El lenguaje corporal de Alessandro Lequio al hablar de Ana Obregón y de su hijo

Intenta mantenerse callado por respecto a su hijo Aless y por el objetivo que se ha marcado, pero le cuesta horrores. Este pasado miércoles estallaba tras el mensaje que le enviaba Ana Obregón en la rueda de prensa de presentación del libro ‘El chico de las musarañas’, donde hablaba claro.

Este jueves, Alessandro Lequio tenía que enfrentarse de nuevo a un tema que le está trayendo, literalmente, por el camino de la amargura. Sus compañeros ponían un vídeo de la rueda de prensa con todos los detalles. Era entonces cuando enfocaban al italiano, que se mantenía callado en un principio.

Ana Rosa comentaba que esta mañana Alessandro no tenía ganas de hablar, pero “tienes cara de pena”. Y es cierto, examinamos el rictus serio del padre de Aless Lequio y desgranamos su lenguaje no verbal. Mientras confesaba: “No tengo ninguna pena, está todo dicho, no hay nada más que añadir”, Alessandro se mostraba especialmente serio. Con un rictus que no deja intuir ninguna sonrisa y que demuestra el dolor detrás del padre de Aless tras su fallecimiento a los 27 años, que se mantiene fuerte sin desmoronarse.

Cada uno vive el dolor a su manera y el colaborador de ‘El programa de Ana Rosa’ ha preferido mantenerse en un segundo plano frente a todas las polémicas, algo que le cuesta grandes esfuerzos y que muchas veces no consigue, puesto que como él mismo le confesaba a la presentadora: “Tú sabes, Ana, que yo me caliento fácilmente, es una de mis debilidades”.

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Efectivamente, Alessandro, es de mecha corta y aunque trata de mantenerse callado, todo se le ve en la cara. De hecho, su compañero, Joaquín Prat, aseguraba “Veo la cara de mi amigo y no me dan ganas de comentar nada más”, tras ver un vídeo en el que Ana expresaba que honrar a tu hijo no es guardar silencio, sino hacer un homenaje cada día.

El italiano no es comprendido por la madre de su hijo, al igual que él mismo, probablemente, no comparte la manera en que Ana Obregón está homenajeando a Aless. Como buen italiano, remarca con un destacado movimiento de manos el énfasis que quiere darle a sus afirmaciones. Las mueve de forma asertiva, expresando hartura o enfado, como cuando el día de la rueda de prensa respondía a Ana Obregón que sí se había puesto en contacto con ella en este último mes y que no va a dar explicaciones a España de si va a ver o no a Ana Sandra.

En esta ocasión, sonreía en ocasiones ligeramente porque trata de tomarse con humor algunas de las afirmaciones de Ana Obregón. Sonríe al decir que no es cierto que no le hubiera escrito en un mes y también cuando dice que hay otras maneras de obtener beneficios para la fundación creada en nombre de su hijo.