Natalia Almarcha, ex de Risto Mejide, vuelve a las redes sociales con este contundente mensaje

Horas después de que Risto Mejide hiciera público, en un comunicado, el fin de su relación con Natalia Almarcha, la farmacéutica hacía pública su cuenta de Instagram (hasta entonces era privada) y respondía, visiblemente enfadada, publicando en un story un comunicado en el que expresaba que no ve otra forma de defenderse “que no sea haciéndome pública la cuenta para dar visibilidad a este mensaje”.

Lo primero que ha dejado claro Natalia Almarcha es que “tiene la conciencia supertranquila” porque desde que comenzó la relación a principios de diciembre (tres meses antes de que Risto la hiciera oficial) lo ha dado todo, pese a que ha tenido que exponerse más de lo que le gustaría y soportar críticas muy duras.

Continúa explicando que ha defendido a su ex, Risto Mejide, “a capa y espada, incluso sin argumentos”, y que lo seguirá haciendo. “Pero no puedo permitir que hoy todo el mundo me pregunte que qué he hecho yo para dejarme tan mal en el texto que se publica. No me lo merezco”, afirma.

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Natalia Almarcha afirma también, en su comunicado, que ella tampoco va a contar nada, pese a que “podría perfectamente utilizar este medio para dar mi versión en lugar de tener que defenderme y… NO”, puntualiza.

Además, ha aprovechado para pedir respeto por parte de la prensa, y ha recordado que “es ilegal publicar contenido privado de una persona que tenía cerrado su Instagram y manipularlo para crear conflictos”. Respecto a este punto, desde Vanitatis queremos dejar claro que en el momento de la redacción de este artículo la cuenta de Instagram de Natalia Almarcha era pública.

Hace dos días, la farmacéutica publicaba un post con una foto suya, muy sonriente, en la que añadía un texto en el que quedaba muy clara su opinión sobre las redes sociales. “Tristemente, vivimos en un mundo donde hay un importante exceso de hipocresía. Un mundo donde interesa mucho vender una vida en rrss, la cual, cuanto más discrepe de la realidad, mejor”. Concluía afirmando: “Un mundo al que, gracias a Dios, no pertenezco”.