24 horas con Sonsoles Ónega

Sonsoles Ónega
Sonsoles Ónega

"Nunca he podido llegar al baño de mis hijos"

24 horas con Sonsoles Ónega

Sonsoles Ónega

"Nunca he podido llegar al baño de mis hijos"

Texto Cote Villar
Fotografía y vídeo Dani González
Formato Marina G. Ortega | María Mateo

son las diez de una mañana soleada de febrero.

Sol de invierno. Tras sortear el atasco del tramo norte de la M-40, Sonsoles Ónega (Madrid, 1977) aparca en las oficinas de Atresmedia, situadas en un polígono industrial de San Sebastián de los Reyes. Usa un coche eléctrico y pequeño. “Mediaset me quedaba más cerca de casa, exactamente a la mitad de tiempo”, resopla. El fichaje de Ónega este verano fue una de esas noticias sísmicas para el ecosistema de los medios de comunicación. La presentadora, que llevaba desde 2005 entre Cuatro y Telecinco, presenta desde septiembre en Antena 3 el programa ‘Y ahora Sonsoles’, que roza un 15% de media de ‘share’. “Aún estoy en proceso de adaptación, de entender cómo funciona esta casa y el público al que nos dirigimos’, reflexiona con sinceridad. Saltan las frases cortas y categóricas desde el tobogán de su famosísimo flequillo, no hay trampa ni cartón en Sonsoles. La persona que ven ustedes cada tarde es la misma a la que acompañamos durante toda una jornada por los pasillos de la tele.

Sonsoles en su coche

Cocina 08:00 am

Zumo de limón + avena o tostada + deporte

Ónega se levanta antes de las ocho de la mañana, se toma un zumo de limón exprimido, sin agua, y hoy, que estaban sus hijos, una tostada con beicon. Tiene un hijo diabético y la grasa compensa las bajadas y subidas de glucosa. “Si no están los niños, tomo avena”. Luego le baja por la garganta el primero de los diez cafés que la veremos tomar a lo largo del día. En su mesa cuenta con una Nespresso individual donde de forma casi inconsciente produce un vasito tras otro para inyectar la cafeína en su sistema nervioso. “Cuando me levanto pongo la radio para escuchar a Alsina, leo los periódicos y, bueno, el grupo de WhatsApp del programa está muy activo desde primera hora, así que enseguida hay que resolver cosas. A las 8.10 más o menos llega ‘la dolorosa’, que son los datos de audiencia del día anterior. Me doy una ducha y en torno a las once ya estoy en la redacción”.

Practica deporte dos días a la semana, los jueves y los domingos. Este lunes le brillan los ojos, ha podido pasar el fin de semana con sus dos hijos, de 10 y 13 años, fruto de su matrimonio frustrado con un abogado. “Hemos visitado el estudio de Cristóbal Toral, ¿lo conoces? Una pasada”. Nadie sabe cómo ha ocurrido, pero la adolescencia ha ido haciéndose hueco en el sofá. “Ahora me recriminan las ausencias, pero ya pasará”. Y no hay asomo de duda en sus palabras.

Tillie Olsen contó en su libro ‘Silencios’ que su bolsa de la compra tenía impreso un lema: ‘Poco locas estamos’. Una matemática española recogió el guante durante la pandemia y lo imprimió en bolsas de tela para salir del armario emocional en el que tantas veces viven las mujeres. Sonsoles lleva hoy un conjunto de sudadera blanca y pantalón negro, solo dos cosas llaman la atención: unas zapatillas deportivas con brilli brilli que la elevan varios centímetros del suelo y la bolsa insolente. Después se cambiará para ponerse el uniforme de presentadora y los tacones.

El feminismo y el sí es sí.

El idioma ‘feminista’ (tan manoseado por unos y otros) con el que más cómoda se siente Sonsoles es aquel que habla de la “igualdad entre hombres y mujeres, de la negociación constante con los compañeros para generar una sociedad más justa”.

