Pasta, pizza y mucho 'italove': la segunda luna de miel de Ramón y Karla Hermosilla en el lago de Como

Este fin de semana, Ramón Hermosilla y Karla Covarrubias han celebrado su primer aniversario de boda. Una fecha marcada en rojo desde hace semanas para la feliz pareja en su calendario. Difícil de olvidar es el bodón de varios días por todo lo alto que el hijo de Silvia Gómez-Cuétara y la chef mexicana organizaron por todo lo alto en tierras de la novia.

Un enlace que mezcló a la flor y nata empresarial y social española (en la que que no faltaron los hermanos Cortina y los marqueses de Cubas, entre otros) con la alta sociedad mexicana. Medio millar de invitados que aún hoy recuerdan ese divertidísimo fin de semana que este puente Ramón y Karla, tal y como ellos mismos han posteado en sus redes, han disfrutado a orillas del lago de Como.

Una segunda luna de miel

“Quien acierta en el casar no le queda en qué acertar”, confesaba Chula, como la llaman sus amigos, en sus redes sociales junto a varias fotos de este viaje en un post que acumula varios cientos de likes y comentarios de seres queridos.

No hay duda de que su amor, que empezó hace ya varios años, se encuentra más vivo que nunca. Tras su boda, la pareja se instaló en Madrid, donde Ramón ha continuado con sus negocios de éxito y Karla traza una estrategia sobre cómo enfocar su carrera de chef en la capital española.

Una pasión, la suya por la cocina, que durante los últimos meses ha dejado algo de lado, por lo que no había plan más apetecible para la mexicana que cocinar durante este primer viaje de aniversario en uno de los restaurantes más aclamados de la zona.

Tal y como ella misma relató en sus redes, Karla tuvo la oportunidad de poner en práctica sus abundantes conocimientos gastronómicos en las cocinas de Da Vittorio, un restaurante gourmet a la par que hotel boutique, construido en el corazón de un terreno de 10 hectáreas en Brusaporto, a pocos kilómetros del lago de Como.

Allí cocinaron y también disfrutaron de un menú degustación personalizado para ellos. En la minuta destacaba el anagrama creado con motivo de su boda y que adornó las invitaciones así como el resto de la papelería de su gran día.

Mucha pasta, pizza y ‘gelattos’ que también degustaron en otros restaurantes de la zona, haciendo las delicias de esta pareja amantes del buen comer y del turismo gastronómico.

También hubo tiempo para pasear por las calles de las localidades de la zona y, por supuesto, para surcar las aguas del famoso lago italiano a bordo de una de las lanchas que se pueden alquilar en sus orillas. Durante la travesía pudieron admirar la naturaleza circundante y también las increíbles villas que lo rodean.

Un puente de 'Italove' en el que recordar lo mucho que enamora el uno al otro, disfrutar de tiempo de calidad en pareja y, sobre todo, compartir una de sus grandes pasiones: la comida.