Ana Obregón envía un emotivo mensaje a Susana Uribarri tras su visita a Miami

En este mes que la actriz lleva en Miami aproximadamente tras el nacimiento de su nieta biológica, Ana Sandra, la primera en visitarla ha sido su “amiga del alma” Susana Uribarri, que lo ha hecho acompañada de su hija Carlota. Ahora, Ana ha querido publicar un par de fotografías en su cuenta de Instagram agradeciendo a su amiga y representante esta visita, que tantas alegrías le ha dado y con la que concedía lo que han sido sus primeras palabras en televisión.

Con un emotivo texto, escribe: “Qué ilusión me ha hecho la visita de mi amiga del alma Susana Uribarri y su guapísima hija Carlota. Reconozco que les ha costado arrancarme de casa y dejar a mi princesa por unas horas. Siempre juntas. Os quiero muchísimo”, junto al emoticono de un corazón.

Además, añadía: “Por cierto, he dejado después de tres años mi luto, solamente blanco y negro, porque mi corazón así lo sentía. Ahora ha llegado Anita y con ella ha traído todos los colores del arco iris a mi vida”, junto a muchos emoticones de diferentes tonos de lo más alegres.

De hecho, en las fotos en las que se puede ver a Ana paseando con Susana y su hija, la intérprete luce un vestido repleto de colores que refleja la alegría que le ha traído la llegada de Ana Sandra a su vida.

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Son muchos los que han puesto en duda que la representante e íntima amiga de Ana Obregón desconociera la existencia de este embarazo, incluso el mismísimo Alessandro Lequio, que aseguraba en ‘El programa de Ana Rosa’ que no se creía que Susana no supiera nada.

La actriz se separaba de su hija legal durante unas horas y salía a comer a un restaurante de Miami, ofreciendo las que han sido sus primeras palabras a una periodista que se cruzó allí con ellas. Confesaba entonces que llevaba un mes con su bebé sin apenas salir de casa más que para pasear. Susana apuntaba que Anita es “una niña para comérsela”, y Obregón añadía que quería estar un “poquito tranquila, emocionalmente, y darle todo el amor que necesita”.

Quiso responder que aún falta para su vuelta a España, debido a que tiene que arreglar todavía los papeles para que sea legal su proceso en nuestro país. Aseguraba Ana que cada tres horas le toca darle el bibe a su niña y que está tan feliz que aunque “el dolor sigue por la ausencia de mi hijo”, el color ha vuelto a su vida. Incluso, cuando le preguntaron cómo esperaba que la llamara cuando creciera, afirmó que como Aless llamaba a su abuela.