Hija del conocido periodista Fernando Ónega, Sonsoles reconoce que se crio en un ambiente de mujeres fuertes, empezando por su madre, funcionaria del Estado. “Es verdad que siempre en mi familia ha habido mujeres muy fuertes. Mi abuela Sole trabajó en una panadería, cuidando niños, fregando suelos... y nunca le faltó de nada. Hasta el final de sus días pagaba sus cosas, sus hipotecas, sus casas y le daba para regalar a sus nietos y bisnietos por cada cumpleaños. Yo creo que ese ha sido un ejemplo poderoso en mi vida. Mi madre siempre estaba preocupada por que nosotras tuviéramos independencia económica y todas esas cosas que se decían en la década de los 70 y 80, un discurso que ahora parece absolutamente trasnochado y sin embargo está más vigente que nunca, porque ¿cuántas mujeres no pueden divorciarse o separarse de una mala pareja porque no son independientes económicamente?”.

10:00 am
"Tenemos un problema de legisladores torpes que no han valorado las consecuencias de esta chapuza"

Pregunta: Estás criando dos hijos, tienes la responsabilidad de educar a dos varones en el respeto a las mujeres y a la igualdad.

RESPUESTA: Sí, ¡seré suegra! Ja, ja. A veces digo con pena que no sé hasta qué punto las mujeres trabajadoras somos un ejemplo para ellos, porque sé que pasará, pero yo estoy en el punto en el que te echan en cara el no estar. Y eso me preocupa porque no sé qué modelo de mujer buscarán cuando sean mayores… Todavía son muy pequeños, pero yo, más que en el sí es sí, les educo en el no es no. Si una mujer dice no, no hay más discusión.

P: ¡El sí es sí!

R: ¿Es un problema de jueces perversos que sacan a la calle a los maltratadores? No, tenemos un problema de legisladores torpes que no han valorado las consecuencias de esta chapuza. Cuando piensas que esa reforma del Código Penal salió de un Consejo de Ministros con varios juristas...

Sonsoles en su coche

P: El machismo es tan cultural que hasta nosotras lo traemos de serie.

R: Mi abuela por ejemplo era muy machista. Iremos a las manifestaciones del 8 de marzo y nos sumaremos a los grandes titulares, pero es dentro de casa donde se producen el maltrato, el abuso, la agresión y la falta de respeto. Ahí no hay legislación posible ni puede entrar el Ministerio de Igualdad, es la mujer la que tiene que diagnosticar lo que pasa y corregirlo. Es lo que sucede en las casas, donde hay actitudes que van haciendo a la mujer más pequeña, que hacen que renuncie en mayor medida a su carrera. Eso es en lo que me gusta incidir. Está bien ir a manifestaciones, pero lo importante ocurre de puertas para adentro, y hay que corregirlo. ¿Que hay que ser valiente? Sí, pero es que nadie lo va a hacer por nosotras.

Sonsoles en su coche
Sonsoles en el parking

Parking 10:50 am

Aparcar + subir a redacción + reunión de contenidos

Al lío. Ónega aparca su coche y sube a la redacción, un espacio abierto, sin despachos, donde 80 personas trabajan desde primera hora para que ‘Y ahora Sonsoles’, producido por Buendía Estudios, tome forma. El espacio apenas dura una hora, pero no ofrece descanso. Cuando llegamos, algunos compañeros están buscando un ufólogo que pueda aportar luz a lo que ha insinuado el general Glen D. VanHerck en una rueda de prensa desde el Pentágono. ¿Están los alienígenas detrás de “esas cosas” a las que los estadounidenses “están disparando desde el cielo”? “Dejaré que la comunidad de inteligencia y contrainteligencia lo averigüe. Yo no he descartado nada en este momento”.

Redacción 11:00 am

reunión de contenidos + buscar expertos

ONU Mujeres ha pedido reiteradamente a los medios de comunicación que se esfuercen en buscar fuentes y voces femeninas para elaborar sus informaciones, una herramienta más para dar visibilidad al trabajo de las mujeres. En la redacción de ‘Y ahora Sonsoles’ no se ha dado esa orden, “intentamos que, en la medida de lo posible, los expertos a los que llamamos sean los mejores en su campo, sin importar el género”. “Ahí tenemos que hacer un poquito de autocrítica”, matiza Sonsoles, “muchas mujeres no quieren salir, entre otras cosas por el esfuerzo que requiere para una mujer aparecer bien físicamente en la televisión. Pero hay que dar ese empujón porque, claro, las opiniones de las mujeres, si no las da una, no las da nadie, ¿no?”.

