglar los fusibles en su nueva casa, cómo conseguir que su barco pasase el coral del atolón, cómo hacer un fuego en medio del campo cuando decidimos dormir 'en un hotel de mil estrellas…”. Esto escribía Astrid Gil-Casares, exmujer de Rafael del Pino, en 'Nadie me contó', su primer libro, publicado en 2020.

Algo parecido relató a la revista 'Vanity Fair' tres años antes, cuando ofreció su primera entrevista tras su divorcio: “Rafa es como James Bond. Inteligente, atractivo, sexy. Lo hace todo bien. Es el que mejor dispara, el que mejor esquía, el que mejor pilota helicópteros, el que mejor discursos hace... Si mañana estallara la tercera guerra mundial y hubiera que irse a vivir a la jungla, él acabaría teniendo la mejor cabaña del bosque. No lo dudo. Sería el rey de la jungla".

Además de todo esto, Rafael del Pino Calvo-Sotelo (Madrid, 65 años) es el hombre que tiene a toda España hablando sola. La razón: trasladar la sede social de su empresa, la constructora Ferrovial, a Países Bajos en busca de una seguridad jurídica que, aparentemente, nuestro país no le ofrece. Mientras el Gobierno y sus simpatizantes señalan este movimiento como un interés personal del empresario con el fin de pagar menos impuestos, desde la compañía defienden una estrategia empresarial, la derecha lo aplaude y aprovecha para atizar a Pedro Sánchez.

Quienes lo conocen lo describen como un hombre muy inteligente pero algo frío. Alguien cuyo lema bien podría ser: "No conviertas tus problemas en mis problemas"

Sea como fuere, héroe o villano, hay datos objetivos sobre Del Pino que lo sitúan como uno de los principales empresarios del Ibex 35 y la tercera fortuna de España según 'Forbes' con un patrimonio de 3.800 millones de euros –por detrás de Amancio Ortega y Juan Roig–. También, según la lista de los más ricos de España que publica cada año 'El Mundo' es, junto a sus hermanos, la tercera fortuna del país con un patrimonio conjunto de 9.570 millones. Además de su dinero, Del Pino posee una casa en El Viso, donde reside, una mansión en Formentera, una finca en Cáceres y otra a una hora de Madrid, dos veleros con su respectiva tripulación, el yate Alcor –que perteneció a su padre–, un helicóptero, un avión privado y varios vehículos para uso familiar. Para disfrutar, no tiene duda: prefiere España.

Del Pino se ha convertido a su pesar en el hombre del momento. Además de sus indudables habilidades de superhéroe, quienes lo conocen lo describen como un hombre muy inteligente pero algo frío. Alguien cuyo lema bien podría ser: “No conviertas tus problemas en mis problemas”. En las antípodas, por ejemplo, de José Manuel Entrecanales, dueño de Acciona y otro de los grandes empresarios de la construcción de nuestro país –y miembro de otra de las grandes sagas–, y a quien en el sector describen como un hombre humano y generoso.

Una saga imbatible

Hijo de Rafael del Pino Moreno, fundador de Ferrovial, y Ana María Calvo-Sotelo, nuestro protagonista es el segundo de cinco hermanos: María (67), Joaquín (62), Leopoldo (60) y Fernando (53), el “pequeño” de la casa, nacido con ocho años de diferencia con el siguiente y cuando su madre andaba más cerca de la menopausia que de volver a la crianza. Fernando, de hecho, fue el primero de los cinco hermanos que vendió su participación en Ferrovial y se desvinculó de la empresa. Se dedica a gestionar su patrimonio y a escribir artículos de opinión sobre actualidad en un blog nombrado con sus iniciales: fpcs. Lleva toda la vida casado con Sonia Osborne, a la que conoció cuando ambos rondaban la mayoría de edad.

