Mario Vargas Llosa y su plan de vacaciones antes del covid-19
Antes de su ingreso en la clínica Ruber a causa de varias complicaciones provocadas por el covid-19, el nobel de Literatura planeaba realizar varios viajes vacacionales
Mario Vargas Llosa ingresaba el sábado pasado en el hospital Ruber Internacional. Llegó por su propio pie y acompañado de su hija Morgana. Una vez que le practicaron las pruebas pertinentes, el resultado fue claro y, por segunda vez, dio positivo en coronavirus. En este caso, como con todos los enfermos, se seguían los protocolos sanitarios obligatorios y durante todo este tiempo ha permanecido en una habitación aislado.
Sus dos hijos, su exmujer y sus nietas han estado pendientes de su evolución en todo momento. Por ello, fueron los responsables de informar a través de un comunicado oficial en las redes sociales del estado del nobel.
Así fue el escueto mensaje: “En vista del interés de los medios por el estado de salud de nuestro padre, hacemos público que está hospitalizado desde el sábado tras habérsele diagnosticado el COVID-19. Está siendo tratado por excelentes profesionales y acompañado por su familia. Rogamos a los medios de comunicación respetar en estos momentos su privacidad y la nuestra”.
Por parte del centro hospitalario y por razones obvias de preservar la intimidad del paciente no hubo ni habrá explicaciones. Las informaciones que llegan de su evolución son muy esperanzadoras. “Escribe, lee y quiere estar ocupado porque eso le da vida”, cuentan a Vanitatis.
Efectivamente, a sus 87 años, mantiene una actividad profesional importante con viajes trasatlánticos para dar conferencias y charlas dentro del universo literario. La última de ellas, celebrada en Perú. Precisamente, al cabo de unos días de este regreso fue cuando comenzó a encontrarse mal. No obstante, Llosa achacaba la tos y la fiebre al aire acondicionado del avión y al cambio de temperatura.
Hoy mismo, Federico Jiménez Losantos adelantaba en la 'Crónica rosa' de su programa su buena evolución y aportaba el dato de que precisamente el covid anterior fue el punto de inflexión de su ruptura con Isabel Preysler. “Lo pasó muy mal y se dio cuenta de que si le pasaba algo quería estar con su familia y no en la casa de Puerta de Hierro”, relataba el presentador.
Tal pensamiento marcó la trayectoria afectiva sin vuelta atrás que ya había comenzado tiempo antes, como anunció la revista 'Semana'. La pareja rompió tras ocho años de convivencia y no volvieron a verse.
Antes del contagio, Vargas Llosa ya tenía preparada su agenda vacacional, que pasaba como siempre por la clínica Buchinger. Y después, como informaron en la 'Crónica rosa', tenía previsto un viaje a Italia con sus hijos y nietos. Lo que aún estaba por definir y con calendario abierto eran sus clases magistrales en universidades de Estados Unidos y Latinoamérica. “El día que pare será porque ya no me puedo mover”, explicaba en febrero pasado en París el día que ingresó en la Academia de la Lengua.
Si la recuperación se mantiene, es posible que cumpla con sus deseos de viajar con toda la familia en las próximas semanas.
Mario Vargas Llosa ingresaba el sábado pasado en el hospital Ruber Internacional. Llegó por su propio pie y acompañado de su hija Morgana. Una vez que le practicaron las pruebas pertinentes, el resultado fue claro y, por segunda vez, dio positivo en coronavirus. En este caso, como con todos los enfermos, se seguían los protocolos sanitarios obligatorios y durante todo este tiempo ha permanecido en una habitación aislado.
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