Sonsoles
Sonsoles

El rincón de Sonsoles no es precisamente minimalista. Su mesa es la última de una hilera donde también están los puestos de Patricia Lennon, directora del programa, y Nieves Redondo, subdirectora. Un Brad Pitt a escala real destaca sobre la Nespresso, los amuletos y figuritas que les regala el público, el ordenador y una pila de libros. Lo de Brad remite al fichaje de Sonsoles Ónega por parte de Atresmedia. En julio, la periodista y el director general de Atresmedia, Carlos Fernández Alonso, tuvieron una cita clandestina en un hotel de Madrid. Le dijo cinco palabras: “Tenemos un plan para ti”. “En ese momento, vi a Brad Pitt y me enamoré de la propuesta”. Fernández Alonso consiguió su propósito y a las 48 horas tenía el sí de Sonsoles sobre la mesa. Y ella se ganó a un actor americano de cartón para su ‘despacho’.

Sonsoles

Sonsoles y la maternidad.

El concepto de renuncia, de no poder tenerlo todo, es la espina clavada en la garganta del feminismo. Igualdad, sí, pero a qué precio. La sociedad abomina de las mujeres que anteponen su profesión a la devoción por los hijos. El conflicto transcurre también dentro de cada mujer, sin vencedores ni vencidos. “Mi opción tiene un coste, evidentemente. Lo asumo y no me arrepiento. Mis bebés ya estaban en la cuna cuando yo volvía de trabajar. Nunca he llegado a un baño más que los fines de semana. Es decir, todo implica una renuncia, pero es que tenerlo todo es muy complicado. Tenemos que asumir que hay una parte de renuncia si queremos ser felices desarrollándonos profesionalmente. Nada sale gratis”.

P: Qué palabras tan duras ¿la conciliación es una utopía?

R: No te quepa duda. Si te fijas, el catálogo de medidas de conciliación es un catálogo de modalidades de renuncia profesional de la mujer. No está escrito en ningún sitio que tengan que ser ellas, pero las estadísticas son muy claras.

11:30 am
“Tenemos que asumir que hay una parte de renuncia si queremos ser felices desarrollándonos profesionalmente. Nada sale gratis"

P: Muchas veces son las propias mujeres las que toman la decisión, porque no es tan fácil no llegar a los baños y perderte la infancia de tus hijos.

R: Escribí un libro sobre eso del que aprendí muchísimo, ‘Nosotras que lo quisimos todo’. Yo también he sentido el malestar de ser madre y a la vez querer hacer bien mi trabajo. Pero es un sentimiento de culpa que solo sentimos nosotras, los hombres trabajadores no, piénsalo.

P: Las nuevas generaciones tienen otra visión del tema.

R: ¡Las nuevas generaciones no quieren tener hijos! Ser padres implica muchas renuncias, no solo profesionales. Durante un tiempo dejas de viajar, de leer, de formarte intelectualmente… Según se van haciendo mayores también vas ganando tiempo.

P: ¿Qué tipo de madre eres?

R: Soy de darles libertad, pero eso conlleva una gran responsabilidad por su parte. Les digo que todo tiene consecuencias en la vida, lo bueno y lo malo. Si lo hacen mal, va a haber un castigo. Si lo hacen bien, habrá una recompensa. Y en eso estoy. No te creas que siempre me sale bien, eh.

P: ¿Pero estás en los grupos de WhatsApp? ¿Haces los deberes con ellos?

R: Nunca he hecho los deberes con mis hijos. Tienen que ser independientes en eso, a mí nunca me ayudaron mis padres. 

Pasillo redacción 12:00 am

Conversación con compañeras

“Por tu mesa, parece que llevaras aquí toda la vida”, se ríe Lennon. No hay despachos, pero sí una sala donde el equipo se reúne diariamente a las once y media (hoy se retrasa la cosa) para exponer los temas del día y avanzar los de la semana. Ahí brota el tronco del programa, es su cumbre del ‘geocho’. 