No hay relación, ni buena ni mala, entre los hermanos del Pino. “¿Se quieren? No. ¿Se respetan? Sí”, nos confiesa una fuente cercana al círculo familiar. La relación entre Rafael, Leopoldo y Fernando es prácticamente inexistente: “Mientras vivía la matriarca, fallecida el año pasado a los 93, al menos se veían una vez al año por Navidad. Ahora ni eso”, nos cuentan.

placeholder Rafael del Pino, en una Junta de Accionistas de Ferrovial. (EFE)
Rafael del Pino, en una Junta de Accionistas de Ferrovial. (EFE)

Solo María, quizá por ser la primogénita, quizá por ser la única mujer, ostenta un rol de apaciguadora y mantiene contacto de manera individual con todos y cada uno de sus hermanos. También lo hace Joaquín, el único soltero y quien más cuidó de su madre, un hombre cariñoso y esforzado que intenta ejercer de bisagra entre un grupo de hermanos demasiado desapegados. Es un apasionado de la música clásica, como su madre Ana María, que tenía abono en el Teatro Real y el Auditorio y que frecuentaba con asiduidad antes de la pandemia.

Ana María, como su hijo Rafael, tenía un humor fino y sagaz y en la familia es conocida una anécdota que el cura recordó en su funeral. Ocurrió durante una visita que realizó a Cuba con su marido en 2001, cuando una noche los convidó a cenar Fidel Castro. Tras la velada, el Comandante, encantado con su invitada, le quiso regalar un cumplido. "Lo he pasado muy bien esta noche, Ana María". A lo que ella, con su característico sarcasmo respondió: "No me extraña. Se me dan muy bien los dictadores. Llevo veinte años casada con uno".

No hay relación, ni buena ni mala, entre los hermanos del Pino. "¿Se quieren? No. ¿Se respetan? Sí"

Astrid Gil-Casares podría seguramente suscribir esa frase si no fuera porque su matrimonio duró un poco menos, 12 años, y su divorcio se convirtió en uno de los episodios más traumáticos de su vida, según confesaba a la revista 'Vanity Fair': “Enfrentarse a Rafa no es fácil. Es como entrar en una guerra contra Estados Unidos. Por mucha artillería que tengas, él está acostumbrado a combatir”. Como era previsible, en su lucha contra el gigante la escritora salió perdiendo.

Astrid, con quien Del Pino se casó en 2006, no fue su primera mujer. En 1984 ya había pasado por el altar con Cristina Fernández-Fontecha, fallecida trágicamente en 1998 y con quien tuvo tres hijos: Rafa (36), el primogénito que trabaja en el family office; Ignacio (34), el elegido para seguir sus pasos en Ferrovial, donde le acaban de nombrar director financiero corporativo, y el pequeño, Juan (30), el más creativo, que se dedica al diseño de barcos. De su matrimonio con Astrid, del Pino tiene tres hijas menores de edad.

A día de hoy, Del Pino no se ha vuelto a casar y, que se sepa, solo ha mantenido dos relaciones estables que ha presentado a sus más allegados: la primera con Jacaranda Caracciolo, de 51 años, heredera de una de las grandes fortunas de Italia, hija del fundador de L’Espresso y del diario 'La Repubblica' y sobrina-nieta de Marella Agneli, esposa del dueño de Fiat y uno de los personajes más fascinantes del siglo pasado, Gianni Agnelli. La segunda, la interiorista española Sonia Pastega Milans del Bosch, a quien conoció a través de amigos comunes y que es hija de Sisita Milans del Bosch, amiga y musa de Umbral, quien la sacaba en sus crónicas en los años 80 y que según él tenía las mejores piernas de la Transición.

placeholder Astrid Gil-Casares, quien estuvo casada con Del Pino 12 años. (EFE)
Astrid Gil-Casares, quien estuvo casada con Del Pino 12 años. (EFE)

