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La identidad protegida del padre de las mellizas de Tita Cervera
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La identidad protegida del padre de las mellizas de Tita Cervera

En 'La baronesa. Una vida de novela', la periodista Nieves Herrero aborda el gran "secreto de la familia" y revive la mala relación de Carmen con su nuera, Blanca Cuesta

Foto: Tita Cervera, en la inauguración de una muestra. (EFE/J.P.Gandul)
Tita Cervera, en la inauguración de una muestra. (EFE/J.P.Gandul)

Cuenta Nieves Herrero en el prólogo del libro que acaba de publicar, 'La baronesa. Una vida de novela' (Ediciones B), que la cosa se torció entre ellas a mitad de enero de 2023, "cuando en su entrevista con el popular Risto Mejide utilizaron una pregunta que sirvió de cebo para anunciarla durante toda una semana". "Eso debió de destapar la caja de los truenos entre madre e hijo. Y de forma indirecta, a mí me repercutió. El hecho objetivo es que no seguimos hablando y no volvimos a encontrarnos cara a cara". Si quieren saberlo, el programa anunció la entrevista con un corte en el que Risto le preguntaba a Tita quién era el padre de las mellizas. Cuando finalmente se emitió la charla entre la mecenas y el periodista no hubo rastro ni de esa pregunta ni de su consecuente respuesta. Algo parecido a lo que ha ocurrido con el libro de Herrero. Aunque la baronesa había barajado revelar la identidad del padre de sus hijas, finalmente no ha sido así y Herrero ha respetado con escrúpulo el secreto profesional.

La relación de Carmen Cervera con su hijo mayor y su nuera, Blanca Cuesta, es una de las grandes protagonistas de las memorias no autorizadas que ha publicado Herrero. El libro nació como un encargo personal que le realizó la baronesa a la veterana periodista a finales de 2019 y es fruto de decenas de conversaciones entre ambas. Tita quería escribir un libro sobre su vida, "con sus luces y sus sombras". Nieves Herrero agradece a la baronesa "a pesar de todo" que le haya abierto las puertas de su casa con tal fin, aunque en la recta final del proceso de escritura la relación entre ambas descarrilara y Nieves se enterara por la prensa de que la baronesa desautorizaba las memorias. Al final, ha salido un libro "diferente" del que tenía pensado y quizá con menos servidumbres.

El texto, estructurado en siete partes, pone en valor la lucha de Carmen Thyssen por alojar en España la fabulosa colección de arte familiar; desvela el profundo amor que la mecenas sintió y siente por sus dos maridos, Lex Barker y Heini Thyssen; insinúa que el hijo mayor del barón y el administrador le pusieron más de una trampa (mortal), y aborda sin romper la confidencialidad las arduas negociaciones para firmar la llamada 'paz de Basilea' entre los herederos del barón. Al leerlo, la autora deja la sensación de que el dinero ha impuesto cierta soledad en la vida de Tita, que, por cierto, ya ha anunciado su intención de demandar a Nieves Herrero.

placeholder Nieves Herrero, durante la presentación de su libro sobre la baronesa. (Europa Press)
Nieves Herrero, durante la presentación de su libro sobre la baronesa. (Europa Press)

La relación con sus hijos Borja, Carmen y Sabina, que tanto espacio ha llenado en la prensa rosa, ocupa buena parte de la sexta y la séptima parte del libro. La autora ficciona en clave de novela los episodios más importantes de esa relación. Narra el día que Borja Thyssen conoció a su padre biológico, Manuel Segura, que le regaló un camión. Y también la conversación del barón Thyssen con Segura en la que le anunció que quería adoptar al niño:

- Manuel, desearía reconocer a Borja como hijo y darle mis apellidos. Le he cogido mucho cariño y creo que sería lo correcto. No sé qué te parece.

- Solo deseo la felicidad del niño y me parece que tú puedes proporcionarle un futuro mucho mejor del que yo podría haberle dado nunca.

