Tamara Falcó: una novia sin vestido, pero con jamón y joyas familiares ya seleccionadas

A Tamara Falcó se le está complicando su boda. Ayer conocíamos inesperadamente su ruptura con Sophie et Voilà, la firma responsable de su diseño nupcial, pero la marquesa de Griñón decidía continuar adelante con una sonrisa y recalcar a los medios que su enlace, fechado el próximo 8 de julio en el palacio El Rincón, sigue adelante. Aunque se encuentra sin vestido de novia, la aristócrata ya ha conseguido cerrar otros importantes detalles relativos al evento.

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Tal y como ha podido conocer Vanitatis a través de fuentes solventes, el cóctel previo al almuerzo estará protagonizado por el jamón de Guijuelo, ofrecido por el Museo del Jamón de la Gran Vía madrileña. Esta empresa, fundada en 1978 y que en la actualidad está gestionada por la tercera generación de la familia Muñoz, es un referente de la gastronomía madrileña. Precisamente, los lazos entre clanes y la buena relación de los mismos son los que han hecho posible que este jamón, proveniente de cerdos criados en las dehesas de la provincia de Salamanca y alimentados con las bellotas del campo, sea el manjar principal. Además, en El Rincón habrá varios cortadores profesionales para que los cuatrocientos invitados lo disfruten de la mejor manera posible.

Otra de las cuestiones que también están (o estaban) resueltas eran las joyas que, tanto el día anterior en la fiesta del hotel Ritz como en la ceremonia religiosa, luciría la novia. El misterio queda resuelto. Como colaboradora de la firma, Tamara lucirá varias piezas de Tous, para la que ha diseñado varias colecciones. Una de ellas, que ha tenido un gran éxito comercial, conformada por unas medallas en varios tamaños de la Virgen y cadenas de oro en forma de rosario. La otra, de pulseras, gargantillas y pendientes en oro combinado con gemas y piedras semipreciosas.

Por otro lado, aún queda por determinar si por fin lucirá la diadema de los Montellano, con la que se casan las mujeres titulares de la familia Falcó Fernández de Córdoba. Esta pieza fue portada por Marta Chávarri, Xandra Falcó y, la última antes que Tamara, su íntima Isabelle Junot. Se trata de un modelo de diamantes y perlas que utilizó la duquesa de Montellano y fue pasando de generación en generación.

Además, la propia marquesa de Griñón explicó a Vanitatis durante una entrevista que era una tradición utilizarla en los enlaces religiosos. “Pesa un poco, pero es una maravilla y la llevaré como lo han hecho mis primas”, nos aseguró.

Una boda de planes B

La boda tendrá lugar el próximo 8 de julio en el palacio El Rincón, un lugar elegido por Tamara como un homenaje a su padre, el añorado Carlos Falcó, aunque tal ubicación se encuentra en pleno proceso de acondicionamiento. La hija de Preysler lo recibió como herencia al fallecer el aristócrata y fue donde se rodó parte de su documental de Netflix.

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Precisamente, cuando se estrenó la serie, no había nubarrones ni tormentas en su vida. Su novio ya le había propuesto el matrimonio en privado, aunque tiempo después hubo una escenificación pública en Instagram mostrando el anillo de pedida. Una sortija especial que fue también motivo de historias paralelas tanto por el precio de la joya como por su autenticidad. Hay que recordar que fue un prototipo que Tamara devolvió cuando rompieron su noviazgo, pero, más tarde, recibió una nueva con motivo de su reconciliación y por fin hubo fecha de boda.

En este sentido, hubo también cambios. La explicación que dio Tamara era que quería que Isabelle Junot, casada con su primo Álvaro Falcó, estuviera en la boda. Al estar embarazada, era posible que aún no hubiera dado a luz, como así ha sido.

Cuando todo estaba encauzado y supervisado directamente por la novia, la lista de bodas se filtraba al público y llegaba una nueva polémica. Esta también se consiguió solucionar y la pareja dio explicaciones convincentes, donde mostraban que había regalos para todas las economías y que no era cierto que se hubiera puesto un tope de 150 euros para los invitados.

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Por último, el lunes estalló la bomba a través de un comunicado de las diseñadoras Sophie et Voilà que decidían romper la relación comercial por “incumplimiento contractual por parte de la señora Falcó”.

A estas alturas, y aparentemente sin plan B para solucionar el asunto más importante, Tamara ya ha recibido veintiocho propuestas de diseñadores. ¿A quién elegirá? Por el momento se desconoce la decisión de la marquesa, que no tendrá mayor problema que decantarse.