Antes de entrar, Ónega y sus compañeras se permiten un rato de charla intrascendente. Qué tal el fin de semana, qué pantalones más chulos. “Trabajamos juntas desde 2018. Sonsoles es una tía muy rápida, muy natural y muy empática, tanto en las entrevistas que hace como con la audiencia”. Patricia Lennon-Hunt aporta sosiego y aliento donde Ónega apura la prisa. Es una de las personas a las que se llevó Sonsoles cuando cambió de cadena. Con Lennon y Ónega, el programa lo lideran otras dos profesionales: Angels Juan Vidal, productora ejecutiva, y Nieves Redondo Arsenal, subdirectora del programa. “Ha sido casualidad que seamos todas mujeres, a mí de hecho me gusta que haya variedad”, nos dice Lennon, que tiene tres hijos y conoce al dedillo la “mentira de la conciliación”. “Hay cosas a las que ha renunciado Sonsoles que yo no sé si podría”, desliza en tono confidencial.

Las mujeres, red de seguridad.

Ónega ha trabajado con mujeres mano a mano toda su carrera. Sus jefas inmediatas, sus colaboradoras y sus compañeras. “En la época más dura del Congreso de los Diputados, todas las corresponsales parlamentarias éramos mujeres. La red que nosotras nos construimos entonces es lo que me ha permitido hacer todo sin faltar a nada. Una compañera de otra tele metía el micrófono de Telecinco cuando yo tenía que irme hora y media a la tutoría del niño. Solo así he podido hacerlo”. ¡Con lo estigmatizada que está la amistad entre mujeres! “El tiempo en el que trabajamos juntas jamás hubo ni un arañazo, ni un empujón, ni un codazo. Al revés, nos ayudamos como perras y nos respetábamos muchísimo”. 

Mientras una compañera de la competencia la suplía ocasionalmente, en casa también fue tejiendo una red salvavidas junto con la abuela paterna de sus hijos y una persona a la que tiene contratada y considera “de la familia”. “Trabajamos de igual a igual. Los gobiernos tendrían que bonificar de alguna manera la contratación de las personas que ayudan en los hogares donde haya una mujer sola o los dos trabajen, es la única forma de hacerlo. Hay que escuchar más a la mujer profesional y buscar medidas que la apoyen. ¿Cómo si no resolvemos el verano, cuando los niños tienen dos meses y medio de vacaciones?”.

Sonsoles

Camerino 14:00 pm

PRUEBA DE VESTUARIO + COMIDA EN LA CANTINA

No cuesta imaginar hoy a la adolescente que fue Sonsoles un día, muy soñadora y con un punto gamberro. Se presta dócil a las fotos mientras apura un cigarrillo entre los pliegues de este laberinto industrial que es Atresmedia. La reunión de temas se ha alargado y ya es hora de comer. Antes tiene que pasar un momento por su camerino donde Ana, la estilista, le ha preparado varios conjuntos para esta semana. “Lo único que le pido es que no tengan estampados ni asimetrías raras, por lo demás confío en ella”. Para cuando llega la hora de bajar a la cantina con los compañeros aquello ya está en hora punta. Escoge la paella y una ensalada (“cuando están los niños y hay comida, me traigo un táper). Les dejamos que charlen en la intimidad.

Sonsoles
Sonsoles

Tocador 15:30 pm

MAQUILLAJE + PELUQUERÍA + AVANCE BRASERO

Hora de maquillaje y peluquería antes de la conexión con Roberto Brasero para avanzar los contenidos del día. Es un momento de relax, Sonsoles echa la cabeza hacia atrás y cierra los ojos mientras la maquilladora retira el pelo de la cara y empieza a aplicar su magia. En el asiento contiguo está Cristina Saavedra, y más allá la presentadora Esther Vaquero. En ese estado de vulnerabilidad, con los rulos puestos, tan en vaqueros y a la cara lavada, ninguna de ellas es aún famosa.   

Sonsoles y la imagen.

En la sala de maquillaje de Atresmedia está su peluquera de confianza, Marina Navajas, la artífice de su famoso flequillo, a la que acaba de rescatar del paro. En Mediaset han externalizado el servicio, lo que ha supuesto el despido de 25 profesionales. “A Sonsoles le corta el pelo su peluquero de toda la vida, pero yo le doy mi toque para que no le pese, se lo descargo con la navaja, se lo peino… Muchas compañeras me dicen que las clientas llegan pidiendo el mismo peinado que Sonsoles Ónega, y me siento orgullosa”.

