La intrahistoria de cómo Tamara Falcó se decidió por Carolina Herrera

“Hasta el último momento ha estado entre dos marcas internacionales y finalmente se ha decantado por Carolina Herrera por la extraordinaria relación que desde hace años mantienen ambas familias”. Con estas palabras, una persona del círculo más íntimo de Tamara Falcó confirmaba a Vanitatis los rumores que desde hace días rondaban la importante decisión sobre quién cogería el relevo de Sophie et Voilà al frente de su vestido de novia tras la negativa de estas a continuar con el proceso.

Después de una semana en la que prácticamente no se ha hablado de otra cosa, la elegida, tal y como apuntaron varios medios hace unos días, ha sido Carolina Herrera, una de las favoritas en la terna, sobre todo tras publicar en estas páginas que sería una marca internacional la que finalmente vestiría a la marquesa de Griñón el día de su boda, el próximo 8 de julio.

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Un proceso que ya tiene fecha de inicio. Será este lunes el día en el que la hija de Isabel Preysler en compañía de su estilista de cabecera, Blanca Unzueta, se reúna con el equipo de la firma en Nueva York liderado por Wes Gordon, su director creativo y uno de los diseñadores con mayor fama mundial.

Se sentarán con ellos en su sede de Manhattan tras viajar ayer a la Gran Manzana. Según adelantó Vanitatis en primicia, pasadas las 15:30 horas del domingo, Tamara Falcó embarcó junto a Unzueta en el vuelo de Iberia que partía con destino al JFK alrededor de una hora después, a las 16:20 horas. Allí aterrizaron sin incidencias cerca de las 7 de la tarde, hora local, tras ocho horas y media de travesía.

Un plan organizado ‘last minute’ para no seguir perdiendo tiempo tras la toma oficial de esta decisión cuya intrahistoria conocemos al detalle.

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Un vuelo sin más opciones

“El vuelo les ha costado una fortuna, pero no había más opción”, relatan fuentes cercanas a la marquesa en conversación con Vanitatis. En el momento de consulta, en la misma mañana del embarque, el billete más barato superaba los 3.200 euros. En turista y sin opción de facturar.

No había más remedio que elegir ese vuelo por dos razones: la primera, era el primero que ella podía coger para no perderse la boda de Lucía Domínguez Vega-Penichet este sábado. Luchi, como ella la llama, es más que una amiga para ella, casi una hermana, y su presencia en su gran día era casi obligada. El segundo punto es que era el último en el que podían volar si querían llegar a tiempo a la cita este lunes en la majestuosa tienda que la creadora venezolana abrió en Manhattan y cuyo ‘rooftop’ alberga un auténtico paraíso para las novias.

“Allí tan solo permanecerán el tiempo justo para dejar encauzado el vestido”, continúan las fuentes consultadas. Terminada la primera prueba, Tamara y su fiel acompañante volverán a España, donde la marquesa tendrá que continuar con su apretada agenda de compromisos. “Ha sido un reto cuadrarlo todo, de hecho Avellaneda no ha podido acompañarlas porque tenía compromisos ineludibles”, aseguran. Este lunes y martes tiene un rodaje con una conocida firma de decoración que le ha hecho imposible acompañar a su amiga. Seguro que estará presente al menos a través de videollamada, un método de comunicación que, tal y como ellos mismos nos confesaron tras el rodaje de ‘La marquesa’ (Netflix), les fue tan útil para cerrar todo lo referente al restaurante pop up de El Rincón en tiempo récord y casi sin verse. En esta ocasión, si sus compromisos se lo permiten, se repetirá el mismo esquema comunicativo.

Carolina Herrera, sobre la mesa desde hace semanas

La idea de que Carolina Herrera firmara su vestido de novia no es nueva de esta semana. Ni siquiera de los últimos meses. “Siempre fue una opción encima de la mesa, desde el principio”, continúan las fuentes consultadas. “Finalmente, por diferentes motivos, se optó por llegar a un acuerdo de imagen de larga duración con Sophie et Voilá, pero también se platearon otros ateliers españoles”.

Un compromiso que finalmente se rompió hace unas semanas tras el desacuerdo de ambas partes sobre el diseño del vestido de novia. Este punto de inflexión se produjo el pasado 25 de abril, tras la prueba de vestido en el Mandarin Oriental, tal y como se relató hace unos días en estas páginas.

“En ese momento, el nombre de Carolina Herrera volvió sobre la mesa como una opción clara. Nadie lo planteó tal cual en voz alta en ese momento, pero, como se ha comprobado después, para todos era evidente que sería la elegida”. Así ha sido. A punto de cumplirse un mes de esa fatídica última prueba que hizo saltar todo por los aires, Tamara sentará hoy las bases del que será su próximo vestido de novia.

No hay duda que la extraordinaria relación de Isabel Preysler con la fundadora de la marca, así como la de Amparo Corsini, cuñada de la novia, con su hija, Carolina Adriana Herrera, han sentado las bases para que este acuerdo saliera según lo previsto y en un tiempo récord. Si desde la primera vez que Tamara se reunió con Sophie et Voilà hasta que cerraron el acuerdo pasaron casi 6 meses, este se ha cerrado en apenas dos semanas.

Poco público y... ¿sin inspiración?

Tamara ha aprendido de los errores pasados y además de asegurarse por completo la confidencialidad del diseño optando por una firma internacional, tan solo ha asistido a la primera prueba, esta vez acompañada por Blanca Unzueta. Ni hermanas ni madre ni cuñadas… Una reducción a la mínima expresión que garantice que ella esté cómoda para expresar su opinión con franqueza y también para evitar que otros puntos de vista puedan influir el suyo.

Más ahora, cuando no está claro que la aristócrata continúe manteniendo el famoso Chanel de archivo de la polémica como inspiración del que será el vestido de su gran día. Tras el revuelo causado por la supuesta acusación de plagio, las personas de su entorno creen que Tamara debería apostar por un nuevo estilo de vestido, fresco, de tendencia y con el que sorprenda el día de su boda.