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El Café Gijón de Madrid, nuevo trabajo de Iñigo Onieva: recordamos sus famosos visitantes de Valle-Inclán a Dalí
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El café de los poetas y artistas

El Café Gijón de Madrid, nuevo trabajo de Iñigo Onieva: recordamos sus famosos visitantes de Valle-Inclán a Dalí

Muchos medios relacionan el nombre del empresario con el de uno de los locales más famosos en la historia castiza de la restauración madrileña, situado en el paseo de Recoletos

Foto: Iñigo Onieva podría ser el nuevo encargado de promocionar el famoso café madrileño.. (Gtres)
Iñigo Onieva podría ser el nuevo encargado de promocionar el famoso café madrileño.. (Gtres)

Pocos enclaves tienen el honor de haber servido de punto de encuentro y disfrute de grandes genios de la literatura y el arte. Si hablamos de un lugar donde tan pronto te podías encontrar a los poetas de la generación del 27, como a Federico García Lorca y Dalí cazando moscas (literalmente), hablamos de El Café Gijón. Un café-restaurante con más de 135 años de historia que, junto a Lhardy, Casa Labra o San Ginés, conforma el corazón de la restauración castiza de la capital.

Hoy, el famoso café es noticia porque, según publican algunos medios como 'Lecturas' o 'La Vanguardia', el prometido de Tamara Falcó, Iñigo Onieva, podría convertirse en el nuevo responsable de las relaciones públicas del local, para conseguir una clientela diferente a la que, hasta ahora, podía tener el restaurante. No obstante, a las horas de que saltara esta información, la revista ‘Semana’ desmentía que esto fuera así o que “hubiera algo firmado” entre Oñieva y el café, aludiendo a fuentes solventes para el medio.

placeholder Íñigo Onieva posa junto a Tamara Falcó en sus redes sociales. (Instagram/@ionieva)
Íñigo Onieva posa junto a Tamara Falcó en sus redes sociales. (Instagram/@ionieva)

Pero, aunque es cierto que para muchos que no supieran de este enclave madrileño la noticia ha servido para situar al Café Gijón en el mapa, su centenar de años de historia le sirven para reivindicar su pedigrí por propia cuenta. Cuenta como aval con la presencia, nada más y nada de menos, de decenas de nombres que han creado la historia del arte y la literatura de nuestro país.

El café de los poetas y pintores

Contaba José Barcena, camarero del Café Gijón desde 1974, que en las mesas próximas a la puerta del Gran Café (como muchos apodan al local) “eran para la tertulia de los cómicos” y que las dos últimas mesas de al lado de las ventanas "eran para la tertulia de los poetas, todos los días". Día sí y día también, que han permitido que este camarero haya podido contar alguna de las anécdotas más curiosas del café.

Como cuando Bárcena narró la historia de Dalí y Federico García Lorca cazando moscas para el diario 'ABC': “Federico, ayúdame a cazar moscas”, decía Dalí al famoso poeta y amigo del pintor. “Luego las estampaba en un papel y hacía fantásticos bocetos que no se los regalaba a nadie”.

Pero esta no es la única anécdota que este camarero recordaba con especial cariño de sus años en el Gijón. “Además de los artistas, estaban sus musas, mujeres de toma, pan y moja. Se mezclaba el ingenio con la belleza y la creatividad” explicaba el trabajador del restaurante.

Numerosos dueños, un único nombre

Aunque por la gerencia del Café Gijón han pasado numerosos restauradores, el nombre y espíritu del café han sido siempre los mismos. Fue fundado un 15 de julio de 1888 por un asturiano afincado en Madrid: Gumersindo Gómez. Situado en el número 21 del paseo de Recoletos, dispone de una terraza en el pasillo central del paseo, y es uno de los pocos cafés de tertulia supervivientes en el Madrid de comienzos del siglo XXI.

A partir de 1963, se llevó a cabo una de las reformas principales del establecimiento: la creación de una zona de restaurante en la planta baja del local, llamada 'La cripta embrujada’, que se forró por completo con roble americano. Sin embargo, una de sus zonas más famosas es su terraza que recorre el paseo de Recoletos y en los que disfrutar del buen tiempo de la capital.

El Gijón se caracterizó por ser un punto de reunión entre artistas y gentes bohemias de Madrid, que a día de hoy pretende seguir siéndolo. Ejemplo de esto es que uno de sus habituales, Fernando Fernán Gómez, mantuvo durante sus últimos años de vida un galardón para novelistas que empiezan en la profesión, bajo el nombre de este café.

Abierto desde las 7 de la mañana hasta las 2 de la madrugada, los 365 días del año, así definía este emblemático local uno de sus últimos dueños, Fernando Notario, para una entrevista concedida a 'ABC': “Tenemos menús de desayuno, comida y cena muy asequibles. No es un local elitista, sino que pretende ser punto de encuentro no solo de artistas, sino también de madrileños y turistas”.

Queda por ver si, finalmente, Íñigo Onieva se une al equipo del café y si consigue que su apellido se entremezcle con nombres tan ilustres, como aquellos que alternaron entre las cuatro paredes del Café Gijón.

Pocos enclaves tienen el honor de haber servido de punto de encuentro y disfrute de grandes genios de la literatura y el arte. Si hablamos de un lugar donde tan pronto te podías encontrar a los poetas de la generación del 27, como a Federico García Lorca y Dalí cazando moscas (literalmente), hablamos de El Café Gijón. Un café-restaurante con más de 135 años de historia que, junto a Lhardy, Casa Labra o San Ginés, conforma el corazón de la restauración castiza de la capital.

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