15:45 pm
"Mantengo la corrección e intento cuidar los rasgos característicos de mi imagen. Por lo demás, soy una tía bastante normal"

P: ¿Sonsoles, tú has vivido esa presión del físico?

R: No especialmente, pero entiendo que trabajo en un medio donde es un tema importante, así que mantengo la corrección e intento cuidar los rasgos característicos de mi imagen. Por lo demás, soy una tía bastante normal y con pocos atributos físicos, lo sé, pero no me preocupa en absoluto.

P: ¿Si te viéramos un domingo te reconoceríamos?

R: Cuando me quito el flequillo no me conoce nadie [se jacta].

Plató 17:00 pm

GRABAR LAS PROMOS DE TODA LA SEMANA

Sonsoles ya se ha convertido en su imagen televisiva. Los ojos muy grandes, la sonrisa abierta, los brazos tendidos en actitud enérgica. Supera el avance de contenidos con Brasero y después baja al plató. Ese día tiene que grabar las promos de toda la semana, lee en el teleprompter obediente y sin fallos, se cambia detrás de un biombo. Primero una marca, luego otra. Por fin termina y puede subir de nuevo a su sitio para repasar la escaleta, hasta ese momento no ha podido. Las cosas se van acelerando imperceptiblemente. “Si has estado en la reunión, estás al día”, afirma con tono tranquilizador. A estas alturas van ya diez cafés. No parece nerviosa. “¡A trabajar!”.

Los Ónega, periodistas.

Sonsoles Ónega dice con orgullo que nunca en su trayectoria profesional ha sentido la doble discriminación, ni por ser ‘hija de’ ni por ser mujer. Empezó en el periodismo haciendo prácticas, pero su primer contrato fue en CNN Plus. Una escuela de periodistas de donde salió también Letizia Ortiz Rocasolano. “Empecé allí en el año 2000 y probablemente todo lo que he aprendido de la calle lo mamé entonces, era un canal maravilloso donde hacíamos de todo. Luego, con el tiempo, me especialicé en información de tribunales”.

Este tipo de información es muy técnica, hay que ser preciso como un reloj para no cometer errores, un reto para un recién llegado que, como Ónega, no tenía ni idea del tema. “Era una época en la que no existían gabinetes de comunicación, con lo cual teníamos que trabajar el tú a tú con la fuente, en este caso con los jueces y fiscales de la Audiencia Nacional. Aprendí muchísimo a respetar el ‘off the record’, a trabajar la agenda, a pedir un papel antes de contar una noticia, hoy sigo viviendo de todas aquellas cosas”, reconoce.

Sonsoles
Sonsoles
Sonsoles

Probablemente, Sonsoles jugaba con ventaja, aunque solo fuera por el sedimento que da ser testigo de una carrera como la de su padre, Fernando Ónega. El gallego ha sido uno de los periodistas de referencia de las últimas décadas. Llevó la comunicación del presidente Suárez, vivió en primera persona el 23-F como director de Informativos de la SER (donde sustituyó a Gabilondo), fue director general de Onda Cero, presentador de informativos en Antena 3 y uno de los analistas políticos más finos del tejido mediático. La hermana mayor de Sonsoles, Cristina Ónega, ha seguido también sus pasos profesionales y hoy es la directora del Canal 24 Horas de RTVE, casa en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera.

17:30 pm
"Yo hablo de Fernando Ónega bastante menos de lo que quisiera. Me parece un ejemplo de honestidad en esta profesión"

Así que poca broma en casa de los Ónega, donde el periodismo debe ser el pásame la sal de cualquier paella de domingo. “Ser hija de mi padre solo me ha autoimpuesto a mí. Somos muy pudorosos al hablar de él. Yo hablo de Fernando Ónega bastante menos de lo que quisiera, porque me parece un referente de esta profesión. Un ejemplo de honestidad. Yo firmo solo por una pequeña parte de su carrera. Tiene 75 años y lo único que ha dejado es la radio porque le obligaba a madrugar muchísimo y porque la liga familiar llevaba ya tiempo pidiéndole que lo dejara. Pero sigue escribiendo en ‘La Vanguardia’ y colaborando para Televisión Española. Un periodista como él nunca se termina de retirar”.

