La petición de Gerard Piqué y Clara Chía para la boda de Marc: ni flores ni discursos

Sabían que cualquier cosa que hicieran, cualquier cosa que sucediera relacionada con ellos, le robaría todo el protagonismo a la celebración. Así que Gerard Piqué y Clara Chía hablaron con Marc, el hermano de él, para que el día de su boda pudieran quedar en un segundo plano.

Ni flores, ni discurso, ni nada relacionado con la pareja para no empañar una celebración familiar y amistosa. Una fiesta en la que los protagonistas claros eran ellos: Marc y María, los novios.

Se había especulado durante días con que, quizás, Gerard y Clara anunciarían su compromiso en la fiesta de la boda de su hermano, pero no fue así. Ni siquiera, como muchos esperaban, se les entregaron las flores que se suelen dar a los casaderos en las bodas. Gerard Piqué no quiso ni hablar de su hermano en público, y eso que hubo parlamentos de varios invitados. Se trataba, como decimos, de estar totalmente en segundo plano.

En esa línea, ya entraron por la puerta de atrás de la iglesia en la celebración religiosa y después, para llegar a casa de la familia de la novia, tampoco se les vio. Han aparecido algunas fotos 'robadas' del interior de la “fiesta íntima y privada”, nos dicen quienes ahí estuvieron. En estas imágenes, que corrieron por las redes sociales, en especial en las cuentas de fans de Clara Chía, se puede ver de lejos a la pareja, felices, sonrientes y muy integrados en el entorno.

En la Cerdanya hace unos días

Clara ya forma parte del círculo íntimo de Piqué desde hace tiempo. Y es María Valls, esposa ya de Marc Piqué, una de sus principales cómplices y amigas de la joven. Han viajado las dos parejas varias veces (juntos estuvieron en París) y en las primeras imágenes que vimos de Clara Chía con Gerard en la Cerdanya estaban junto a su hermano, Marc, y a su entonces novia, María.

Hace pocas semanas, además, las dos parejas volvieron a pasar unos días en la casa que Piqué y Shakira se compraron en esta comarca pirenaica. Algunos vecinos los vieron paseando por los caminos cercanos al río Segre y después en su residencia, disfrutando del jardín.

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El próximo plan que hagan los cuatro, lo harán con una pareja casada. Porque Marc y María se dieron el 'sí, quiero' a lo grande el pasado viernes. La boda se celebró en los jardines de una gran casa que la familia de la novia posee desde hace décadas. Fue su abuelo materno, Raimundo Casanovas, famoso banquero y empresario catalán, presidente en su tiempo de Inmobiliaria Colonial y del Banco de Fomento, quien adquirió la propiedad en los años 40.

En la casa familiar

Fallecido el abuelo, fueron los padres de María, José Valls y Elena, arquitectos y empresarios muy conocidos en la zona, quienes decidieron adquirir la parte de la finca al resto de los hermanos de la madre. La familia pasa allí largas temporadas, aunque viven en Barcelona, en un piso en la zona de la Bonanova, muy cerca de donde reside Gerard Piqué. Y no son sus dos únicas propiedades: la familia de María veranea en la Costa Brava, cerca de donde lo hace la de Clara Chía. Y poseen también casa en la Cerdanya, donde pasan los inviernos

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R. R.

Muy vinculados a la comarca del Maresme, los padres de María tienen su vivienda pegada al Club de Golf, deporte al que son muy aficionados ambos y el resto de la familia. La propiedad, situada en un terreno de 3.400 metros cuadrados, cuenta con siete habitaciones y ocho baños, grandes jardines y una bonita piscina rectangular, según nos cuentan quienes la conocen; un lugar perfecto para celebrar el enlace de la hija.

Nos lo dice gente muy cercana al nuevo matrimonio, quienes informan de que la casa de San Andreu de Llavaneras siempre ha sido la joya de la familia. Allí, en largas mesas blancas, adornadas con flores de colores, se sentaron los invitados entre los que estaban, como dos más, Gerard y Clara Chía, sin destacar por nada, siempre en segundo plano, conscientes de que los protagonistas debían ser Marc y María.