"Los abogados tramitaron la adopción de Borja con rapidez para que entrara a formar parte de la familia Thyssen cuanto antes. Heini no consultó a sus hijos", escribe la periodista. Se limitó a comunicárselo. "Ni a los mayores ni a sus respectivas madres les gustó la idea. Estaba claro que Tita y su familia habían entrado con fuerza en la vida de Heini Thyssen".

Según el libro, el barón había descubierto con el tiempo que no compartía ADN con dos de sus hijos. Esto agudizó la desconfianza en Carmen Thyssen, que a partir de todo lo vivido junto al barón entendió que el dinero siempre iría acompañado de intereses encontrados y suspicacias. Esa es, al menos, una de las excusas que utiliza el libro de Herrero para explicar las hasta cinco pruebas de paternidad que exigió Tita para su nieto mayor, tras recibir un sobre con información que le indujo a pensar que el niño no era de Borja. Si hay dinero de por medio, hasta las pruebas más científicas se pueden corromper.

placeholder La boda de Tita Cervera y el barón Thyssen. (Museo Thyssen)
La boda de Tita Cervera y el barón Thyssen. (Museo Thyssen)

"Hablaré con él, como lo hizo mi padre conmigo, para explicarle que el apellido Thyssen atrae a muchas mujeres. Tiene que aprender a discernir cuándo le quieren por él y cuándo por su dinero. Tengo que evitar que sufra los mismos fracasos que yo antes de conocerte", se lee en una de las conversaciones imaginarias del barón Thyssen con Tita a propósito de esto. Poco después, en 2001, hizo su aparición Blanca Cuesta, una joven siete años mayor que Borja a la que había conocido "mientras ella trabajaba en un pub de moda poniendo copas". "Tita observaba a su hijo y notaba cambios en su personalidad, le veía más distante y decidió hablar seriamente con él".

Hubo distintos acercamientos pero, según Herrero, Carmen no podía disimular su antipatía hacia Cuesta, aunque el libro no da (o no quiere dar) una razón concreta para tal animadversión. Era una cuestión de piel. "Tita pensaba que el motivo por el que una persona te podía caer mal nada más conocerla era inexplicable; para ella se trataba de algo químico, algo que iba más allá de la primera impresión. Eran energías incompatibles que alzaban una barrera entre dos personas. Por eso respiró aliviada. No podía soportar la forma de ser de Blanca".

En el libro se habla de otras novias de Borja con las que Carmen mantuvo una relación normal (según su versión), alguna más seria en un 'impasse' de la relación entre Borja y Blanca. También fue en un receso de esa relación cuando madre e hijo decidieron aumentar la familia por medio de la gestación subrogada. Herrero explica que fue una decisión de familia, tomada en 2004. En aquel momento, tras sucesivas pérdidas, solo formaban su pequeña familia ella y Borja. Tras un comentario en la inauguración del Thyssen, Tita y Borja lo hablaron a solas:

- ¿Por qué no vamos a California y preguntamos por todo el proceso? Me parece una idea maravillosa la que nos dieron en la cena.

placeholder Portada de '¡Hola!' con Carmen Thyssen y sus hijas.
Portada de '¡Hola!' con Carmen Thyssen y sus hijas.

"Al final, tomaron una decisión: estaban de acuerdo en ampliar la familia. Fueron días de mucha euforia [...]. Era una solución a la falta de continuidad del apellido. De repente, después de perder a tantas personas fundamentales en su vida, hallaban un rayo de esperanza, un camino por explorar que podría cambiarlo todo y dar continuidad al legado familiar". En este punto, la autora abandona el tono narrativo y explica lo siguiente al lector: "Tita Thyssen me contó con toda sinceridad quién fue el donante. Sin embargo, por respeto a la confidencialidad de las conversaciones mantenidas con ella para el libro que se frustró y el derecho a la intimidad de las menores, el secreto seguirá a salvo conmigo hasta que ella, como ha anunciado, desvele públicamente la identidad del padre de sus hijas". Las niñas también conocen la identidad de su padre.