Las hermanas (tienen otro hermano de un matrimonio posterior de Fernando) han crecido cómplices y complementarias. “Ojalá ser tan analítica y calmada como Cristina, es la persona que me sosiega cuando me da un arrebato de estos soñador”. Sus personalidades han tenido un reflejo en su vida profesional, donde la carrera de Sonsoles describió una acrobacia mortal de la que hablaremos más tarde, cuando Telecinco le ofreció salir del Congreso para liderar un magacín de actualidad de la mano de Unicorn Content, la productora de Ana Rosa Quintana. 

Sonsoles desenfocada

A esa hora, en el plató que comparten con ‘Espejo público’ ya ha brotado la vida primaveral de un programa en directo. Todo el mundo tiene una tarea. Se palpa la agitación del público desde sus sillas, mientras el equipo técnico coloca los últimos micros. Los colaboradores de actualidad van apareciendo procedentes de la sala de maquillaje. Algunos, como Olga Viza, llevan varias horas por allí. Suena un ‘hit’ y Sonsoles se levanta de su silla para bailar con un señor del público rayando las leyes de la física con sus tacones afiladísimos. Baila también Marina, la peluquera, que está pendiente de cualquier retoque. El reloj está a punto de dar las siete. Empieza el directo.

Sonsoles
Sonsoles

El formato es muy dinámico, en una hora entran decenas de vídeos englobados en tres grandes áreas temáticas. La actualidad se mezcla con temas de interés humano y el inevitable corazón, para el que cuentan con un espacio diferente, más pequeño, un lugar que invita a las confidencias que esa tarde hacen Dani Carande, Lorena Vázquez y Nacho Gay. El programa ha optado por salirse del circuito del tertuliano habitual y apostar por profesionales menos conocidos pero, muchas veces, más solventes. El gran miedo era que la audiencia no respondiera, pero lo está haciendo.

De los informativos al entretenimiento.

Situémonos por un momento en aquel 2018 para entender el giro de guion en la vida profesional de Sonsoles. Diez años antes, la periodista ha empezado a ser la cronista parlamentaria de Informativos Telecinco, donde se sacudió el tecnicismo de la información legal y descubrió el espectáculo de la política. Hay un destello de nostalgia en sus ojos (los ojos de Sonsoles hablan más que Sonsoles misma). “Encontré un mundo radicalmente distinto, mucho más frívolo. Sí, sí, mucho más espectacular. ¡Las cámaras de televisión tenían acceso hasta las cocinas de los políticos! Pero también aprendí muchísimo, porque el Congreso es el epicentro de la política, cada uno defiende sus argumentos y tienes que asumir que ninguno de ellos te dirá la verdad absoluta, ni el partido en el gobierno, ni la oposición. Todos tienen sus razones y hay que aprender a mirar”.

19:00 am
"Tras lanzar el programa pasé un tiempo de aprendizaje brutal. Xelo Montesinos me echaba charlas de las que solo podía aprender"

La periodista es testigo en primera persona de años apasionantes: la segunda legislatura de Zapatero; la mayoría absoluta de Rajoy; el 15-M, la revolución en la calle; “la desafección en carne viva”; el nacimiento de Podemos y Ciudadanos y su llegada a las instituciones, “que fue apoteósica”; la abdicación de un Rey, la coronación de otro… “Vivimos momentos históricos -rememora-. Fueron tiempos muy enriquecedores. Yo creo que aquello tiene la culpa de que yo sea más animal de calle que de plató, y eso me gusta transmitírselo al equipo, entiendo muy bien el trabajo de un reportero, y ese barniz me ha venido muy bien”.

Cuando recibe la propuesta de la cadena, acaba de producirse la moción de censura y Pedro Sánchez es el nuevo presidente inesperado del Gobierno de España. Un solomillo para cualquier cronista del ramo. Es entonces cuando Telecinco le ofrece abstraerse de la fuerte adicción política con una chuchería, qué tal si lideras un magacín de actualidad. Una Ónega haciendo entretenimiento en Telecinco. Decide jugársela. 

Sonsoles

“Es verdad que en aquel momento yo no necesitaba un cambio, estaba a gusto. Y además lo desconocía todo de hacer un espacio como ‘Ya es mediodía”, reconoce. Un espacio que incluía información de corazón, objeto siempre de prejuicios entre los periodistas ‘serios’. No lo pasó bien.

