El lenguaje corporal de Tamara Falcó e Íñigo Onieva en las fotos inéditas de su compromiso

Ayer, el prometido de Tamara Falcó, Íñigo Onieva, ajeno a la polémica sobre las joyas robadas que fuera la noticia del fin de semana, publicaba en su cuenta de Instagram unas imágenes inéditas de su compromiso, acompañadas de un emotivo texto: “Eres magia mi amor, gracias por sacar la mejor versión de mí y llenarme de felicidad cada día. No puedo admirarte más. Eres valiente, luchadora y pura luz”, le dedicaba a su prometida.

“En una semana empieza nuestro camino juntos como familia donde el 'TÚ' y el 'YO' pasa a ser 'NOSOTROS' y nada más importa. Gracias por tu valor, amor, alegría y generosidad. Te quiero”, escribía Íñigo Onieva.

Tamara Falcó no tardaba en responderle: “Tú también eres luz. Gracias por dejarme quererte”, publicó, junto con tres corazones blancos. En las imágenes podemos ver a Tamara Falcó e Íñigo Onieva muy cariñosos, cómplices y con un brillo delator en las miradas. En la primera instantánea, Onieva abraza a Tamara Falcó por detrás, y entrelaza sus dedos a la altura de la cadera de la joven. Ella, a su vez, coloca sus manos sobre las de él, con la mano derecha reposando sobre la izquierda

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Según los expertos en comunicación no verbal, el lenguaje corporal de Tamara Falcó e Íñigo Onieva indicaría mensajes muy diferentes. La joven, por la posición de sus manos, estaría indicando seguridad, seriedad y compostura. Por su parte, Íñigo Onieva, al entrecruzar los dedos, transmitiría una actitud de nerviosismo o de menos soltura ante las cámaras.

Aunque ambos sonríen en la imagen, mientras que la sonrisa de la marquesa de Griñón correspondería a la que se conoce como sonrisa de Duchenne (natural, denota verdadera felicidad y responde a una emoción espontánea y genuina), pues produce arrugas en el contorno de los ojos y hace que se entrecierren, y eleva las mejillas, la de Onieva sería muy diferente.

Según la clasificación que hace Paul Ekman, máxima autoridad internacional en la investigación en expresión facial, la sonrisa de Tamara Falcó sería sincera, mientras que la de Íñigo Onieva sería más artificial, bien por tensión ante las cámaras, nervios.... La manera de detectarlo es tan sencilla como tapar la boca a la imagen: los labios sonríen, pero el resto del rostro no lo hace. Es una sonrisa que quiere convencer a los demás de sentir una impresión positiva.

En la segunda imagen que publica el prometido de Tamara Falcó, en la que la pareja está bailando, el lenguaje corporal también es bastante claro. Mientras que ella está relajada y se deja llevar por las manos de Onieva, él está tenso y erguido y le sujeta con fuerza las manos, lo que denota que está manteniendo el control tanto de la situación como de su pareja.

La tercera imagen muestra a los prometidos al aire libre con un suelo lleno de pétalos. Mientras Tamara Falcó, muy sonriente, parece querer avanzar hacia alguien a quien está dirigiendo su sonrisa, Onieva parece querer frenarla, en su expresión facial se intuye un gesto altivo, y se mantiene varios pasos por detrás de ella.

En la cuarta instantánea, Íñigo Onieva le da un beso en la sien a Tamara Falcó, que cierra los ojos y sonríe, complacida, mientras él la abraza por la cintura con un brazo. De nuevo, el lenguaje corporal de ambos es muy diferente.

La actitud de Tamara Falcó es natural y se siente cómoda y reconfortada con el gesto de su prometido; mientras que él, aunque le da un beso, no sonríe, está tenso y con la mirada pendiente en el objetivo de la cámara, no en la joven.

La última imagen que publicó el futuro marido muestra un beso de la pareja, en el que ambos cierran los ojos. Una vez más, él la atrae hacia sí con solo un brazo, mientras deja el otro colgando. Ella, mucho más natural y con un cariño sincero, le abraza y sonríe (mirada incluida) mientras se besan. Unas instantáneas de las que se puede extraer, a través del lenguaje no verbal, cómo la soltura de Tamara Falcó ante las cámaras es mucho mayor, quizás por su experiencia como personaje público desde pequeña.