El motivo por el que Íñigo Onieva no fue con Tamara a la boda de Lucía Domínguez

El sábado tenía lugar uno de los enlaces más esperados de la temporada. No por los novios, cuyos nombres no son muy conocidos para el gran público, sino por sus invitados, ya que en la lista de asistentes había apellidos como Cortina, Boyer, Aznar o Falcó. Aunque también hubo uno que supuso una de las grandes ausencias. Hablamos de Íñigo Onieva, que no acompañó a Tamara a la boda de Lucía Domínguez y Álvaro Gomis por un motivo de fuerza, ya que tenía planes familiares a los que no podía faltar.

De ahí que viéramos llegar a la diseñadora a la iglesia de Santa Bárbara acompañada de su madre, Isabel Preysler, y de su hermana pequeña, Ana Boyer, que además ejercía de testigo y también iba sin la compañía de su pareja, Fernando Verdasco. Tamara e Íñigo habían salido de la casa que comparten en el centro de Madrid unos minutos antes de que diera comienzo la ceremonia, pero se montaban en coches diferentes. Y era el domingo cuando conocíamos el motivo de su ausencia en la que ha sido una de las grandes bodas del fin de semana.

Un motivo que tenía que ver con la familia de Íñigo y más concretamente con su madre, Carolina Molas. La empresa para la que trabaja celebraba su aniversario con una gran fiesta en el Hipódromo de Madrid y sus hijos no dudaron en apoyarla en ese momento. Fue su propio hijo el que compartía el domingo una imagen de la velada para desvelar la razón de su ausencia en la boda de sus amigos. En ella, vemos al prometido de Tamara Falcó junto a sus hermanos, Alejandra y Jaime, además de su madre y su abuela. Además, al retrato familiar se unía también el presentador Roberto Brasero, que se convertía por una noche en uno más de los Onieva-Molas.

Terminada la velada, veíamos de nuevo a Íñigo Onieva llegando a casa, donde Tamara había llegado un rato antes tras asistir al enlace de Lucía Domínguez Vega-Penichet y Álvaro Gomis. Como siempre, ni uno ni otro contestaron a nada relacionado con la polémica del vestido de novia, que no para de dar titulares desde que supiéramos que las diseñadoras responsables de Sophie et Voilà habían decidido romper la relación laboral con ella. Ese sábado por la noche, ya se sabía que Tamara había elegido a Carolina Herrera, aunque ella no quiso confirmarlo al llegar a casa.

Así, ha sido un fin de semana más que intenso para la pareja, entre citas sociales y viajes, ya que Tamara cogía un vuelo el mismo domingo para viajar a Nueva York, tal y como pudo conocer Vanitatis en primicia. La pareja afronta la recta final de los preparativos para una boda que se ha convertido casi en una carrera de obstáculos. Dificultades que, al menos de momento y con viaje a Estados Unidos mediante, parecen resueltas.