La inminente mudanza de Rafa Nadal y Xisca Perelló a su mansión de Porto Cristo en su "parón" del tenis

Es un día triste para los amantes del tenis. Todos sabían que la carrera de Nadal no atravesaba su mejor momento, pero la noticia de que el tenista no jugará en los próximos meses ha dejado tristes a muchos de sus seguidores. Serán unos meses de cuidados y de recuperación, una nueva etapa para Rafa Nadal y Xisca Perelló, que podría venir acompañada de una mudanza.

Se toma un merecido descanso un campeón al que muchos consideran su gran rival, como es el caso de Djokovic, un hombre que se ha mantenido en lo más alto durante muchos años, a pesar de los dolores y de las lesiones que ello ha conllevado. Ahora, con 36 años, quiere seguir dándolo todo, pero para ello sabe que tiene que estar bien. "Si sigo jugando en este momento no podré el año que viene y no quiero que esto ocurra".

Esto es así porque tiene la intención de que el año que viene sea el último que juegue, pudiendo competir en todas las competiciones que, con el tiempo, se han ido convirtiendo en sus preferidas, sobre todo por la importancia que han tenido a lo largo de su carrera. Así lo ha anunciado en la rueda de prensa convocada en su academia, que hacía saltar todas las alarmas por si anunciaba su retirada.

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Hace tiempo que Nadal arrastra lesiones de las que no termina de recuperarse como a él le gustaría, juega con dolores y eso no es fácil. Por eso sorprende menos que haya decidido dar este paso, algo que a lo que seguramente también contribuye el hecho de que hace menos de un año fue padre. Su primogénito, Rafael, nacía en octubre de 2022.

La nueva vida de Nadal... y su nueva casa

El matrimonio comienza esta nueva etapa y lo hace en una nueva casa, porque están a punto de finalizar las obras de la mansión mallorquina que llevan tres años preparando para que se adapte a ellos, sus gustos y su estilo de vida. Tal y como informa el ‘Diario de Mallorca’, solo quedarían pequeños acabados en la parte interior de las cubiertas y las balaustradas de la fachada principal. El interior está prácticamente finalizado, de hecho ya se está pintando.

Se trata de una casa situada en la parte más alta de Porto Cristo (Manacor), diseñada por el arquitecto Tomeu Esteva y situada sobre un acantilado, lo que hace que la pareja pueda disfrutar de unas vistas impresionantes del paisaje. Está situada en un terreno de 7.000 metros cuadrados, y cuenta con unos grandes jardines y una piscina.

La casa está compuesta, según recoge el citado medio, de dos edificios interconectados, con dos alturas y planta sótano. La terraza de la segunda planta está diseñada para ampliar la luminosidad de la vivienda, pero también para quedar protegida ante las inclemencias del tiempo. El espacio se completa con dos edificios más de una sola planta, el primero de ellos en un extremo del jardín y el otro en un lateral.

Al estar situado en lo alto de un acantilado de rocas, el desnivel era una de las preocupaciones, pero una sucesión escalonada de bancales de piedra vista ha sido la solución que han empleado, creando además continuidad con las rocas de la zona.

La pareja podría mudarse a principios de verano, porque las obras están a punto de finalizar. Se instalarían así en el que siempre ha sido el hogar de Rafa y el lugar en el que quiere vivir, que además se encuentra muy cerca de su academia.