Herrero afirma que el donante viajó a California "y, tan pronto validaron su muestra, aquel hecho pasó a convertirse en el gran secreto de la familia". La idea de Tita era que, si ella faltaba, Borja no se quedara solo en el mundo. "Esa era su única obsesión: protegerle". Sin embargo, y a pesar de la complicidad inicial, la periodista explica que entonces apareció de nuevo en escena Blanca Cuesta y su hijo decidió emprender su propia vida junto a ella.

- Manuel [le dice Tita a Manuel Segura], ser rico es muy difícil y conlleva mucha responsabilidad. Creo sinceramente que ella ha ido a cazarle. No me gusta. Pienso que toda esta situación en la que estamos metidos, con su embarazo de por medio, ha sido algo premeditado.

placeholder Blanca Cuesta y Borja Thyssen, en ARCO. (Marina G. Ortega)
Blanca Cuesta y Borja Thyssen, en ARCO. (Marina G. Ortega)

En 2006 la pareja, con su primer hijo en camino, se casó sin invitar a su madre. Para entonces, la frialdad había cristalizado en la relación entre Borja y su madre y nunca volvería a ser igual. "La prensa, muy pendiente de la vida de las niñas desde el principio, comenzó a destacar el gran parecido de una de ellas con Borja", escribe Nieves Herrero. Fueron los años en que la boda vendida en exclusiva y los sucesivos embarazos de Cuesta marcaron el paso de la relación, con capítulos muy desagradables (en 2009 se demandaron el uno al otro) que son puntualmente glosados en sus memorias y lo fueron entonces también en la prensa rosa. Siete años después, tras un encuentro casual en la calle, llegó la paz. Es un decir.

"En estos meses las aguas turbulentas entre Borja y Tita han remansado. Incluso, he visto que han celebrado su ochenta cumpleaños juntos. Me alegro mucho", escribe la periodista, "eso significa que han llegado a un acuerdo sobre la herencia. En eso estaban cuando surgieron los problemas entre nosotras. Tita sigue buscando lo mejor para su hijo y para sus hijas cuando ella falte". La periodista revela que fue Borja el que le pidió, en el año 2015, que dejara atado el asunto de la herencia : "Deberíamos dejar todo cerrado. Acabo de cumplir 35 años y, con cuatro hijos, debería tener ya todo lo que me pertenece". Por aquel entonces, "Borja había heredado 13,5 millones de euros y su madre le pasaba una pensión anual de 250.000 cifras. Eran cifras muy lejanas al porcentaje de la herencia de Heini que él reclamaba", escribe. Pareciera que todo vuelve a empezar.

Cuenta Nieves Herrero en el prólogo del libro que acaba de publicar, 'La baronesa. Una vida de novela' (Ediciones B), que la cosa se torció entre ellas a mitad de enero de 2023, "cuando en su entrevista con el popular Risto Mejide utilizaron una pregunta que sirvió de cebo para anunciarla durante toda una semana". "Eso debió de destapar la caja de los truenos entre madre e hijo. Y de forma indirecta, a mí me repercutió. El hecho objetivo es que no seguimos hablando y no volvimos a encontrarnos cara a cara". Si quieren saberlo, el programa anunció la entrevista con un corte en el que Risto le preguntaba a Tita quién era el padre de las mellizas. Cuando finalmente se emitió la charla entre la mecenas y el periodista no hubo rastro ni de esa pregunta ni de su consecuente respuesta. Algo parecido a lo que ha ocurrido con el libro de Herrero. Aunque la baronesa había barajado revelar la identidad del padre de sus hijas, finalmente no ha sido así y Herrero ha respetado con escrúpulo el secreto profesional.

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