Más allá de sus relaciones sentimentales, lo que no ha variado es su círculo de amigos. Aunque Del Pino es un hombre solitario que pasa muchos fines de semana en su finca cerca de La Vera, en Cáceres, hasta donde llega pilotando su helicóptero y donde le gusta dar largos paseos, montar en moto, cazar o leer informes, también mantiene amistades históricas con algunos de los empresarios más poderosos de nuestro país. Con el dueño de Mango, Isak Andic, comparte su pasión por la vela –los dos tienen barco– y son vecinos en Formentera: compraron el terreno juntos y edificaron a la vez. También comparte viajes y cacerías con Santiago Bergareche, expresidente de Vocento y representante de una de las familias fundadoras del grupo editorial, además de marido de Rosario Mendoza, hija del carismático presidente del Real Madrid ya fallecido Ramón Mendoza. También la caza es uno de los deportes que disfruta con su amigo Borja Prado y Colón de Carvajal, actual presidente de Mediaset, y con Helena Revoredo, dueña de Prosegur, y otra de sus grandes amigas, con la que también comparte su habilidad a la hora de pilotar su propio helicóptero y sus viajes a esquiar.

Antes que los helicópteros, los barcos fueron los primeros juguetes de recreo en entusiasmar a los Del Pino. El patriarca, Rafael del Pino Moreno, aprendió a navegar desde muy joven en aguas gallegas, donde veraneaba y donde en Ribadeo (Lugo) conoció a su mujer Ana María. Del Pino padre se convirtió en un marinero experimentado y navegar le gustaba tanto que todos los años realizaba un viaje con sus amigos en el Alcor, un barco de hombre de mar con comodidades pero sin lujos. Fue precisamente viviendo una de esas aventuras por la costa africana cuando la tragedia se cebó con él. Bajando las escaleras hacia los camarotes tuvo un aparatoso accidente y se quedó tetrapléjico. A Del Pino le practicaron una traqueotomía, estuvo dos años sin hablar y llegó a perder la vista. En Madrid, instalado en una casa medicalizada, sobrevivió durante cuatro años, en los cuales Ana María se mantuvo a su lado siempre que la dejaron. A pesar de las adversidades se agarró ferozmente a la vida, hasta que una infección de pulmón acabó con ella el 14 de junio de 2008.

Con el dueño de Mango, Isak Andic, comparte su pasión por la vela y son vecinos en Formentera: compraron el terreno juntos y edificaron a la vez

Moría así el fundador de Ferrovial y una pieza clave de una saga familiar que concentra la historia reciente de España. Si uno recorre el árbol genealógico de esta familia puede concluir fácilmente que es una de las mejor relacionadas de nuestro país. Por vía paterna, Ana María –madre de nuestro protagonista– estaba conectada con la política y la intelectualidad de la época: era hija de Lepoldo Calvo-Sotelo, letrado del Consejo de Estado y escritor; uno de sus tíos, José Calvo-Sotelo, fue ministro de Hacienda durante la dictadura de Primo de Rivera y otro, Joaquín Calvo-Sotelo, era miembro de la Real Academia Española. Más tarde, su hermano Leopoldo se convirtió en presidente del Gobierno entre 1981 y 1982; su hermana Mariluz se casó con Fernando Morán, ministro de Exteriores del primer Gobierno de Felipe González y dardo de los chistes más recurrentes de la década de los 80, y su sobrina Mercedes Cabrera llegó a ser ministra de Educación con José Luis Rodríguez Zapatero.

¿Qué opinarían estos socialistas del movimiento estratégico de su familiar? Quién sabe cómo termina esta historia. Quizá tengamos que leer detenidamente 'Nadie me contó', un libro que esconde muchas claves entre sus páginas.

“Yo había conocido a muchos hombres con poder, muchos hombres con dinero. [...] Pero nunca había conocido a nadie tan fuerte, tan dueño de su destino. A nadie con tanta fuerza de voluntad, tan estoico, tan resiliente. Sebastián tenía avión, helicóptero, barcos, casas… Pero a diferencia de lo que había experimentado de todos esos otros [...], él 'poseía' todo. Pilotaba su helicóptero, llevaba su barco, conducía sus coches (a pesar de tener veinte conductores y guardaespaldas). Sabía cómo arreglar los fusibles en su nueva casa, cómo conseguir que su barco pasase el coral del atolón, cómo hacer un fuego en medio del campo cuando decidimos dormir 'en un hotel de mil estrellas…”. Esto escribía Astrid Gil-Casares, exmujer de Rafael del Pino, en 'Nadie me contó', su primer libro, publicado en 2020.

En el punto de mira