Nueve rubíes (con significado) y hecha a mano: la exclusiva joya de pedida de Tamara Falcó

Tamara Falcó e Íñigo Onieva celebraron su fiesta de petición el sábado pasado, tal y como adelantamos en Vanitatis hace unas semanas. Un encuentro organizado con el objetivo de que se conocieran las familias y que tuvo música en directo, baile hasta altas horas de la madrugada y, cómo no, intercambio de regalos.

Ante algo más de 25 personas (algunos de ellos por videollamada) y varios y emotivos discursos, como el que pronunció el padre de Íñigo Onieva, las familias dieron la bienvenida a sus nuevos miembros obsequiando a los novios con dos regalos que previsiblemente lucirán el día de la boda.

Manda la tradición que los Onieva Molas regalasen a Tamara una joya, de la que por fin conocemos los detalles. Tal y como la propia aristócrata confesó por fin anoche en ‘El hormiguero’, se trata de una pieza única y llena de significado elaborada a mano por el escultor José G. Onieva, tío del novio, en especial para su futura “sobrina”.

"La ha hecho a mano y han escogido los rubíes porque es la piedra del amor, pero además me ha parecido un detallazo porque ha puesto uno por cada hermano que tengo, es decir, nueve", confesaba emocionada ante la atenta mirada de sus compañeros de tertulia.

Tamara tiene cuatro hermanos por la parte Preysler (tres, fruto del matrimonio de Isabel con Julio Iglesias, y una, Ana, de su relación con Boyer) y otros cuatro por la parte Falcó, los dos mayores hijos de Jeannine Girod y los menores de Fátima de la Cierva. Una familia numerosa en la que ella ocupa el puesto central, el noveno y que ahora tendrá para siempre presente en su joya más especial.

Con un diseño geométrico y de oro amarillo, Tamara no dudó en lucir su precioso nuevo brazalete ante la audiencia, ávida de conocer nuevos detalles del que será su gran día, el próximo 8 de julio.

Los Falcó-Preysler tampoco arriesgaron en la elección del regalo de Íñigo. Tal y como confirmaron personas del entorno a Vanitatis en primicia, se trata del modelo Nautilus 5712/1A de la exclusiva firma suiza Patek Philippe.

Un reloj de cuerda automática valorado en algo más de 50.000 euros con el que el novio volvió entusiasmado a su casa en el centro de Madrid al día siguiente. No nos extraña. Se trata de una pieza de coleccionista que enamoraría a cualquier amante de los relojes. Con su bisel octogonal y sus contornos suaves, la célebre caja se inspira en la escotilla de un barco y luce un característico relieve horizontal acuñado. El Nautilus se define desde 1976 como "la encarnación del estilo deportivo elegante por excelencia", aseguran desde la firma.

Cuenta, además, con movimiento mecánico de carga automática, fecha por aguja, fases de la luna, indicación de la reserva de marcha y un segundero pequeño, que destacan sobre la elegante esfera azul noche. El brazalete, así como la caja, son de acero; y el fondo de cristal, de zafiro. Un regalo a la altura del futuro marqués de Griñón, que, como Tamara, seguro que también lucirá el día de su boda.