“El corazón empezó más tarde. En el diseño original del programa no había corazón, se incluyó por  demanda de la audiencia. También porque creo que es un elemento de los magacines al que no se puede renunciar”, matiza. “Tras lanzar el programa pasé un tiempo de aprendizaje brutal con el equipo de la productora Unicorn Content; con Xelo Montesinos, la productora ejecutiva, que me echaba unas charlas en la puerta del plató de las que solo podía aprender porque siempre tenía razón. Y poco a poco empezamos a crecer juntos el programa, el equipo y yo misma”.

Sonsoles

Sonsoles logró lo que parecía imposible, mirar de tú a tú a ‘La ruleta de la suerte’ y al ‘Al rojo vivo’ de Ferreras. “Yo decía que íbamos en una barquita rodeados de tiburones y que necesitábamos llegar a tierra firme”. Cuando al fin atracaron tras su particular travesía del desierto habían duplicado el ‘share’ que tenía la cadena en esa franja horaria. “Fue una gran recompensa al trabajo, al sufrimiento, a las lloreras, a las horas de desvelo que le pusimos. Fue un aprendizaje brutal. Además descubrí que la información me encanta, pero el magacín te permite interactuar con los protagonistas de la información, incorporar a veces opinión, cosas que en un informativo no puedes hacer”.

Sonsoles

La vida privada.

Con su salto al entretenimiento dejó de ser una periodista más y el monstruo de la fama asomó a su puerta. “Yo lo había vivido en casa porque mi padre tiene cierta notoriedad pública -dice-, pero indudablemente la exposición diaria en televisión hace que tu conocimiento en la calle se multiplique”. Su divorcio, su nueva relación, su casa, de repente su vida privada dejó de apolillarse en el rincón de la cotidianidad para pasar a ser materia de titulares. “A mí me sigue provocando algo de sonrojo porque tengo una vida muy aburrida, pero bueno, también tiene una parte positiva porque algunas causas que apadrino tienen un altavoz”, resuelve. Por ejemplo, esto de las mujeres, la lucha “contra la alimentación ultraprocesada en los niños” o su pelea para que los chavales “estudien robótica desde la escuela”. Parece haber hecho ese trato con la fama: si sirves para eso, bien; si no, ya te puedes ir por donde has venido.

Sonsoles

P: ¿Cuál ha sido el mayor error de tu carrera?

R: Echo de menos no haber descubierto algo de mundo antes de ponerme a trabajar. En mi casa mi padre decía que el oficio se aprendía ejerciéndolo y ni se planteaban mandarnos fuera durante los veranos. Había que trabajar y trabajar y trabajar. El resultado no es malo, pero sí tengo esa cosa de que me tenía que haber ido un año a Estados Unidos o a Londres, haber visto más mundo audiovisual de fuera del que he visto.

P: ¿Y el momento más bonito?

R: No puedo elegir solo uno. Cada vez que me han dado una oportunidad ha sido un momento precioso. Primero en CNN Plus, luego en Telecinco y ahora en Antena 3. Este último no ha sido precisamente un salto al vacío. Me he venido a una empresa que es líder en este momento, que me ha puesto a disposición todos sus medios, sus equipos humanos, su talento para que salga bien. A todos nos gusta que nos valoren. ¡Pero también da mucho vértigo, temblores, sudores y todo lo demás!

Sonsoles

Plató - parking 20:00 pm

Fin del programa + regreso a casa

La gran evasión. Una pensaba que tras el subidón del directo, Sonsoles y su equipo necesitarían unos minutos para bajar de revoluciones y comentar la jugada. Sin embargo, el plató se apaga con la misma rapidez con que el espectador cambia de canal. En apenas unos minutos, de aquella vida ya no queda nada. Sonsoles ni siquiera se cambia, se ha puesto el abrigo, el bolso y ya se dirige con paso firme hacia el aparcamiento, donde posa por última vez para el fotógrafo. “Lo siento, ahora sí tengo prisa”. Se marcha con rumbo desconocido. Ha terminado la jornada.

Partimos cuando nacemos
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos,
así que
cuando morimos
descansamos.