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Un piso, una empresa y muchos bolos: la fortuna que aúnan Rober Bodegas y Alberto Casado, los chicos de Pantomima Full
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Ácido retrato de la sociedad actual

Un piso, una empresa y muchos bolos: la fortuna que aúnan Rober Bodegas y Alberto Casado, los chicos de Pantomima Full

Sus sketches siempre escuecen por su acidísimo retrato de la sociedad. Artistas del 'loserismo', Rober Bodegas y Alberto Casado son, en realidad, dos desconocidos

Foto: Imagen promocional de los Pantomima Full para Vodafone Yu, el programa de radio que presentaba Ana Morgade. (Instagram @alberto_casado)
Imagen promocional de los Pantomima Full para Vodafone Yu, el programa de radio que presentaba Ana Morgade. (Instagram @alberto_casado)

'La vida no hay por qué vivirla'. Antes del tsunami Ana Obregón, andaba el personal de las redes sociales un poco escocido por uno de los últimos vídeos de Pantomima Full. El dúo humorístico le puso un espejo a la mediocridad y en cuatro pinceladas retrataba la apatía de quien no siente pasión por nada. Algunos lo recibieron con la sonrisa torcida y otros les acusaron de clasismo. La realidad es que ese "tirar la toalla de la vida" que ya han usado más de una vez es una constante en sus sketches más negros, que consiguen en un minuto remover como solo el arte puede hacerlo.

Rober Bodegas y Alberto Casado son cumbre del humor en castellano. Cada viernes, la pareja cuelga en sus redes sociales un vídeo de menos de un minuto en el que analizan un estereotipo social y lo destilan en miniescenas acompañadas de texto. El canallita, el runner y hasta el tipo triste de Las Tablas se han hecho famosos y pasto de debate. Los vídeos nacieron como una forma de promocionar sus actuaciones en vivo en las redes sociales, pero terminaron quedándose y convirtiéndose en un fidelísimo retrato de la sociedad actual que en ocasiones, como la del conformista, retratan al claroscuro.

La pareja gestiona su actividad escénica a través de una empresa que administran solidariamente y que crearon en mayo de 2018. Pantomima Full SL tiene su sede en un céntrico piso de Madrid y se fundó con el capital social preceptivo, 3.000 euros. Desde entonces no presentan cuentas, por lo que no podemos saber si se están haciendo ricos riéndose de todos nosotros, incluso de sí mismos. Como dijo Rober Bodegas en una entrevista en 2021 cuando le preguntaron si no se estaban emborrachando de fama, su forma de verlo ha sido siempre la misma: "Estoy agradecido por seguir teniendo trabajo. Cuando viene una época buena, la gozas. Y si no, puede que estés en un proyecto que no sea el que más te flipe pero echas el día con gente maja. Al final, pagarte tu piso, tener dinero para unas copas el finde, vacaciones en verano y pillar unas camisas guapas de vez en cuando es buena meta. Si estás mejor, pues a tope".

Roberto Fernández Cancela iba para arquitecto de interiores hasta que ganó un concurso de comedia en televisión. Casado, por su parte, se licenció en comunicación audiovisual en la Universidad Europea. La vida los reunió trabajando como guionistas hace más de una década en 'Sé lo que hicisteis' y cuando acabó el formato decidieron crear con Ángel Martín Solocomedia, en un intento de importar el 'funny or die' norteamericano. Tras un año y medio de trabajar en exclusiva en el proyecto, la cosa se fue al garete (incluyendo su amistad con Martín, con el que no acabaron bien) y ellos volvieron a los guiones, hasta que se lanzaron a emular a otros dúos clásicos de nuestro humor como Martes y Trece o Cruz y Raya e idearon una serie de shows de sketches que bautizaron como Pantomima Full.

placeholder Alberto Casado y Rober Bodegas, en el sorteo de la Copa del Rey de baloncesto. (EFE)
Alberto Casado y Rober Bodegas, en el sorteo de la Copa del Rey de baloncesto. (EFE)

Sus pequeñas obras de arte de un minuto empezaron a viralizarse semana tras semana. Los posts atizan a los nacidos entre los 70 y 80 que se flipan excesivamente (o excesivamente poco) con sus trabajos, sus aficiones o sus relaciones. El comentario más habitual entre sus coetáneos después de verlo es "qué cabrones sois". Ni siquiera ellos se libran de su afiladísimo sentido de la observación, en una autoflagelación constante. Un ejemplo, el pasado mes de noviembre lanzaron el post 'Propietario', en el que Rober Bodegas repetía el mantra escuchado probablemente tantas veces en casa en los últimos años: "Píllate un piso, un piso nunca pierde valor", para seguidamente dar el zasca: "No sabe que hay gente sin dinero".

Lo que muchos no sabían es que en esos momentos Roberto Fernández Cancela, su alter ego, estaba firmando también la compra de un piso, en un ejercicio de madurez que no escapó a la acidez de Bodegas. El suyo no está en la "secta avenida" ni en Las Tablas, sino en pleno centro de Madrid, muy cerca de la plaza Mayor. Se trata de un piso que no supera los 70 metros cuadrados (nada que ver con el de Broncano) y que ha adquirido con ayuda del banco. Ahora, Bodegas/Fernández ya es "propecario".

Ese apellido, Bodegas, le viene de la empresa familiar, que "no es Marqués de Riscal" (como él mismo ha dicho), pero sí tiene mucha raigambre en Carballo (A Coruña). Bebidas y Bodegas Carballo SL es, como explican en su página web, una empresa de tercera generación que montaron sus abuelos en el año 1954. En principio era una casa de comidas, O Bodegón, pero en los 70 evolucionó a ser un negocio de distribución de vinos entre otras cosas. En los 90 se hicieron con unas instalaciones en el polígono industrial de Bértoa Carballo, y hoy es el hermano de Rober quien lidera el negocio.

Adiós al Retiro

También Alberto Casado ha llevado su propia vida a los sketches. Tuvo que dejar de correr por el Retiro cuando parodió a los runners, y ha hecho del 'latineo' un concepto universal, aunque es aún más discreto con su intimidad que Bodegas. Que se sepa, vive también en el centro de Madrid, muy lejos de la casa de sus padres, que residen en un municipio del suroeste de la Comunidad de Madrid, Leganés. La familia de Casado regenta en la zona una pequeña empresa dedicada a las herramientas de precisión.

Casado y Bodegas son genios del 'loserismo', artistas de lo irritante. "Los monólogos son pura observación. Es el ejercicio de fijarse en algo en lo que nadie se fija", dicen. Aunque a veces esa incomodidad escueza.

'La vida no hay por qué vivirla'. Antes del tsunami Ana Obregón, andaba el personal de las redes sociales un poco escocido por uno de los últimos vídeos de Pantomima Full. El dúo humorístico le puso un espejo a la mediocridad y en cuatro pinceladas retrataba la apatía de quien no siente pasión por nada. Algunos lo recibieron con la sonrisa torcida y otros les acusaron de clasismo. La realidad es que ese "tirar la toalla de la vida" que ya han usado más de una vez es una constante en sus sketches más negros, que consiguen en un minuto remover como solo el arte puede hacerlo.

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