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Alejandro Sanz: la situación económica de sus sociedades españolas cuando se habla de ruina
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Alejandro Sanz: la situación económica de sus sociedades españolas cuando se habla de ruina

El cantante ha generado cierta preocupación por unas palabras en las redes sociales donde reconoce que no está pasando un buen momento

Foto: Alejandro Sanz, durante la presentación de un disco. (EFE/Luca Piergiovanni)
Alejandro Sanz, durante la presentación de un disco. (EFE/Luca Piergiovanni)

“Hay veces que todo está bien o aparentemente está bien y aun así uno se siente mal”, decía Raquel Perera en la reciente presentación de su libro ‘Para que no te olvides’. No hablaba en ese momento en concreto de su exmarido, Alejandro Sanz, pero eso es, exactamente, lo que él está viviendo en las últimas semanas. El cantante está pasando un momento complicado y el pasado 27 de mayo quiso hacerlo público a través de un tuit que rezaba: “No estoy bien. No sé si esto sirve de algo, pero quiero decirlo. Estoy triste y cansado. Por si alguien más cree que hay que ser siempre una brisa de mar o un fuego artificial en una noche de verano. Estoy trabajando para que se me pase… llegaré a los escenarios y algo dentro me dirá qué hacer. Pero a veces no quiero ni estar. Literalmente. Sólo por ser sincero. Por no entrar al ruido inútil. Sé que hay gente que se siente así. Si te sirve, yo me siento igual”.

Rápidamente saltaron las alarmas y las informaciones, aunque su entorno, y él mismo dos días después, quiso dejar claro que no existía gravedad, que solo era un mal momento como el que puede vivir cualquiera y que la gira no peligraba. El propio Alejandro explicó: “He tenido un brote fuerte este fin de semana y aunque aún no termina de llegar la luz, parece que se ha despertado una luciérnaga en mi pecho”. La razón que le haya llevado a sentirse así solo él la conoce, aunque teorías hay para todos los gustos, entre ellas que su situación económica ahora mismo sería comprometida. ¿Pero esto es cierto? Vanitatis ha reunido todos los datos de sus sociedades españolas, para conocer cuál es su panorama actual.

Alkazul SL es, desde que despegó su carrera en 1991, el buque insignia de su patrimonio empresarial, y aún hoy lo sigue siendo, aunque durante los últimos años ha sufrido numerosos cambios. La compañía comenzó estando a su nombre, para después pasar al de sus padres y su hermano hasta 2020, cuando él tomó personalmente las riendas por primera vez en solitario desde que se fundó y contrató un consejo de administración profesional, en el que figuraban nombres tan destacados como el de Juan Arrizabalaga Azurmendi (el que fuera presidente de Altadis y alto cargo de Carrefour y Toys R Us), un especialista en banca privada y dos abogados para realizar una auditoría y poner en orden las cuentas.

También las de Gazul Producciones SL. Se trata de una sociedad que gestiona su productora y que depende de Alkazul, y que tuvo que poner en orden después de que en 2016, tras una auditoría, se encontrara con la “desaparición sin justificación”, según el informe que enviaron entonces al Registro Mercantil, de 15 millones de euros. Este hecho coincidió con la ruptura de Sanz con su agencia de toda la vida, RLM, con la que llevaba 25 años trabajando de la mano de Rosa Lagarrigue. Con el tiempo llegaron a un acuerdo privado.

placeholder Alejandro Sanz, durante un concierto. (EFE)
Alejandro Sanz, durante un concierto. (EFE)

La situación de Alkazul en términos económicos no es todo lo boyante que un día fue. Los últimos años ha ido registrando cada vez peores datos, el último que puede consultarse pertenece a 2018. El total activo de la sociedad en ese ejercicio es de 255.367 euros, menos de la mitad del año anterior, y solo un cuarto de lo registrado en 2010, cuando se superaba la cifra del millón de euros. Lo mismo ocurre con Gazul Producciones, cuyas últimas cuentas, pertenecientes a 2016 y 2017, se presentaron en 2020, cuando se trató de poner todo en orden. Ese último año se saldó con un importe en ventas superior a los cuatro millones de euros y un total activo de 36 millones de euros, 35.000 euros menos que el curso anterior.

La última década ha estado marcada por muchos cambios para el artista en todos los ámbitos; en el profesional, la ruptura con su representante, que era la persona que le había dado la mano durante toda su carrera. Aquello fue un antes y un después que le llevó a tener que acoplarse a otras personas y a otras formas de hacer las cosas. Y en lo personal, su divorcio en 2019 de Raquel Perera, que no fue todo lo amistoso que seguramente les hubiera gustado, y que terminó con un amargo enfrentamiento en los juzgados que solventaron pronto, pero que supuso inevitablemente grandes cambios en sus vidas. Hoy han logrado que su relación sea de cariño y afecto.

placeholder Alejandro Sanz y Rachel Valdés. (EFE)
Alejandro Sanz y Rachel Valdés. (EFE)

La ruptura implicó no solo un cambio de residencia, también de país; dejó Miami para instalarse en España, en Madrid, donde continúa viviendo con su nueva pareja, la escultora Rachel Valdés, que acaba de exponer por primera vez su obra en la capital. Unos años convulsos, con idas y venidas, y en los que los números no siempre le han acompañado, una afirmación cierta, pero que en ningún caso quiere decir que se pueda hablar de ruina.

“Hay veces que todo está bien o aparentemente está bien y aun así uno se siente mal”, decía Raquel Perera en la reciente presentación de su libro ‘Para que no te olvides’. No hablaba en ese momento en concreto de su exmarido, Alejandro Sanz, pero eso es, exactamente, lo que él está viviendo en las últimas semanas. El cantante está pasando un momento complicado y el pasado 27 de mayo quiso hacerlo público a través de un tuit que rezaba: “No estoy bien. No sé si esto sirve de algo, pero quiero decirlo. Estoy triste y cansado. Por si alguien más cree que hay que ser siempre una brisa de mar o un fuego artificial en una noche de verano. Estoy trabajando para que se me pase… llegaré a los escenarios y algo dentro me dirá qué hacer. Pero a veces no quiero ni estar. Literalmente. Sólo por ser sincero. Por no entrar al ruido inútil. Sé que hay gente que se siente así. Si te sirve, yo me siento igual”.

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